Corona De Mentiras (Vkook/Taekook)

III

Jungkook

Nueve Años Después

El viento del norte comenzaba a refrescar, la brisa helada traspasaba la piel del joven príncipe como espadas en una batalla, era un dulce dolor que le encantaba sentir. Sin duda, el mas joven de los príncipes era el más salvaje pues le encantaba pasar tiempo afuera entre la naturaleza. Jungkook había entrenado aquella mañana, lastimo gravemente a sus tres contrincantes, su espada tenia sangre inocente. Para el pelinegro fue refrescante ver como los nuevos soldados le temían, hacía tiempo que él no sentía miedo, vagamente recordaba esa sensación. No le tenia miedo a la muerte, ni al dolor, ni a sus hermanos y aun menos al mismo rey. El miedo era una sensación que él ya había superado muchos años atrás, antes de que su cuerpo llegara a la adolescencia, estuvo entrenado para no temblar ante nadie y se sentía orgulloso de aquello. Aun podía sentir el amargo olor de la sangre de sus soldados, aunque había pasado dos horas desde aquel desafío. Jungkok cabalgaba sobre su caballo preferido, se llamaba Phil había sido encontrado en las montañas hace un par de años, era un caballo salvaje y fue difícil de domar, muchos habían intentado montarlo, pero este los pateaba o los mordía. En cuanto Phil vio a Jungkook pareció sentir la esencia de un ambiente pesado, como una energía llena de temor y respeto. Muchos comparan esa sensación a cuando uno va a un funeral y se siente un ambiente pesado, lleno de tristeza y de ganas de llorar, de igual manera fue el encuentre entre estos dos, pero con la pequeña diferencia de que no se sentía tristeza sino más bien miedo.

Phil era un caballo pinto, de un gris sucio y corriente cubierto por manchas negras, sin pensarlo dos veces uno podía darse cuenta de que no había sido escogido por su belleza, pero si por su fuerza, era un caballo veloz y fuerte, podía sostener a tres hombres sobre él, solo si este se dejaba. El pelinegro sentía aprecio por su caballo pues sentía como si este se lo hubiera ganado por ser el mismo, con el caballo no necesitaba esforzarse por ser temible, Phil le tenia miedo que se volvió en respeto. Cuando el príncipe llegaba al establo, el caballo rara vez se sorprendió, lo recibía con gusto, pero no demasiado, si uno se concentraba lo suficientemente podría pensar en que parecían ser amigos.

Jungkook trataba de que el recorrido fuera pacifico, sin ir rápido como el viento, pero tampoco lento. El príncipe llevaba su abrigo de piel de oso y su uniforme de general, le gustaba usarlo todos los días, sentía que llevarlo sus hermanos notaban quien era y lo que se volvería en un futuro. Todos le tenían respeto, cuando el pasaba se mantenían en silencio, a la hora de la cena nadie se dignaba preguntarle por su día. Esas acciones empezaron cuando Jungkook aun era un niño, después de su primera cacería el Rey trajo a su hijo sobre su hombro y este llevaba la corona con orgullo y honor. El rey apenas piso la sala principal donde sus otros hijos jugaban con alegría, las risas y las bromas murieron al ver la escena y Ji Min quien era el primogénito supo con solo una mirada que su futuro había sido librado. El rey Gong Yoo grito tan fuerte como su garganta se lo permitió, anunciando ante no solo sus hijos sino también a sus guardias y a sus consejeros, a todo quien habitaba en el catillo "Este es su futuro Rey, es mi heredero Jungkook."

Jungkook recordaba aquella escena cada vez que iba con Phil al bosque, se pregunta si le habían arrebatado el futuro a Ji Min o si a él le habían quitado su libertad Los aromas a pino y tierra húmeda fueron alejándose cada vez de manera mas notaria conforme al joven iba acercándose al territorio del castillo, era consiente de que conforma el daba casa paso todos bajaban la mirada y guardaban silencio, incluso los consejeros y los mismos príncipes. Llevo a su caballo al granero dejándolo en la parte mas sucia y fea de este, solo por ser el favorito del heredero al trono no significaba que tuviera un trato especial o al menos eso quería que los demás vieran. Así no perderían el tiempo buscando sus debilidades pues incluso el mismo lastimaba lo el más quería.