Sierra Mecanica 1/2

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Kazuichi se ha caracterizado por su actitud algo miedosa combinada con su personalidad alegre y entusiasta combinada con su aspecto extravagante, su cabello rosado rodando lo neón junto con sus trajes de mecánico de otros colores similares, de tonalidades neón amarillas o azules, sus ojos, aunque claramente de lentes de contacto de un color rosa similar a su cabello, todo esto combinado con su dentadura de tiburón similar a la de una sierra mecánica, siendo hasta irónico debido a su profesión de mecánico, siendo el mejor de todo Japón con una habilidad de reparar lo que sea, si algo no puede repararlo, nada lo reparará. Pero Fuyuhiko conocía aún más de el, conocía su cuerpo completo, ninguna excepción, la verdadera tonalidad de sus ojos, su ropa interior, y sobre todo, su personalidad cuando el sol cae completamente, cuando tienen relaciones sexuales, cuando puede ver su cuerpo ligeramente fornido, cuando no tiene piedad, cuando lo muerde, cuando lo toca y cuando se viene.

Pero al de la familia Kuzuryuu no le importaba, de echo le encantaba su contraste, pero le daba miedo, mucho miedo en ocasiones.

Habían practicado de todo, desde un simple sexo oral hasta el bondage que le había enseñado otro estudiante raro.
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—Fuyu...—La voz masculina del de hebras rosadas, su cuerpo arriba del del menor estatura, ambos mostrando su desnudez, sus cuerpos, sus miembros, sus miradas, sus cabezas juntas unidas por sus labios en un beso lleno de placer y lujuria por parte ambos, el deseo era lo que mostraban sus rostros y sus actos.

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—¡Fuyu!—Diría amigablemente el chico de dientes afilador persiguiendo ligeramente al mencionado, el sol iluminaba su sonrisa divertida, al igual que iluminaba el rostro del yakuza, haciendo que brillase como el sol debido a su cabello rubio y su tono de piel, además de su lunar que parecía un pequeño pedazo de algún planeta que se había separado.

—¿Qué quieres? Idiota—Hablaría ligeramente de mala gana, pero en el interior su felicidad de ver al mismo idiota de las mañanas y no al idiota de la noches, le gusta ambos pero con el de las mañanas al menos puede burlarse.

—Que malo eres... solo quería pasar a saludarte ¿a donde vas?—Hablaría haciendo ahora su sonrisa una ligera, ambos caminando y el intentando mantener el paso algo apresurado del de rostro aniñado.

Los ropajes de ambos eran los comunes, Kuzuryuu con una sudadera gris simple junto con unos pantalones negros ligeramente acampanados y unos zapatos deportivos blancos con la suela del mismo color, y como rasgo obvio en su vestimenta, su parche en el ojo con un ligero dibujo de un dragón blanco que combinaba con el color del parche, negro.

Mientras que Kazuichi llevaba una camisa blanca, una chaqueta ligera color verde militar junto con unos pantalones de mezclilla negros roto de las rodillas, en el calzado llevaba unos zapatos de correr guindas.

—A la tienda... ¿y a ti que te importa? Tarado—Volvería a insultarlo ligeramente, pero así mostraba su afecto realmente.

—No te hagas Kuzu, yo se que a ti te gusta que te pregunte eso ¿te puedo acompañar o algo?
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—No te hagas Kuzu, yo se que a ti te gusta que haga esto—Hablo mientras repentinamente y sin previo aviso metería su miembro en la entrada del yakuza—Y esto—Daría una embestida de nuevo sin aviso ni nada, rapida y seca haría que el de ojos dorados sintiera un dolor y a la vez una excitación extrañamente.

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El de pecas se había ruborizado por ese recuerdo, a la vez de sentir un escalofrío.

—¡Kuzuryuuuuu!—Hablaría el mecánico llamando la atención del mencionado, tocando su hombro ligeramente lo calmaría,

Sentía que el del rubor permanente había recordado algo, no sabía por su expresión corporal, por su rubor y su escalofrío.

Y sin preguntar le clavaría un pequeño beso en su frente, para después seguir dándole besos en todo el rostro de manera afectuosa, esto lo hacía mientras acaricia su cabello como si de un gato se tratase.

—Yaaaaa—Hablaría el rubio recibiendo todos los besos del contrario sonriendo, seguía siendo el mismo idiota después de todo.

—Ya pues, mi Kuzu—El del lunar adoraba que le dijese Kuzu o Fuyu, le gustaba que le dijese así debido a sus nombre largos y que realmente no le gustaban mucho, Kuzuryuu no le gustaba por lo de su familia, solo el decir su apellido generaba miedo por su familia, no por el y el quería ser independiente, Fuyuhiko pues no estaba tan mal, pero se le hacía pesado decir el nombre completo.

Y como dijo, había parado de darle besos y solo seguía acariciando su cabellera dorada corta, no se lo imaginaba sin ese cabello corto rapado en algunas partes.

—Vámonos, idiota, síguele así y juro que te mato y quemo tus testiculos por tardado—Hablo el de los tatuajes en la espalda, apurándolo ligeramente, era algo vergonzoso tenerlo así, pero también quería que siguiera por que cuando se da el anochecer se transforma y no tiene ninguna piedad, aveces quería tenerlo salvaje pero otras veces quería tenerlo idiotamente lindo.

Y tal y como un perro entrenado, pararía de acariciarlo y caminar junto con el hacia la tienda cercana, el del parche disfrutaba la compañía del más alto, era como tener una mascota que en las mañanas era linda y juguetona pero en la noche era salvaje, pero ahora era el perro tonto y lindo.

Al llegar al pequeño supermercado, separarían ligeramente el camino, Souda iría irónicamente a la sección de refrescos mientras que Fuyuhiko caminaba por la sección de carnes, encontrándose con una pelirroja que ya conocía, Mahiru Koizumi, la fotógrafa que desde la misma academia que el yakuza había logrado ser de las mejores fotógrafas a nivel mundial.

—¡Fuyuhiko!—Hablaría animadamente pero a la vez pacífica la joven pelirroja, había muy ligeros cambios en ella, pues solo su cabello había crecido.

—Nunca te di permiso de que me llamaras por mi nombre—Hablaría el de carácter fuerte y fácil de enojar secamente sin dirigirle la mirada evitándola.

—Oye ¿por que tienes mordidas en el cuello?—Hasta que hablo no se había percatado de que las mordidas que le había dejado Kazuichi eran más que evidentes, a lo que inmediatamente se taparía ligeramente y fingiendo enfado y confusión a la vez la voltearía a ver indignado.

—¡Son borrones de te tatuajes! Que idiota de no haberte dado cuenta de lo evidente que puede ser, como puedes saber en tu insignificante cerebro, como un buen Yakuza tengo que tener tatuajes, pero esos tatuajes salieron del culo, así que me los borre, punto—Hablaría mostrando sus enojo e indignación al respecto de esas mordidas.

—Ajá—Soltaría ahora ella ignorándolo, volteando a ver a sus alrededores buscando algo para perderse de él.

—¡Idiota! Fíjate bien y verás que son putas quemaduras de la puta maquina que borra, pedazo de zorra ciega, deberías de fijarte en lo que opinas antes de abrir el jodido poco idiota—Ahora si que sacaría todo de si, pero desafortunadamente vería como el mecánico se acercaba con una gaseosa de por si.

—¡Fuyu! ¿Me lo puedes llevar? ¡Hola Koizumi! ¿Acaso hablan de las mordidas que le hice a Kuzu?—Arruinó todo con esa estupida pregunta.

Jodida pregunta

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2020 ⏰

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