Capítulo 8

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'Just Married'

Grecia, Athenas – Santuario

Junio, 30 de 1750

Agasha sonrió al Pope antes de hacer una reverencia muy respetuosa para seguidamente marcharse a paso calmado, más se detuvo a las afueras del Templo Papal, observando no por primera vez la increíble vista que se podía apreciar desde ese lugar, que hasta lograba alcanzar a ver el Mar Egeo, Rodorio y algunas islas muy en la lejanía, todo siendo iluminado por la luz del sol de media tarde brillaba preciosamente.

Ya había transcurrido casi un año desde que ella se reencontrara con el hombre que hacía mucho le robó el corazón de una forma tan sutil que a ella no le dio tiempo de darse cuenta o siquiera detenerlo, aunque ahora que estaba allí y su vida era tan maravillosamente asombrosa no se arrepentía de nada, y mucho menos de amarlo a él.

Desde aquel día en el que se dieron su segundo beso bajo el árbol de manzanas, habían transcurrido muchas cosas concernientes al Santuario y sus habitantes, entre esas que el Santo de Cáncer obtuvo no solo una hija muy adorable, sino que además la madre de la criatura regresó de su tiempo huyendo y escondiéndose de aquellos que la cazaban a los brazos de lo que poco después se convirtió en su esposo. Después estaba todo el asunto de los Santos Negros que cazaban a las dos descendientes de la Isla Reina Muerte, que involucró por lo que ella sabía, a las dos integrantes venidas de la Villa de Delfos, la Pitonisa y a su hermana, la Oráculo, ese asunto en particular por lo que se contaba no había tenido un agradable escenario, con la última casi siendo asesinada por el líder de la banda de rufianes y la consecuente pérdida de control de la protectora de esta.

Cuando creyeron que ese asunto estaba resuelto surgió otro problema con una de las jóvenes mujeres de Delfos, pero gracias a los Dioses eso, también, lograron sobrellevarlo adecuadamente, y de ello surgieron nuevas relaciones que no muchos habían anticipado, pero que todos recibieron con agrado.

Y entre todo eso estaba su propia situación recordó sintiendo su corazón saltar de alegría debido a lo que sucedería en apenas dos semanas.

Poco después de que ella y Albafika decidieran abstenerse de manifestar sus sentimientos tan arduamente, la muchacha se encontró tres semanas después con la sorpresa de que Shion, el nuevo Patriarca, estaba compartiendo un jarrón de vino con su Padre tranquilamente una tarde. Estaba de más decir que se había quedado más que confundida, pero estos simplemente sonrieron con serenidad y la invitaron a participar, degustando algunos dulces que el rubio trajo desde el Santuario para esa visita tan peculiar; Al final de la pequeña reunión, el importante Santo se marchó muy educadamente comentando que tenía otro recado que atender en Rodorio antes de regresar a sus labores diarias, pero que esperaba que Gus, el progenitor de la joven, le comunicara su decisión tan pronto le fuera conveniente, a lo que este asintió en acuerdo dejando a la castaña más que desconcertada.

Pero cuando inquirió a su padre sobre ello, este solo sonrió misteriosamente y no dijo nada, cambiando rápidamente de tema y a ella eventualmente se le olvidó, eso fue hasta que unos días después, el hombre algo entrado en años que la crió con total cariño la sentó una noche en la sala, mandando a los demás integrantes de la familia fuera de la habitación, alarmándola de sobremanera en el proceso, y se colocó frente a ella con su bastón recostado de la silla que estaba usando y la miró seriamente.

"Estoy seguro de que te estarás preguntando a que se debe todo esto" inició la conversación con tranquilidad, observando a su hija quien era la viva imagen de su fallecida esposa, e internamente sonrió con tristeza, al pensar en la mujer que siempre había amado y con la que esperaba reunirse cuando muriera.

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