Capitulo 9

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'Epilogo'

Grecia, Athenas – Santuario.

Agosto, 25 de 1758

La suave brisa entro por la ventana abierta de la habitación en penumbras, iluminada apenas por la luz de la luna cuarto menguante del firmamento, se podía apreciar dos figuras durmiendo en la gran cama King de sábanas blancas, sin embargo, cuando una ráfaga de viento entró con fuerza en el lugar una de las figuras se levantó sobresaltada y con suma rapidez.

Albafika se sentó de sopetón en la gran cama que compartía con su esposa desde su matrimonio, sudando profusamente y con el corazón acelerado, tanto que por un segundo pensó que quizás estuviera padeciendo un ataque cardiaco, su respiración era agitada y tenia problemas para enfocarse en la realidad del aquí y ahora, aun atrapado en la pesadilla que solo parecía vivir en su mente. Se encorvó de modo que sus codos reposaron en sus piernas, ocultando su rostro entre sus manos mientras tomaba profundas respiraciones intentando calmarse lo suficiente como para poder pensar con claridad y diferenciar la realidad de la fantasía.

Un toque suave en su espalda perteneciente a una mano femenina que él conocía tan bien y tan íntimamente, lo sobresaltó ligeramente, más él no se giró a verla, incluso cuando la sintió apoyarse ligeramente contra él, sin decir una palabra rodeando su cintura con sus delgados brazos, y respirando con profundidad y calma, de modo que inconscientemente él comenzó a imitarla, ralentizando poco a poco los latidos frenéticos de su pulso, haciendo que finalmente pudiera respirar sin tener un ataque de pánico o sintiera como las paredes se cerraban sobre su cabeza, permitiéndole de esa forma alejar de su mente la risa siniestra de aquel Espectro que un después de tantos años acosaba sus sueños

Permanecieron en silencio por un tiempo indefinido, hasta que él suspiró.

"Siento si te desperté" susurró en un tono callado, aun manteniendo su rostro viendo hacia el frente, pero sentado de una forma erguida en la cama, sintiendo como el cálido viento recorrer el sudor frio de su cuerpo que comenzaba a desvanecerse.

"No me importa" Agasha murmuró contra la piel tersa de su hombro, depositando un delicado beso en este e inhalando su único aroma a musgo, rosas y algo enteramente masculino, que siempre lograba calmar y revolucionar sus sentimientos de sobremanera al mismo tiempo. "¿Te encuentras mejor ahora, Albafika-sama?" inquirió con afecto rosando en una caricia inconsciente su torso con sus manos.

"Si, solo fue... un mal sueño" él asintió luego de pensarlo detenidamente.

Ella estuvo callada unos minutos antes de aventurarse a hablar nuevamente.

"Es por Rhus, ¿no es así?" al sentirlo quedarse completamente inmóvil en su abrazo, ella no pudo sino sonreír en comprensión, aunque su esposo no pudiera ver su rostro en ese momento. "Has tenido la pesadilla debido a que su entrenamiento para convertirse en Santo ha comenzado realmente" sentenció como la verdad, viendo que ella misma estaba preocupada por ello.

"Es nuestro hijo" fue todo lo que él dijo, frunciendo el ceño por un segundo antes de masajear su frente con la mano con la cual no sostenía la de su amada. "Solo tiene siete años, y el entrenamiento para ser un Caballero no es fácil... especialmente debido a la Cloth a la cual se espera que obtenga cuando llegue el momento" sus labios se fruncieron, sintiendo esa energía nerviosa que lo acompañaba desde el momento en que su hijo naciera, y él se diera cuenta a medida que crecía de que él bebe sentía una especie de afinidad hacia aquella Armadura.

"Es gentil y algo tímido, y si nos hubieran dado a elegir no creo que hubiéramos pensado en sugerir que perteneciera a la Orden de Athena, pero ambos sabemos que el llamado en su sangre es demasiado fuerte, no tenemos de otra que esperar y apoyarlo en el camino que fue destinado a cruzar" suspiró mordiendo su labio inferior para suprimir su propia preocupación por el que era una de las personas más importantes para ella después de su esposo.

Golden RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora