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Mientras JiSung esperaba que MinHo le abriera la puerta, repasó mentalmente las palabras que utilizaría para decirle que estaban en la dulce espera de un cachorro

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Mientras JiSung esperaba que MinHo le abriera la puerta, repasó mentalmente las palabras que utilizaría para decirle que estaban en la dulce espera de un cachorro.

"Hola, ¿sabes qué? Aparentemente en mi último celo, olvidamos usar protección y yo me olvidé de tomar mis pastillas, así que ahora tengo a un feto de tres, casi cuatro, semanas en mi vientre, ¿qué te parece?"

Dios, sonaba ridículo.

Su celular vibró y vio que era un mensaje de su hermano mayor.

Chris hyung
Espero que le digas

Y ciertamente, ese era su miedo.

No sabía de que modo MinHo iba a reaccionar, tal vez lo quiera o tal vez no lo quiera, era un cincuenta y cincuenta pero debía admitir que tenía miedo.

Se sobresaltó cuando la puerta del departamento se abrió.

—Pero que linda sorpresa—habló el alfa, mirándolo con una sonrisa. Esa maldita sonrisa que lograba alterar sus pensamientos y hacer que su lobo se vuelva loco.

Sin notarlo, respiró hondo dejando que el fuerte aroma a café llenara sus pulmones. Lee sonrió, le gustaba el efecto que producía en el omega.

JiSung tembló, no podía hacerlo y ya olvidó para que había ido inicialmente, el alfa tenía más control en él del que creía.

—¿Estás solo?—indagó.

—Sí, ¿por...?—la respuesta quedó a medias porque el omega se abalanzó sobre el alfa, juntando sus labios en un necesitado beso que a MinHo no le costó seguir, le gustaba cuando JiSung tomaba la iniciativa.

Ambos entraron a la casa y MinHo empotró a JiSung contra la puerta, sin separar sus labios en ningún momento. El omega comenzó a desabotonar con rapidez la camisa del alfa mientras que este posaba sus manos en el trasero del menor y lo masajeaba a su antojo, sacándole unos leves quejidos.

Lee se separó de sus labios para comenzar a dejar una serie de besos en el cuello del menor mientras que el omega con aroma a galletas lo despojaba de su camisa.

—No sabes lo mucho que me encantas—susurró MinHo contra su piel, JiSung solamente disfrutaba de las caricias con los ojos cerrados—, el mejor regalo de despedida.

Eso logró sacar al menor de sus sucios pensamientos para mirar al alfa que seguía dejando besos húmedos por su cuello. Aprovechó de sacarle la camisa al mayor y miró fijamente los ojos del alfa, que ahora estaban oscurecidos.

—¿A qué te refieres con despedida?—indagó, bajando sus manos hacia el pantalón de MinHo y con dedos expertos, le sacó el cinturón. Su corazón latió acelerado cuando su cerebro por fin se dignó a procesar lo que el alfa dijo.

"El cachorro" pensó. Había ido a decirle que tendrían un hijo pero (como muchas veces le pasó antes) el deseo ganó y logró cambiar todas sus prioridades de lugar.

On Track // MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora