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Cuando se conocieron, se podría decir que no empezaron bien

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Cuando se conocieron, se podría decir que no empezaron bien.

—No puedo creer que esté haciendo esto, Song MinGi—masculló.

Había recibido una llamada urgente de su amigo quién necesitaba con desespero unas carpetas que estaban en su casillero. ¿El problema? Estaba en clases con el maestro Kwan y no lo dejaría salir a buscar lo que necesita, es por eso que le preguntó a MinHo si podía hacerle el favor.

Miraba ambos lados del pasillo vacío puesto que todos estaban en clases mientras buscaba el salón de su amigo. Debía volver rápido porque dejó un proyecto a medias solo para hacerle el favor a su amigo.

Salón 45

Salón 46

Salón 47

Sacó su celular para escribirle a MinGi que ya estaba a un salón de distancia cuando chocó con alguien, las carpetas que traía en la mano cayeron al suelo, junto con un montón de papeles que las persona frente a él traía en sus manos.

—¡Maldita sea!—exclamó MinHo, agachándose para tomar las carpetas esparcidas por el piso. La persona frente a él, que por el rabillo del ojo vio que se trataba de un chico y por su tierno olor a galletas supo que era un omega, reunía rápidamente sus papeles—. ¿No podrías tener más cuidado?

Ambos se levantaron al mismo tiempo y se miraban fijamente. El chico con cachetes de ardilla le dio una mirada indignada al escuchar lo que el alfa castaño y con un fuerte olor a café le reclamó.

—¿Yo? Eras tú quien caminaba mirando su celular—se defiende. Su omega interno le gruñó por el modo en el cual le había hablado al mayor.

Quién estaba frente a él era un alfa, fue una deducción rápida por el fuerte aroma a café, los hombros anchos, la postura erguida, su altura y sus oscuros ojos. Sabía que debía mostrar más respeto y tener una actitud más sumisa, pero hace tiempo que mandó al demonio los estereotipos del omega ejemplar.

—Bueno, si me viste, ¿por qué no te hiciste a un lado?

El menor lo fulminó con la mirada.

—Idiota—masculló. ¿Quién diría que alguien tan lindo y guapo sería tan maleducado?

—Escuché eso—informa MinHo.

—Me alegro por ti, eso quiere decir que no eres sordo—habla sarcástico—. Para la próxima, no camines mirando el celular.

—Haré lo que yo quiera—habla cruzándose de brazos.

—Ojalá choques con un poste de luz.

—Eh, cuidado, Bajito—JiSung comenzó a enojarse por el apodo del idiota frente a él—, desear el mal a otros no es bueno, te puede pasar a ti.

—Idiota—repitió, aferró más las hojas contra su pecho y le dio una mala mirada a MinHo, quién imitó su actuar—, ni que fueras tan alto.

—Cuidado, no vayas a chocar contra alguien otra vez—dice Lee al ver como el lindo desconocido se alejaba de él. Sonrió, en esa mínima conversación, descubrió que le encantó molestar al omega con aroma a galletas.

On Track // MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora