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—No, mierda—gimió—, n-no hagas es-eso

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—No, mierda—gimió—, n-no hagas es-eso.

—Palabras—gruñó MinHo, dándole una leve nalgada mientras mordía despacio su muslo.

JiSung se aferró a las sábanas cuando sintió la lengua del mayor recorrer su muslo derecho hasta llegar a su trasero, el cual ya estaba soltando lubricante natural debido a la excitación de ser tocado por las manos de su alfa. Gimió fuerte al sentir que el mayor adentraba su lengua en su rosada entrada, degustando el dulce sabor del lubricante.

Fueron pocas veces en las cuales permitió que MinHo hiciera eso y no sabía por qué, si la sensación era excelente, un poco rara tal vez pero no podía negar que le encantaba. Pasaron varios minutos en los cuales solo se dedicó a gemir por la intromisión de la lengua ajena en su entrada, Lee estaba satisfecho al escuchar los gemidos del menor, siguió pasando su húmedo músculo por un lado a otro, robándole varios suspiros al omega.

JiSung estaba acostumbrado al alfa rudo y territorial que era MinHo cuando habían estado juntos en la cama pero ahora no podían darse ese lujo ya que tenían a un cachorro en formación de por medio y lo último que Lee quería en este mundo era dañar a su hijo. Antes, su relación solamente era carnal y los dos lo sabían muy bien; querían satisfacción propia y solo se preocupaban de disfrutar, mientras más rudo fuera el sexo, era mejor para ellos, se veían a escondidas, fingiendo que no se conocían y que no pasaban tiempo juntos, algo que resultaba ridículo para sus familias porque había veces en las cuales ni siquiera se encargaron de quitar el olor del otro de sus cuerpos. Todo comenzó a ser distinto cuando los sentimientos, que ambos se negaban a admitir, salieron a flote.

El simple hecho de pensar en las palabras que el doctor de JiSung le dijo a MinHo, lo hacían enojarse y a su lobo gruñir sin parar. Sabía que el omega no era un objeto, que no debía tratarlo como tal, pero su lado territorial era más fuerte y pensar que ese beta estaba interesado en su omega, lograban que su sangre hirviera. Quería reclamar a JiSung, formar una familia como tal, poner una linda mordida en su cuello, con consentimiento previo, pasar el resto de sus vidas juntos pero todavía no hablaban del tema, aunque lo haría pronto, no quería que JiSung se fuera de su casa sin una mordida y sin formalidad de parte de ambos.

—Eres malditamente dulce—habla MinHo, pasando su lengua esta vez por sus labios para saborear los restos de lubricante que habían quedado en esa zona.

—Ven aquí—pidió JiSung.

Lee no tardó en obedecer, posicionándose arriba del omega para besarlo, haciendo que probara el sabor de su lubricante natural.
Lo atrajo más a él, rodeando con sus piernas las caderas del alfa.

—¿Estás tratando de provocarme?—pregunta una vez que se separan, dándole una mirada lasciva.

JiSung sonrió con inocencia fingida.

—¿Tú que crees?

—No sabes lo sexy que te ves—recorrió su cuerpo con sus ojos, mordiendo su labio inferior. Tuvo una vista increíble de todo el cuerpo del omega porque este estaba desnudo.

On Track // MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora