08. La verdad en todos nosotros

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Quizás la mejor parte de ser el dúo favorito de los soviéticos del Domo es que nunca llegaban a tratarlos como a unas máquinas realmente, bueno, al menos no siempre.

Cómo ahora, que todos tenían a prueba a Natasha, dentro de una cápsula de cristal mientras está enfrentándose a uno de sus instructores. Esta enfundada en un traje de látex blanco, su cabello está trenzado perfectamente para que no le estorbe. James está fuera con los demás altos mandos, todos están mirando la maestría con la que se mueve dentro que James no sabe por qué, pero siente que ya la ha visto antes.

No puede apartar la mirada y escucha de tras fondo todo lo que los demás están diciendo de ella. Luego siente como la mano pesada de un hombre se posa sobre su hombro, le toma un segundo reconocerlo, es el hombre que comando su unidad aquella vez en la expedición.

-No hay mejor soldado que el que hace un buen trabajo.

-Gracias, señor.

-No es un cumplido, soldado -apunta el hombre con voz dura -¿La haz visto? Es magnífica ¿No lo crees?

-Es perfecta.

El hombre apenas y vuelve la cabeza para mirarlo, pero inmediatamente le resta importancia.

-Esta noche son el orgullo de Rusia -le dice y James simplemente guarda silencio -, todos creen que son un milagro, que son lo que los japoneses y los americanos estuvieron buscando desde que todo comenzó. Tú y todos los soldados del invierno, son un regalo para la madre Rusia, ellas, sin embargo, son nuestro trofeo.

James vuelve a mirar a Natasha, no hay ningún rastro de cansancio en su rostro, ni de enojo, es como si realmente no sintiera nada al pegarle a ese hombre que intenta responder a sus golpes. Parece que le ha roto la nariz, sus puños están cubiertos de carmín y sus cabellos pelirrojos apenas y se han movido de su lugar.

-Barnes, ven aquí- ante el llamado de otro hombre, James fue a su llamado, acatando cualquier indicación que le diera, tal y como se lo enseñaron en los primeros días después de que despertara sin su brazo-. Quiero que entres y comiences a pelear con ella. Y tú, quiero que los observes, desglosa los movimientos.

James se quedó estático por un segundo, pensando en qué tan correcto era obedecer en ese entonces. Le echó un vistazo a la cápsula donde estaba Natasha, ella seguía entrenando con su profesor, tan sublime y con elegancia, parecía irreal, es decir, le era irreal porque no puede evitar pensar en qué tan solo la noche anterior estuvo durmiendo con él, en la misma cama, ella, tan pequeña y diminuta a su lado, ahora dándole la paliza de su vida a ese pobre hombre.

-¿Dónde está Stark?

-Detrás de usted.

-Analisis de movimiento unitario, quiero un reporte.

Emotional Machine | BuckyNat AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora