Anaju
Por primera vez desde que estaba en la academia no me desperté por el sonido de esa música estridente que nos ponían cada mañana. Me desperté porque noté que alguien me miraba intensamente. Hugo. Cuando abrí los ojos lo vi sonriéndome, con cara de buen niño. Teníamos los dedos entrelazados y me tenía apoyada en su pecho. Si estuviesemos juntos ahora le besaría con pasión. "No, Anaju" me dije a mí misma. Cada vez me dolía más recordar que no era a mi a quién el chico rubio quería.
- Buenos días, preciosa. ¿Has dormido bien?- me preguntó dándome un beso en la frente.
- No mucho, sobraba alguien en mi cama. - le respondí sacándole la lengua.
- Nadie me quiere en esta casa. - dijo él exagerando. Sabía que siempre me hacía reir cuándo parecíamos sacados de una telenovela.
- He dormido mejor que nunca. -dije dándole un beso en la mejilla y levantándome de la cama.
El día siguió tan bien como había empezado. Las clases con Mamen y Vicky habían salido perfectas, pero con Manu me desanimé. Es una canción difícil de afinar y no lo conseguía. Me estaba poniendo muy nerviosa para el pase de micros. Sabía que no me saldría bien. No pude evitar que los nervios se apoderaran de mi, así que cuando sonó el timbre que daba por finalizada la clase, salí corriendo hacía los baños.
Allí lloré. Lloré de rabia e impotencia, porque me estaba esforzando mucho y no conseguía ningún resultado.
- Anaju, abre. - escuché la voz de Hugo desde fuera. No quería que me viera así, no quería que se preocupara.
- Tranquilo, estoy bien, ve a merendar. - le dije secándome las lágrimas.
- No me iré de aquí hasta que pueda abrazarte. - me respondió muy serio. Decidí abrir la puerta y en un segundo estaba entre sus brazos.
- Todo saldrá bien, te lo prometo. Yo estoy contigo y ensayaremos las veces que haga falta. Cálmate y sonríe, que estás preciosa cuando lo haces. - me dijo al oído.
Me sorprendieron estas palabras tan dulces. Nunca me había dicho nada así. Pero no puedo negar que me hizo feliz. Todo saldrá bien, sobre todo si tengo a Hugo a mi lado.
Hugo
El paso de micros salió mal. Horriblemente mal. No dimos ni una. Bueno, sí, la interpretación estaba. No era difícil interpretar una atracción que ya sentía. De hecho, la reacción de los profesores y de los compañeros fue de completa incredulidad. Todos felicitaron a Iván por su trabajo y él me guiñó el ojo. No hicieron falta palabras para entender lo que me estaba diciendo: "la atracción es real, no hay nada fingido". Pero ahora mismo no me importaba lo que pudiera sentir yo, lo único que quería es ver a Anaju feliz.
Después de cenar, fuimos a un box a ensayar. Estuvimos horas cantándonos canciones y practicando Señorita, para que quedara perfecta. Se apagaron las luces y seguimos cantando y riendo. Las horas con ella pasaban volando. Cantar nuestra canción, a oscuras, mirándonos a los ojos, fue mágico.
- Una última vez, con todo el baile y la interpretación y a dormir, que me llevas por el mal camino. - me dijo guiñándome el ojo.
Empezó la canción y cada segundo nos íbamos acercando más. Cuando mi mano tocó su cintura pude ver como se estremecía. Yo noté esa misma electricidad cuando me rozó el cuello con sus dedos. Nos agarramos más fuerte, dejándonos llevar completamente. La canción acabó y nuestros labios estaban a milímetros. Notaba su respiración entrecortada, sus dedos temblorosos en mi mejilla y su piel erizada. Ninguno de los dos parecía poder apartarse. Quería besarla.
No fue hasta que sonó la siguiente canción que no nos dimos cuenta de lo que acababa de pasar. Nos apartamos sin mirarnos, los dos muy nerviosos.
- Buenas noches, Hugo- me dijo saliendo rápido por la puerta, dejándome solo en el box.
Ya no lo podía negar más, me estaba enamorando de Anaju.
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Contigo
RomanceSentimientos a flor de piel, atracción, canciones... La academia de Operación Triunfo es su casa y los concursantes, su familia. Pero todo se complica cuando interviene el corazón.