6. Señorita

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Anaju

Señorita. Con Hugo. Señorita con Hugo. Madre mía. Notaba el corazón a cien. Como siempre me pasaba, empecé a darle muchas vueltas a la situación, imaginándome todo lo que podía salir mal. Por ejemplo, enamorarme, y como consecuencia, que me rompa el corazón delante de todo el mundo. Madre mía. 

No podía escuchar a Iván dándonos la clase grupal, solo pensaba en mis miedos. De repente, noté una mano sobre la mía. 

- ¡Anaju que estás dormida!- exclamó Hugo riendo a carcajadas. No era propio de mi no estar atenta y, por supuesto, él lo había notado. - Venga, vamos a probar tonos. 

Sin soltarme la mano nos dirigimos a la clase de Manu. Empecé a cantar la canción y mi mente volvió a hacer de las suyas. I love it when you call me Señorita. Me encanta que me llames Señorita. Me encanta que me llames "Anahú". Me encanta como me haces reír. Me encanta como me haces sentir. Me encantas tú, Hugo. 

Hugo

Acabamos la clase con Mamen a las 18h, hora de merendar. Los ensayos estaban yendo bien. De hecho, estaban yendo muy bien. No recordaba un día más feliz en la academia. Con Anaju todo era fácil. 

Me dirigía hasta el comedor cuando alguien tiro de mí, hacia las duchas. Era Eva. Antes de poder reaccionar tenía sus labios en los míos. Supe en un segundo que estaba agobiada. Siempre acudía a mi cuando tenía problemas. Pero, por primera vez, yo ya no estaba tan ilusionado con la idea. 

- Hugo, hazme olvidar todo por un ratito. Ayer me salió fatal Copenhaguen y encima Rafa está nominado... - No se me escapó su cara de tristeza al nombrar a Rafa, pero no quise preguntar más. 

- Estate tranquila, Evita, todo saldrá bien- le dije mientras le acariciaba el pelo. 

- Tú estás conmigo, ¿verdad?- me preguntó con los ojos humedecidos. 

- Sí, estaré siempre que me necesites. - le respondí, aunque esas palabras sonaban extrañas en mis labios. 

Estuvimos unos minutos más dentro de las duchas, hasta que Eva se tranquilizó. Fuimos al comedor, donde todos ya estaban merendando. Cogí mi plato y sin ser muy consciente lo coloqué al lado de Anaju. Antes de sentarme le di un beso en la mejilla. 

- ¿Todo bien? - me preguntó sorprendida ante mi gesto. 

- Todo genial, con ganas de pasar esta semana contigo, Señorita. 

Nos quedamos mirando, con una sonrisa tonta, y por unos segundos, se paró el tiempo. 

ContigoWhere stories live. Discover now