11. Te besé

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Anaju

No. No. No. No podía ser. Estaba besando a Hugo. Es cierto que no podía contenerme más pero sabía que esto solo traería problemas. Me aparté, lo que supuso un gran esfuerzo de mi parte. Estaba temblando de los nervios, pues no sabía como iba a reaccionar él. Pero le miré a los ojos y pude ver pura felicidad. Fue en ese momento que pude asimilar lo que había pasado: me había dado el mejor beso de mi vida. Hugo me sonrió y yo baje la mirada, siendo plenamente consciente de mi cara sonrojada. 

- ¡Bueno, eso ha estado muy bien! - dijo Iván rompiendo el momento. - Me he creído vuestra atracción pero me gusta más el final sin beso, crea más tensión. Aunque a vosotros creo que os gusta más este, ¿no? 

Los tres reímos pero yo lo hice avergonzada. Madre mía. Me había besado delante de Iván, en una clase, con las cámaras grabándonos. Esto lo vería mi familia, mis amigos, ¡todo el mundo! Y peor, si lo ponían en la gala, lo verían mis compañeros. Lo vería Eva. 

En ese instante entré en pánico. Sí, besarme con Hugo había sido uno de los momentos más bonitos de mi vida, pero traería consecuencias. 

- Tranquilízate, ahora hablamos. - me dijo el chico rubio susurrandome al oído. Me agarró la mano, reconfortándome, y todos mis miedos se esfumaron. 

- Por mi lo podemos dejar aquí, chicos. Gracias por la implicación y espero que en la gala os salga genial. - nos dijo Iván, saliendo por la puerta. 

Sin decir nada, Hugo me llevó hacia la habitación, donde podríamos hablar tranquilos. No sabía qué pasaría, pero no quería perder a mi Señorito. 


Hugo

Había besado a Anaju. Sabía que no sería fácil pero no podía evitar estar feliz, muy feliz. Me había imaginado ese beso mil veces, pero fue aún mejor. Nunca había sentido algo así. Noté escalofríos por todo mi cuerpo y ahora no podía parar de sonreír. Dios mío. Estaba tan enamorado...

Entramos a la habitación y al segundo, la tenía entre mis brazos. Sé que ella siempre le da mil vueltas a las cosas y quería tranquilizarla, porque si me decía que se arrepentía de besarme, no podría vivir con ese dolor. 

- Antes que nada, quiero decirte que tenía mil ganas de besarte. Lo he soñado mil veces, porque me encantas, Ana Julieta. - le dije acariciándole la mejilla. Ella me sonrió y jamás la había visto tan preciosa. 

- Yo también quería. Pero Hugo, esto traerá muchos problemas - respondió con voz temblorosa. 

- Sí, lo sé, pero los solucionaremos juntos, ¿vale? - le dije mientras ella me abrazaba con más fuerza. - Me da igual que el mundo se entere que quiero estar contigo, que me haces feliz y que quiero besarte. 

- Créeme que yo también quiero. Me gustas mucho, Señorito. - me contestó sacándome la lengua. - Pero hay alguien que debería enterarse por ti...

- Hablaré con Eva. Quiero que sepas que con ella sólo era diversión, no tengo sentimientos. La que me vuelve loco eres tú. Hablaré el domingo, después de la gala. Ella ahora no lo está pasando bien, pero cuando el domingo vea que se queda Rafa estará más tranquila y se lo diré, ¿te parece bien? - le pregunté, expectante a su respuesta. 

- Sí, me parece bien. Pero hasta que hables con ella, no volverá a pasar. No quiero rivalidades ni peleas. Además, tenemos que aguantar la tensión en la canción, nos irá bien practicar - me dijo guiñándome el ojo. 

- Perfecto, Señorita. - le dije riendo- Una duda más... ¿Puedo darte un último beso bien dado?

Ni me respondió. Simplemento juntó sus labios con los míos en un beso lento, suave, precioso. Una vez más, sentí felicidad por todo el cuerpo. Quería gritarle al mundo que era mía y yo era suyo. Pero eso tendría que esperar unos días. 

- Hasta el lunes, guapo. - me dijo cuando se apartó. 

- Lo espero con ansias, preciosa. 

Y así, con una sonrisa de oreja a oreja, salimos de la habitación para reunirnos con el resto de nuestros compañeros. No estábamos juntos, pero estábamos felices. 

Nunca me hubiese imaginado que la felicidad nos duraría tan poco. 

ContigoWhere stories live. Discover now