Hugo
Lo intenté. Juro por Dios que lo intenté de todas las maneras posibles. Me negaba a darme por vencido, a tirar la toalla sin una oportunidad más. Quería una explicación. La necesitaba para no perder la cabeza. Habían pasado ya tres días desde la última vez que hablé con Anaju y, por mucho que la buscara, ella siempre me esquivaba. Pensaba que nada me dolería más que verla enfadada, pero ella no lo estaba. Anaju se mostraba fría, distante. Me ignoraba, ni se acercaba a mí, le era indiferente. Y verla así... Me mataba.
Yo llevaba tres días sin reír, sin disfrutar. Pasaba gran parte de mi día solo. No estaba ni componiendo ni ensayando mi canción de la gala. La letra de esa canción dolía demasiado. "Esperando a que vengas a buscarme..." Ojalá viniera y me dijera que todo estaba bien, que aún me quería.
El pase de micros del viernes fue horrible. Todos los profesores me dijeron que me pusiera las pilas, que caería nominado si no mejoraba de cara a la gala. Pero yo no podía concentrarme en nada más que en la chica morena que era capaz de hacerme el hombre más feliz del mundo pero también el más miserable.
Después de las intensas clases donde todos me exigían mil cosas, no aguanté más. Necesitaba volver a mi burbuja y estar en paz. Fui corriendo a la habitación y me tumbé en mi cama, dejando que las lágrimas cayeran sin parar. En esa cama podríamos haber sido felices, si Anaju hubiese confiado en mí, si me hubiese dicho porqué se alejaba.
- Hugo, cariño, ¿estás bien? – dijo Eva acariciándome la cara. Estos días había sido un gran apoyo para mí, pero solo como amiga. Estaba orgulloso de nosotros, pues no siempre se puede acabar bien una relación.
- Sí, no te preocupes. – le contesté con una sonrisa débil.
- A mi no me mientas. ¿Has podido hablar con Anaju? – yo negué con la cabeza y ella siguió. - ¿Quieres que se lo explique yo?
- No te creerá. Solo se dará cuenta de que la quiero a ella por mis hechos, no por mis palabras. Es una cabezota – dije sonriendo, recordando muchos momentos con ella.
- Pues te tiene que ver dispuesto a darlo todo. ¡Así que levántate, abrázame y a por todas!
La abracé dándole un beso en la frente. Quería agradecerle que me animara siempre, por mucho que ella también estuviese pasando una semana dura con la marcha de Rafa.
- ¡Vaya! no quería interrumpir- nos sorprendió una voz a mis espaldas. Anaju.
- Anaju, de verdad que no interrumpes nada. Hugo y yo... – dijo corriendo Eva.
- No hace falta que sigas. No me importa, de verdad. – contestó Anaju con tono de indiferencia. Oír como me hablaba así... Me rompió una vez más.
Me quedé petrificado mientras ella cogía su ropa y se dirigía a la ducha. Ahí reaccioné y fui tras ella. Me iba a escuchar, me merecía una explicación. Entré tras ella, dando un portazo para advertirla.
- ¿Qué haces? Vete, por favor. – me dijo enfadada.
- No me voy. Llevas tres días sin decirme ni una palabra y no me lo merezco. – le contesté acercándome a ella. Estábamos a un metro de distancia y aun así, veía como ella estaba incomoda. Y pensar que hace una semana nos teníamos que esforzar para no estar a centímetros...
- ¿Que no te lo mereces? – exclamó ella. - ¿Y yo me merezco que me engañes?
- Nunca te he engañado, Ana Julieta. Te dije que quería estar contigo y así es. – le dije agarrándole la cara con mis manos. Quería que me mirara y viera en mis ojos que estaba siendo sincero. Quería que viera cómo le suplicaba que no nos abandonara todavía.
- No, Hugo. No voy a permitir que juegues conmigo. Vete, por favor. No quiero verte – me respondió. Vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.
Quizá estaba loco, pero esas lágrimas demostraban que le importaba, que yo no le era indiferente. Eso me bastó para volver a tener esperanza. La iba a recuperar.
- Me voy. Pero quiero que te quede claro que no me doy por vencido. Volverás a quererme. – le dije apartando mis manos lentamente de su cara.
Ella bajó la cabeza y se secó las lágrimas. Me dirigí a la puerta y cuándo estaba a punto de salir, decidí girarme para mirarla una última vez. Ella clavó sus ojos en mí. Estaba preciosa y podía ver cómo su corazón me chillaba que luchara por ella. Eso iba a hacer.
Anaju
La semana estaba siendo horrible para mi. No es fácil convivir con la persona que te ha roto el corazón. Por eso intentaba esquivarle. Me iba de la habitación si él entraba, le apartaba siempre la mirada, me cambié de mesa... Y aún así, solo hacía que pensar en él. No podía negar que se le veía afectado, y me creería que sus sentimientos son sinceros si no hubiese visto con mis propios ojos como besaba a Eva. No conseguía quitarme esa imagen de la cabeza. Esta semana no habían dormido en la misma cama, ni se les veía tan pegados, pero seguían pasando mucho tiempo juntos. Por mucho que supiera que lo mío con Hugo había acabado, me moría de celos por dentro al verlo con Eva.
Tampoco ayudaba la canción tan difícil que me tocaba defender esta semana. Me veía nominada. Conseguía afinar casi todas las notas, pero no transmitía nada. No podía dejarme a mi misma sentir esa canción, Amor Eterno, porque es tan triste que me acabaría de hundir. Y no podía mostrarme dolida ante Hugo, no quería que viera que había jugado conmigo y me había roto. Pero lo había hecho.
Era la noche de la gala y tenía mucho miedo de lo que pudiera ocurrir. No conseguí sonreír ni un segundo durante la gala y mi actuación... Fue un desastre. ¿Mi valoración? Horrible. Era lo que esperaba pero aún así dolía. Me habían propuesto para abandonar la academia. Pero lo peor era con quién quedé nominada: Javy, Eva, Hugo y yo.
Eva lloraba desconsoladamente. Javy me abrazaba con fuerza. Hugo y yo estábamos uno al lado del otro, sin tocarnos, sin mirarnos. Solo pensar que podríamos quedar él y yo... Sería demasiado duro para mi. No me gustaría quedarme si eso suponía que el chico rubio tenía que irse. Mientras hablaba Noemí y daba las razones por las que se tenía que salvar uno de nosotros cuatro, Hugo rozó sus dedos con los míos. Era una invitación a unir nuestras manos. En ese momento no pude ser fuerte y entrelacé nuestros dedos. Fue ahí cuando me percaté de lo mucho que lo echaba de menos.
Finalmente, los profesores salvaron a Hugo y yo por fin pude respirar. Me había hecho mucho daño, sí, pero el amor ya tiene eso... Quería que él fuera feliz conmigo o sin mí. Los compañeros fueron votando uno a uno, y cuando solo quedaba Hugo por votar, vi en pantalla que Javy tenía dos votos, Eva seis y yo cinco. Flavio, el favorito, había votado a Eva, así que yo quedaba nominada seguro. Mejor. Dolía menos así que quedar nominada por el voto del chico al que quería, pues estaba segura que Hugo votaría a Eva.
Lo vi observando la pantalla de los votos y luego me miró con lágrimas en los ojos. Esa imagen me impactó, verlo tan abatido. Pero aun me sorprendió más cuando al girar la pizarra vi mi nombre escrito.
- Voto a Anaju, siempre. – me dijo clavando su mirada en mí. Era su manera de decir que me elegía a mí, en todos los aspectos.
Me quería. Ahora podía verlo. Me quería a mí. No tendría que haber desconfiado de él. Me sentía una imbécil, sobre todo, porque me había dado cuenta cuando nos tocaba despedirnos. Sabía que Javy se salvaría y mi concurso acabaría aquí, pero, más importante, sabía que solo me quedaba una semana para estar con el chico al que amaba.
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Contigo
RomanceSentimientos a flor de piel, atracción, canciones... La academia de Operación Triunfo es su casa y los concursantes, su familia. Pero todo se complica cuando interviene el corazón.