Katsuki Bakugou nació en los barrios peligrosos de la ciudad de los Ángeles, empero aquello no significaba que haya sido un delincuente, drogadicto o vagabundo, las sandeces que salían de vez en cuando de su boca era un defecto de fábrica. Había aprendido a no temerle a gente de tal calaña, se preparó cuando decidió volverse policía y continuó mejorando cuando recorrió el camino de su padre al ascender a ser detective. Conoció el peligro en todas sus formas y tamaños, aún hay secuelas sin sanar.
Sí, una pistola estuvo en sus bolas una vez, ese día tuvo muchísimo miedo. Amenazaron de muerte a su madre, lo envenenaron por error y se cayó de un rascacielos, gracias al Hacedor tenía una cuerda sujetándole la cintura y a su fiel padre a lado. Ahora no tenía nada. Estaba solo.
Los tacones de Shouto Todoroki sonaron con el compás de la música. El escenario era suyo, la virilidad, la beldad masculina que dotaba dejaba boquiabierto a los espectadores. Todoroki bajó del escenario, se posó en el porta brazos del señor Inasa. Bakugou se dio cuenta de que no era el único que se había quedado callado, todo el lugar guardó silencio. Katsuki tragó saliva, el pantalón negro resaltaba en demasía las nalgas de Shouto Todoroki, y él sintió miedo. Era demasiado para él, en su pecho sofoca una extraña sensación, una de precaución, de estar al tanto de cualquier movimiento de Shouto o de lo contrario, de un segundo a otro, tendría un cuchillo enterrado en las costillas. Su belleza daba miedo. Fue lo que pensó el detective.
Todoroki cantó en el oído del señor Inasa, este se tornó colorado, el cantante acaricia las mejillas del dueño de la ciudad y le desarregló el saco. Después de haber realizado aquello, anduvo en el bar, paseándose, moviendo con lentitud las caderas, pasando sus dedos por encima de los labios rojos, sin tocarlos. Cada movimiento tan sencillo como respirar parecía una obra de Vincent Van Gogh.
Katsuki sintió los largos dedos de Todoroki rozar sus hombros, se quedó quieto, detuvo su respiración. Shouto Todoroki se inclinó hacia él con el semblante serio.
Katsuki rehuye del pequeño pánico que mora en su pecho al mantener la mirada fija en los ojos de Todoroki, porque ver hacia otro lado reflejaría que es un cobarde, además, no quería sumergirse en los brazos pálidos del artista. El aliento de Shouto Todoroki fue una salvaje caricia en la comisura de los labios de Bakugou.
—Get out of here —cantó.
Katsuki sintió la indirecta en lo profundo de su ser. Shouto Todoroki terminó de cantar, regresó al escenario y desapareció tras bambalinas. La trapisonda que soltó el público dejo aturdido a Bakugou.
Katsuki Bakugou se dio permiso de respirar. El señor Inasa salió, Bakugou frunció el ceño y puso manos a la obra.
El detective siguió al hombre multimillonario a una habitación que se haya al fondo del bar, llegó a una puerta café, en una placa tenía inscrito "Shouto Todoroki". La puerta estaba semiabierta, él decidió ver, sin embargo, una fuerza mayor lo hizo retroceder.
—¡No queremos fisgones aquí! —el guardia de la entrada le jaló del saco.
Es tan grande que levantó a Bakugou sin ningún problema.
—¡Suéltame hijo de la chingada!
El gran gorila así lo hizo, lo arrojó contra la pared, Katsuki gimió de dolor, su sombrero voló.
—¡Largo de aquí!
—¡De mejores lugares me han corrido! —le contestó, tomó su sombrero, murmurando una sarta de groserías.
Decidido a terminar su misión, rodeó el bar, donde una de las ventanas de la habitación estaba expuesta, allí se estaba tapizando una atmósfera incómoda, a él no le importó. Todo lo que fuese a ocurrir después no tenía nada que ver con él, únicamente estaba buscando las pruebas palpables a una verdad a cambio de dinero.
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¿Quién engañó a Izuku Midoriya? | Boku No Hero Academia
ФанфикLa historia se centra en el detective privado, Bakugou Katsuki y en el actor más famoso del momento, Izuku Midoriya. El detective Bakugou está pasando por un momento lamentable, agónico y deprimente, su padre Masaru, antiguo compañero de trabajo ha...