𝐁𝐨𝐫𝐫𝐚𝐜𝐡𝐨.

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Un borracho y un niño siempre dicen la verdad. Y estaban a punto de comprobarlo.

La risa escandalosa de Zuko perturbó a todos los presentes, porque en realidad nunca lo habían visto tener una expresión como esa. Estaban incluso pensando que era imposible que tuviera una emoción similar, pero ahí estaba, soltando una risotada mientras se apoyaba de la pared.

—¡Toph! ¿Qué hiciste? —preguntó Katara,  bastante molesta.

—¡Oye! Yo solo le di uno de los dulces que compre, no creí que vendrían con alcohol y mucho menos que quedaría así con uno. ¡Uno!

Zuko volvió a reírse mientras la mano que lo sostenía a la pared parecía estarse resbalando, ocasionado que su cuerpo se fuera de lado. Aang soltó otra risita maliciosa, le era divertida la situación y podría burlarse de eso pronto. Sokka solo miraba triste como no había podido seguir recorriendo el lugar.

—¡Heeey! —rió Zuko, señalando con un dedo a Sokka. Todos lo miraron. — Estás que me calientas, bebé.

—¡Oh no! ¡Ha empezado a alucinar! —chilló Katara llevándose las manos a la cabeza. — Debemos salir de aquí.

De un tirón sostuvo el cuerpo de Zuko, para que no se tambaleará al caminar y pudieran irse más rápido.
Zuko miraba a sus pies y luego meneo su cabeza en dirección de Katara, los demás se habían adelantado.

—Oye pss, pss. —llamó, la chica rodó los ojos y miró al chico. — Tú hermano está muy bueno, ¿Está soltero?

Katara lo miró sin poder parpadear.

—¿Qué?

—Lo haré mí reeeyy. —volvió a reírse. — Porque lo quiero. ¿Él me quiere? Si no me quiere me voy a poner a llorar. Están lindo...Muy lindo... Demasiado lindo. —meneó la cabeza hacía la otra dirección para mirar a Sokka.

—Oye ya basta. Deja a mí hermano. —amenazó.

—Pero si lo quiero de verdad. No solo para el ñiqui ñiqui.

—¡MALDITA SEA ZUKO!

Aang, Toph y Sokka voltearon en dirección de ellos. Viendo cómo Zuko le sonreía a Sokka y le guiñaba un ojo.

—No sé que pasa, pero voy a gozar de burlarme de él. —sonrió Toph.



ᴀᴠᴇɴᴛᴜʀᴀs ᴅᴇ sᴏᴋᴋᴀ ʏ ᴢᴜᴋᴏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora