Los Espíritus solían hacer cosas muy raras por diversión.
—¡Deja de tocarme la cola! —gritó hartó Sokka, detrás de Katara.
—¡Entonces deja de moverla! —se defendió Zuko, con brazos cruzados.
Aang estaba seguro de que no podría solucionar este problema. Algunos Espíritus que merodeaban cerca de la zona habían transformado a dos de sus amigos. Ambos poseían carácteristicas propias de animales, como orejas y cola. Solo que para mala suerte del bienestar grupal, Zuko y Sokka habían sido transformados en "potenciales enemigos".
El pequeño Avatar no sabía cómo volver las cosas a la normalidad, corrección no sabía cómo hacer que sus amigos volvieran a la normalidad.
Sokka gato y Zuko perro tenían a todos bastante alterados.Katara quería a su hermano, pero hacerle cada tanto mimos en las orejitas y tratar de entender su manera de ignorarla la tenía muy mal. Que decir de Toph, cada vez que tiraba algo, algún pedazo de tierra o roca, Zuko iba a buscarlo para entregárselo. Toph solo quería reparar el suelo para tomar una siesta, no tener a alguien que constantemente le traía todo de vuelva.
Y qué decir, cuando Zuko gruñía y Sokka parecía querer arrañarlo.
—¡Ya no sé qué hacer! —se quejó Aang, tocándose la cabeza. Lleno de desesperación.
Zuko estaba de brazos cruzados, con las orejas hacia abajo. Sokka leyó en toda su expresión como desprendía tristeza. Acercándose lentamente, cansado de correr tras Katara decidió ayudar a su amigo. Porque independiente del escalofríos que le daba el aroma que desprendía, eran amigos. Y ese inconveniente no los iba a separar.
—¿Qué quieres? —preguntó el chico fuego mirando sus pies, que colgaban hacía el vacío, por elegir un lugar demasiado alto para escapar de los gritos de Toph.
—¿Qué pasa, amigo?
—¿Ahora soy tu amigo? Hace un momento, me gritaste porque te toque la cola. Y parecías muy enojado.
Sokka hizo una mueca de indignación.
—¡Estoy tratando de ser bueno contigo y tú solo metes cosas que no tienen nada que ver, amigo! —exclamó alterado. — Perros. —gruñó.
—¿Cómo qué perro? ¡Gato! —gruñó de vuelta, mirando casi con molestia a Sokka.
El chico moreno suspiró, razonando antes que seguir gritando.
—Sé que está situación es difícil, pero ya pasará. Solo debemos estar tranquilos y no pelear. Son solo supersticiones, somos amigos sin importar nada. —acordó Sokka, asintiendo con la cabeza muy orgullo de sus propias palabras.
Zuko lo miró por unos segundos.
—¿Puedo tocar tu cola? —preguntó. Mirando con unos ojos demasiado tiernos. Oh no, ojos de cachorrito.
Sokka tragó saliva, mirando con resignación a Zuko.
—Solo una vez. —susurró entre dientes.
La cola del joven maestro fuego comenzó a moverse de lado a lado, una clara expresión de felicidad, mientras miraba con ojos brillosos la cola fina de color castaño que Sokka le estaba tendiendo de manera lenta. Sin esperar demasiado, Zuko apretó de un instante la cola de Sokka.
—¡SUELTAME! ¡ASÍ NO!
Katara corrió en dirección del gritó asustada.
Recordé esas imágenes de
híbridos gatos, que no se dejan
tocar la cola (? Y solo
paso u.u
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ᴀᴠᴇɴᴛᴜʀᴀs ᴅᴇ sᴏᴋᴋᴀ ʏ ᴢᴜᴋᴏ.
Fanfiction"ℙ𝕖𝕢𝕦𝕖𝕟̃𝕒𝕤 𝕙𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒𝕤 𝕣𝕒𝕟𝕕𝕠𝕞 𝕕𝕖 𝕖𝕤𝕥𝕠𝕤 𝕕𝕠𝕤". [ℤ𝕦𝕜𝕜𝕒/ ℤ𝕦𝕜𝕠 × 𝕊𝕠𝕜𝕜𝕒] -ᵖᵉʳᵈᵒ́ⁿ ᵖᵉʳᵒ ⁿᵉᶜᵉˢⁱᵗᵒ ˢᵃᶜⁱᵃʳ ᵐⁱ́ ᵈᵉˢᵉᵒ ˣᵈ