Volvimos a las clases después de todo lo que había pasado. A la salida me encontré con Adam.
-¡Hola!- Se acercó sonriente.
-Hola.- Saludó.- ¿Cómo te va todo?
-Bien, ¿y a ti?- Pregunté.
-Bastante bien.- Respondió con una sonrisa.- ¿Te apetece ir a tomar algo mañana?- Me quedé algo pensativa ante su pregunta, pero al final decidí contestar.
-Está bien.- Respondí.- ¿Dónde?
-Te diría que en mi casa, pero siempre hay gente por allí. ¿Quedamos en la cafetería de al lado?- Sugirió.
-Perfecto. Nos vemos mañana.- Me despedí de él sacudiendo mi mano y me aleje. Tenía mucho hambre y quería llegar a casa.
Cuando llegué, me di cuenta de que no me había despedido de Andrea, ya que me quedé hablando con Adam. Decidí mandarle un mensaje antes de ponerme la comida.
No tardé mucho en terminar de comer y como hoy no tenía deberes que hacer, decidí ir a patinar un poco por la tarde, así, también sacaba a pasear a Coco.
Me cambié de ropa y me puse un pantalón de chándal blanco y una camiseta corta de manga corta de color azul y cogí una chaqueta por si acaso. Agarré mis patines y Coco al ver que tenía su correa se puso muy contento.
Una vez preparados, salimos de casa y comencé a patinar. No iba muy rápido, para que Coco pudiese seguir mis pasos. Al llegar a un parque, me senté en un banco y solté a Coco para que pudiese jugar y correr un poco.
Al cabo de un rato, vi a Lenna al fondo. Venía al parque junto con un niño de su edad. Al verme, vino hacia mi emocionada.
-Hola Alex.- Sonrió.
-Hola pequeña, ¿cómo estás?.- Pregunté.
-Muy bien.- Respondió.- Mira, este es mi nuevo amigo Luca, es mi vecino. Lleva solo una semana en el barrio y además va a mi clase.
Cuando le miré, me di cuenta de que me recordaba un poco a Logan. Todo coincide.
-Hola Luca, encantada.- Sonreí al pequeño.
-Igualmente.- Me sonrió de vuelta y ambos se pusieron a jugar con Coco.
Tras un buen rato en el parque jugando los cuatro, se empezó a hacer de noche. Decidí acompañarles a casa, ya que no quería que fueran solos, por si algo pasaba. La casa de Lenna no quedaba lejos de allí, por lo que la de Luca tampoco.
Le mandé un mensaje a Andrea para que saliera y así poder estar un rato con ella antes de irme. Al llegar, Luca me avisó de que estábamos enfrente de su casa, y se despidió de mí con un pequeño abrazo. Le seguí con la mirada, y pude ver como en el porche estaba Logan, mirándonos fijamente. No le saludé, y él a mi tampoco; solo me despedí de Luca.
La casa de Lenna era la siguiente, y cuando fuimos a ella, Andrea estaba también fuera.
Me quedé un rato hablando con mi amiga. Poco después, me despedí de ella y Coco y yo emprendimos el camino para ir a casa. Al llegar, me hice la cena y me acosté.
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La mañana se había pasado muy rápida. No había pasado nada interesante. Llegué a casa y comí sin demorarme demasiado ya que hoy iba a verme con Adam. Opté por ponerme una falda de pequeños cuadros y un jersey rosa palo de cuello vuelto metido por la falda. Me maquillé un poco y me hice una coleta alta. Cogí mi mochila negra de me puse unas deportivas blancas. Una vez preparada salí de casa.
Cuando llegué a la cafetería él ya estaba esperándome en la entrada. Sonrió al verme.
-Buenas tardes.- Dijo sonriente.
-Hola.- Le sonreí.- ¿Cómo estás?
-Ahora mucho mejor.- Respondió.- ¿Entramos?
-Claro.- Abrió la puerta y me invitó a pasar.- Gracias.
-¿Qué quieres tomar?
-Un batido de nutella, por fi.- Le dediqué una gran sonrisa.
-Marchando.- Anunció, mientras se iba a la barra a pedir.- Puedes sentarte en la mesa de allí, estaremos más cómodos.- Señaló una mesa un poco apartada de las demás.
Asentí y fui hacia la mesa. Me senté a esperar a que Adam viniese con nuestras bebidas.
-Aquí tienes.- Me dijo cuando llegó con nuestras cosas.
-¡Gracias!- Exclamé emocionada. Me encantaba este batido.
-Y cuéntame, ¿cómo te va en el amor?- Preguntó curioso.
-Bien. Por ahora no busco tener nada con nadie.- Le respondí cuando acabé de darle un trago a mi batido.
-Oh vaya, es una pena.- Comentó bebiendo su batido.
-¿Y a ti?- Pregunté de vuelta.
-Mal, no paran de darme calabazas.- Soltó sin más.
-Vaya... ¿Quién?- Preguntó mi parte inocente.
-¿De verdad quieres saberlo?- Anunció. Asentí mirándolo mientras bebía de mi batido.- Pues... tú.- Al escuchar sus palabras me atraganté. Sabía que yo le gustaba, en ocasiones me lo había dicho, pero estuvimos todo el verano sin vernos y pensé que lo había superado.
-¿En serio? Vaya, pensé que ya no- Le aclaré haciendo una mueca. Ya lo intuía, pero nunca me lo había dicho así de directo.
-Sí, desde siempre.- Me recordó.- Hubo una temporada que apenas pensaba en ti, pero de un día para el otro volviste. Y hasta ahora.
-Yo... No sé qué decir.- Añadí.
-Pues no digas nada. No te he traído aquí para que estés incómoda, de hecho no pensaba decírtelo, así que tranquila. Hablemos de otra cosa si quieres.- Dijo, y me sentí más aliviada.
-¿Ya has pensado en lo que vas a estudiar cuando acabe este año?- Le pregunté
-No, he estado mirando opciones pero nada me resulta interesante. ¿Y tú?
-Diseño de interiores.- Sonreí.
-Suena interesante.- Dijo. Y se acabó su batido. Asentí y le imité, acabando el mío.
Poco después, salimos de la cafetería. Adam me invitó al batido aunque yo insistí en que no era necesario. Nos despedimos y cada uno se fue a su casa. Al llegar me hice la cena y junto a Coco me subí a mi habitación.
Mis padres me mandaban dinero todos los meses, pero necesitaba ahorrar yo misma para intentar no disponer de nadie, así que se me ocurrió la brillante idea de colgar en internet mi ayuda para ofrecer clases particulares de inglés. Hice el cartel y lo colgué en las redes sociales. Preparé la habitación y cuando me iba a ir a dormir me llegó un mensaje.
*Logan: Mi hermano necesita clases de inglés.*
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Inefable
Teen FictionEn ese momento Logan me cogió la cara con las dos manos para que le mirase. Me limpió las lágrimas en silencio y me acarició las mejillas con los pulgares. Juntó su frente con la mía y a los pocos segundos, sus labios rozaron los míos. Tenía muchas...