Capítulo 38.

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Escuché el despertador de Logan sonar y protesté en silencio. No me apetecía ir a clase y contarles la noticia a todos, no estaba preparada para hacerle frente a todo lo que venía.

Noté como Logan se movió, indicando que ya estaba despierto. Apagó la alarma y se giró en mi dirección.

-Buenos días, amor.- Susurró y yo sonreí al escuchar esa manera en la que me había llamado.

-Hola tonto.- Respondí. Él sonrió.

-Me quedaría contemplando tu preciosa cara mucho más tiempo, pero tenemos que ir a clase.- Dijo y yo me limité a reír.

-Necesito tomar una ducha.- Le dije a Logan mientras me levantaba de la cama.

-Yo también. La podemos tomar juntos.- Se acercó hacia mí con una sonrisa pícara, pero yo me aparté al instante.

-Una pena que tengamos que ir a clase.- Reí.- Me pido primer.- Dije y corrí al baño, echando el pestillo para que Logan no pudiese entrar.

-Eso no vale.- Le oí protestar al otro lado de la puerta. Reí y entré en la ducha.

Después de un rato me vestí y salí del baño y fui de nuevo a la habitación de Logan.

-Tu turno.- Dije con una gran sonrisa en el rostro. No estaba feliz, pero sé que tenía que hacer el esfuerzo.

Logan antes de salir me dio un pequeño beso, dejándome sola en su habitación. Al poco rato, apareció vestido solamente con una toalla blanca rodeando su cintura.

-Se te cae la baba.- Dijo. No me había percatado de que desde que salió del baño no había dejado de mirar su abdomen.

-Idiota.- Murmuré y me di la vuelta. Sentía mis mejillas arder.

-Puedes mirarme, no hay nada nuevo.- Le oí decir mientras se reía.

-¿Qué hay de desayunar? Tengo hambre.- Pregunté cambiando de tema y aun de espaldas a él.

-No sé, ahora bajamos y miramos que hay.- Contestó.- ¿Bajamos?.- Preguntó unos segundos después, indicando que ya se había vestido.

-Claro.- Me giré hacia él y le seguí hacia la planta baja.

Desayunamos a todo correr, casi no nos da tiempo a llegar a clase. Habíamos estado demasiado tiempo en su habitación antes de desayunar. Pude ver como en la entrada del instituto se encontraban Oliver, Andrea y Danielle. Había vuelto todo a la normalidad justo en el peor momento.

Logan me dio la mano y empezó a hacerme caricias con el pulgar, gesto que sabía que me iba a animar. Yo le sonreí agradecida.

-Hola.- Les saludó Logan cuando llegamos.- ¿Cómo va todo?

-¡Hola!- Gritó Andrea emocionada.- Muy bien, contenta de estar aquí al fin.- Todos sonreímos ante su comentario. Acompañamos a Danielle a su aula y luego nosotros nos fuimos a la nuestra.

Durante las dos primeras horas, no pude prestar atención en nada de lo que el profesor decía. Estaba ida completamente, y en varias ocasiones Andrea lo notó, me llevé algún codazo por su parte, pero yo en todo momento le regalé una sonrisa.

Al salir de clases fuimos a la cafetería, donde Danielle ya nos estaba esperando. Los cinco nos sentamos y fue cuando comencé a hablar.

-Tengo algo que deciros.- Logan me dio la mano por debajo de la mesa y mis tres amigos me miraban fijamente.- Ya sabéis que mis padres están siempre viajando por trabajo.- Los tres asintieron.- Pues esta vez les han trasladado fuera del país, en dos meses se van y... bueno, me tengo que ir con ellos.- Dije y agaché la mirada.- Según ellos, estaremos un año o un año y medio fuera.- Hice una mueca.

-Alex dime que es mentira.- Contestó Andrea. Yo negué con la cabeza.- No puedo creelo.- Dijo entonces, llevándose la mano a la boca en modo de sorpresa.

-Lo siento mucho.- Dijo Oliver triste.- Te vamos a echar mucho de menos.

Danielle me miró triste y asintió. Logan seguía con su mano entrelazada a la mía.

-Tenemos que aprovechar estos dos meses.- Intenté sonreír, pero más bien me salió una mueca.

-¡Por supuesto!- Contestó Andrea.- Vamos a pasaros estos dos meses juntos en todo momento.

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Ya habían pasado dos semanas desde la noticia. Las tardes de los martes y jueves las pasaba en casa de Logan gracias a las clases de Luca. Los lunes, miércoles y viernes pasabamos las tardes todos juntos. Entre semana solíamos quedar a estudiar. Los sábados les pasaba con Logan y los domingos con mis padres.

Los padres de Logan y Luca se pusieron muy tristes al enterarse de la noticia. Luca me abrazó tanto que la hora de clases no la pudimos aprovechar. La cosa está un poco más calmada ahora. Todos estamos tristes y sabemos que poco a poco se iba pasando el tiempo, pero sabíamos llevarlo bien.

Hoy era sábado. Eran las diez de la mañana y Logan pasaría a por mí en unos veinte minutos. Me dijo que pasariamos todo el día fuera, pero no me dijo donde. Ya estaba lista. Me puse un pantalón blanco con finas rayas negras, un top blanco, mis deportivas, también blancas, y una cazadora vaquera de color amarillo. Ya no hacía tan mal tiempo, algunos días hacía frío y llovía, pero hoy el sol estaba presente y la temperatura será algo calurosa. Dejé mi pelo suelto y preparé un bolso con el móvil, dinero y las llaves de casa.

Cuando acabé de recoger la habitación Logan llegó. Bajé las escaleras y ahí estaba, hablando con mis padres. Era demasiado guapo.

-Hola.- Me saludó cuando me vio. Llevaba puesto unos pantalones negros, con una camiseta blanca encima.

-Hola.- Le saludé.- ¿A dónde iremos?- Pregunté entonces.

-Es sorpresa.- Anunció, lo que hizo a mis padres sonreír.

-Que os lo paséis bien.- Dijo mi madre, dejándonos solos.

-Vamos.- Logan me cogió de la mano y me llevó hasta el coche. Es la primera vez que voy con él en coche, lo que me ponía nerviosa ya que eso indicaba que el sitio no estaba cerca.- Tranquila, te va a gustar.- Dijo y arrancó, dirección a algún lugar desconocido para mi.

El trayecto se me hizo largo, puesto que estaba ansiosa por llegar a él. Hablamos durante todo el camino y en varias ocasiones me quedé embobada mirándole. Su perfil era demasiado perfecto, se podía notar algo de barba en su cara, lo que indicaba que no se había afeitado en varios días. Él sabía perfectamente que me encantaba admirarle, así que en cada una de las ocasiones me dejó disfrutar de mis maravillosas vistas.

-Ya sé a dónde me llevas.- Le dije.

-¿A dónde?- Preguntó Logan desviando su mirada de la carretera durante unos pocos segundos hacia mí.

-Al parque de atracciones.- Dije sonriente.

-¿Cómo lo sabes?- Preguntó mirándome de nuevo.

-Por eso.- Señalé hacia el lado derecho, donde se podía apreciar a lo lejos una atracción.

-Chica lista.- Una gran sonrisa inundó el rostro de Logan.

A partir de ahí ya solo quedaban diez minutos para llegar a nuestro destino. Sabía que Logan quería volver, pero me pilló de sorpresa que lo hiciera ese día.

Al llegar, me bajé del coche emocionada. Corrí hacía la entrada sin ni siquiera esperarle, dándome cuenta al llegar que las entradas las tenía él.

-¡Vamos!- Grité al darme cuenta que aún estaba al lado del coche. Él río al escucharme y negó con la cabeza, pero comenzó a caminar hacia mi.

-Dame la mano.- Dijo cuando llegó a mi altura. Yo no dudé ni un segundo y se la di.

Tardamos cinco minutos en entrar al parque, no había demasiada gente, pero aún así nos costó por la cola que había en la entrada.

-¿Quieres ir a alguna atracción en específico?- Le pregunté.

Él asintió y fuimos hacía ella. 

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora