El refrán "abrígate por febrero con dos capas y un sombrero" se hacía inminente en la concurrida ciudad.
Personas corriendo de aquí para allá,
haciendo las compras que dejaron para última hora,
e intentando huir del fuerte aguacero.Un tipo estaba sentado en una banca de un parque solitario leyendo el diario.
Una mujer caminaba rápidamente con el maquillaje corrido
y la decepción retratada en su rostro.Mi traje ejecutivo y las rosas que compré para mi mujer estaban empapados.
Mi casa estaba lejos y el autobús lleno.
¿Cómo saldré de este laberinto de sufrimiento?