14 de Mayo de 1997.

967 111 1
                                    

Me queda mucho tiempo libre ahora.

Me metí en una pelea callejera,
y debo estar en reposo.

Sólo cuando estoy en casa todo el día,
me doy cuenta de que mi esposa nunca está.

No le pregunto por qué.

Seguro está haciendo diligencias del hogar.
Pero en la noche,
justo cuando se va a colocar la pijama,
siento el olor.

Él.

Y entonces voy al baño,
y vomito los dolores de este,
y todos los años anteriores.
Gloria no dice nada.
Está serena,
demasiado,
tanto que me molesta.
Gruño con fuerza,
pero ella no se inmuta.
Quiero que reaccione,
que diga algo,
pero no lo hace.
Parece que ni siquiera me escucha.

Comprendo entonces lo que ella me dijo una vez hace mucho tiempo,
"La soledad no es estar solo,
sino estar rodeado de personas,
y sentirse abandonado."

Y es así como me siento.

Súbita Vorágine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora