7.- MAKINA

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Aviso al final del capítulo

Raúl estaba nervioso.

Con manos sudorosas, pasos apresurados y la menta revuelta se dirigía al encuentro con cierto chico.

No lo conocía de nada, habían quedado por una app hace un día para ir a tomar algo a un bar céntrico.

Estaba a escasos metros del lugar y pudo observar a su compañía en la puerta del sitio, esperando.
Sabía que era él porque llevaba la ropa que se habían descrito.

Era ahora o nunca, podía arrepentirse en ese momento aunque no tuviera el motivo claro.
La alta figura del de playera blanca era tal y como se describía, era atractivo así que no podía usarlo de excusa, por el móvil era majo, realmente parecía alguien bueno, pero una espina en el instinto de Auron le quería hacer dar media vuelta.

Unas personas lo empujaron, borrachos, hicieron más ruido del que se esperaría, llamando la atención de su cita, sin dejarle más tiempo para tomar la decisión, se acercaba lentamente a su localización, los ojos ajenos parecían querer transmitir amabilidad pero a Raúl seguían sin darle confianza.
Tal vez era el hecho de que no se habían dando nombres reales hasta el momento, sólo sus apodos.
Tal vez era que al acercarse se dio cuenta de que era algo tarde de la hora acordada y el otro tenía la vena saltada en el cuello.
Tal vez era la sonrisa algo burlesca que aprecio por un segundo y fue reemplazada al instante por una más grande y "radiante".
Tal vez sólo estaba paranoico.

"Buenas Auron" saludo el chico, se dirigió a él y lo apretó en un abrazo, asustandolo.

"Hola Makina" le dio una palmadita en el hombro, sin regresar la muestra de cordialidad, entraron al bar a la par, fueron a la barra.

"Y dime Auron, ¿a qué te dedicas?"

"Trabajo en una imprenta, nada sorprendente ¿y tú?"

"¿Yo? Yo me dedico a... cocinar, cocino gran variedad de alimentos"

"¿De verdad? Yo no se cocinar macho"

"Sí tenemos tiempo podría mostrarte"

"Perfecto"

Las copas de ambos estaban servidas, el bar no era un lugar muy concurrido, tenía un estilo anticuado y con música jazz de fondo.

"¿Tenías 23, no?" Le mencionó su compañía.
Auron seguía inquieto, tenía en su pecho esa sensación que te quema, gritando que algo no estaba nada bien.

"Exacto...¿Y tú tenías...?"

"22" La respuesta fue seca, la mirada del otro no estaba en él, tal vez lo único que estaba mal era el tipo de conexión que estaban desarrollando, tal vez sólo tenían que hablar con más sultura y todas las paranoias de Raúl se irían de su cuerpo.

"¿Vives sólo Makina?" Mencionó antes de darle un sorbo a su bebida.

"Desde hace 3 años, tengo un perro, así que supongo no estoy totalmente sólo"

"Ya veo, yo tengo un gato desde hace ya tiempo, es el demonio mismo pero igual es agradable"
Su compañero no estaba interesado en eso, mientras parloteo, el contrario fijo su vista en un chico rubio platinado.

"En tu perfil decía que eras peliblanco"

"Oh, perdona, hubo una época en donde lo fui, no me tiño desde hace unos meses, debería cambiar la descripción"

"Sí, deberías"

Incómodo, nunca le había pasado esto con ninguna otra persona, simplemente la conversación no fluía, no era lo que esperaba para la primera cita después de una semana de haber hablado, no es como si esperara la pedida de mano y la luna de miel, pero joder, podían sencillamente hablar de cualquier tontería.

"¿Te gustan los videojuegos?" Por fin la mirada de su compañía se posó en el, dejando un momento de lado al rubio que estaba al otro lado de la barra, había intercambiado miradas con Makina.

"Me encantan"

Una amena platica comenzó, el chico de cabellos castaños de vez en cuando seguía mandando miradas por el hombro de Auron.
No le tomaba importancia, le terminó agradando la compañía del chico de playera blanca pero hasta eso, no le gustaba ni para pasar la noche, tenía un aura que le provocaba escalofríos.
Se alegro mucho en el momento en el que Makina le dijo algo parecido, al parecer le iban los rubios, podían intentarlo sin ningún problema pero mejor tener una bonita amistad, siguieron hablando hasta las altas horas de la noche, hasta que Raúl decidió que era hora de ir a casa, tenía que cenar algo antes de dormir, Makina lo invito a su casa, realmente no quiso aceptar, pero el contrario insistió demasiado y su casa estaba cerca, borracho y cansado, cedió.

Caminaron sólo un par de cuadras, Makina le ofreció agua apenas llegaron, Raúl aceptó.
No estaba tan cansado como para que sus ojos se cerrarán de esa manera, no estaba tan borracho como para ver tan borroso, sus piernas no respondieron cuando quiso levantarse, resbalando y siendo atrapado por unos fuertes brazos, quedó inconciente.

Raúl despertó lentamente, abrió sus ojos y observo alrededor, sentándose de golpe.
Estaba en una cama ajena, con sus ropas puestas, la puerta estaba abierta, no recordaba nada excepto el miedo infundado que le experimentó su compañero, se levantó y salió del cuarto, silencioso.

"Buenos días Auron" La voz lo hizo pegar un brinco en su andar, mirando a sus espaldas, no había nadie.
Sin embargo, escucho ruidos al final del pasillo, por la derecha, camino hacía el lugar, pensando que se toparía a su amigo.

"Buenos días Makina" correspondió el saludo al aire, eran casi imperceptibles, pero lo oía.

"Ven a la cocina, estoy en la planta baja" como demonios lo había escuchado estando en la cocina, los ruidos tal vez sólo eran su imaginación

"Bajo" se dio media vuelta.

Desde las escaleras noto un aroma delicioso, el desayuno estaba siendo preparado por el cocinero, le dedicó una sonrisa chueca cuando lo vio.

"Ven, te voy a enseñar a cocinar, tengo tiempo y estoy de humor"

Se acercó asistiendo con la cabeza.

Le explico que casi todos sus platillos llevaban carne, Raúl se sintió raro al ver la mirada que portaba su nuevo conocido cuando le explico como hacer cortes en ciertas partes de la carne, como marinarla y finalmente cocinarla, lucía extasiado.

Después de la explicación y la pronta preparación Raúl mencionó que tenía trabajo en media hora, se llevó parte de su desayuno en un recipiente que prometió devolver, salió rápidamente despidiéndose de su nuevo posible amigo, sólo tenía que acostumbrarse.
Ahora que lo pensaba llegando al trabajo, no había visto al perro de Makina, ya le preguntaría luego.

El castaño se quedó sólo en casa, suspiro con tranquilidad, Auron le había agradado, era un chico con suerte y con el tiempo incluso podría ser su aprendiz.
Colocó música en un viejo tocadiscos, apreciando las sábanas desprolijas en las que dejo al inconciente pelinegro, hubiera sido un riesgo si despertara a media noche, tuvo que ayudarlo a dormir más rápido.

Con una pequeña risa ronca, camino a la entrada de su santuario en la parte de arriba, se dirigío a la pared falsa que tenía, entrando a su destino.

Cabellos rubios, sabía que tenía sonrisa grande, la noche pasada le había dirigido varias, un collar de perro en el blanco cuello, era su nueva mascota.
Le había dicho a su compañía que tenía un perro, pero realmente parecía más un cerdo.
Lo engordaría y llevaría al matadero al final de semana, tenía que tener más cuidado si el pelinegro se convertía en su "amigo" no podía enterarse de donde venía la carne que cocinarian... aún no.

Auron tenía tanta suerte de no ser como dijo, odiaba las mentiras pero todo estaba bien, al final había ganado una presa digna, todo estaba bien.










Holaaa!
Sólo para comentarles que esperaba seguir con un par de capítulos más, me faltaron algunos Auronxcualquiera así que espero les gusten.

Qué tal el cap de hoy?
No esperaba escribir algo asi ahora en la noche, pero salió de la nada, espero no les moleste la temática de hoy:) ❤

Besos, los qm.

The Evil Baby                                             ˗ˏˋAuronBowlˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora