8.- FARGAN

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David y Raúl estaban profundamente dormidos.

Habían pasado toda la noche intentando resolver la vida amorosa de dos de sus amigos, Rubén y Lolito.
Las respectivas parejas estaban teniendo problemas en el hogar, se les dificultaba cada día más entablar una conversación cotidiana con sus chicos y temían en el fondo, haberse equivocado al tener la boda doble.

Ese día todos estaban demasiado nerviosos, cuatro miembros de Karmaland pasarían a estar casados oficialmente, Mangel y Lolito llevaban planeando el evento desde hace unas semanas y cuando en una noche de borrachera Rubius le sugirió a su amigo hacer una boda doble, el de lentes aceptó más que gustoso.

Se terminó oficiando ambos compromisos, Samuel y Rubén eran espontáneos, eran explosivos juntos, pero desde el día de la boda, su relación no había ido más que en decadencia, Rubén de preguntaba si era la cotiadinidad a la que estaban sometidos, si el fuego se apagaba sin que el pudiera hacer mucho.
Lolito cada día sentía que conocía menos a su niña, en las noches sentía como salía de entre las sábanas, pensando que quizás lo engañaba con alguien más, cuando lo escucho llegar estuvo a punto de hacerle saber que estaba consciente y pedirle explicaciones, antes de poder soltar si quiera un suspiro, un olor a humo y sangre llegó a sus fosas nasales, conocía perfectamente el aroma, muchas veces fue portador de él pero no entendía porque ahora su pareja lo era.
Desde la primera noche que pasó eso no hacía más que empeorar.

Así que ambos amigos no dudaron en pedirle ayuda a los únicos "solteros" de Karmaland.
Sus ex parejas se habían terminado comprometiendo con otras personas, dejándolos a ambos confundidos y con dolor desde hace un mes.

A raíz de la soledad que solía invadirlos, ambos se refugiaron en los brazos del otro, ambos saciaban su sed de cariño en los labios y caricias del contrario.

La relación que llevaban había empezado la noche de fiesta de la doble boda, ambos veían desde la barra, a lo lejos, a sus ex parejas bailando felices en la pista.

"Vaya mierda ¿No?" Susurro Raúl dándole un trago a su bebida

"¿Somos nosotros Raúl? Somos tan tóxicos o algo por el estilo que hace que chicos lindos no puedan querernos ¿es eso?"

"Vete a saber chaval, me prometí que sería muy feliz sin estar a su lado, que no lo necesitaba, no puedo ni pronunciar su nombre" una amarga carcajada salió de sus labios mientras sentía sus ojos aguadarse.

"Pues yo la cague aún peor" Raúl dirigió una mirada inquisitadora, preguntando "Estábamos de picnic detrás de mi casa, todo iba tan bien, tan común, que no vi venir un anillo en mi cara y al chico que estaba aprendiendo a amar de rodillas, pidiéndome todo, yo no podía entregarme así aún, así que lo rechace, como ya sabes el resto, después de un tiempo encontró una chica linda y se comprometieron, cambiamos de compañero en el trabajo y ahora rara vez nos cruzamos"

Al contrario de él, su amigo soltó varias lágrimas amargas, lo abrazo consolandolo, sintió algo quemar en su nuca mientras lo hacía, no necesitaba si quiera mirar, sabía perfectamente quien los observaba.
Logró levantar el ánimo de su amigo y después de varias copas, se retaron a un duelo de baile, ambos empezaron con torpeza y pasos arrastrados, hasta que después de un rato en una de sus canciones favoritas ambos comenzaron a bailar a la par, pegando sus cuerpos lo más posible, con sus corbatas desechas y botones de camisa desabrochados, la multitud comenzó a animarlos así como los recién casados, chicos con sus respectivas compañías los observaban desde lejos, sin saber que hacer, no podían decir nada, no tenían derecho.

Esa noche nació la chispa, encuentros ocasionales se hicieron presentes después del primero en casa del chico con afición por los búhos, una noche llena de erotismo, tristeza y añoranza por lo pasado los unió.

The Evil Baby                                             ˗ˏˋAuronBowlˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora