16.- ALEXBY

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Auron despertó.

A su lado un chico de cabellos negros dormía profundamente, lo miró con una sonrisa y comenzó a dejar leves caricias en su cabeza, sin querer despertarlo.
Definitivamente una de las cosas que más amaba en la vida era observar al pequeño chico seguir en el quinto sueño, tranquilo y vulnerable.

A pesar de que llevaban meses juntos, Alex le seguía intentando dar una imagen de chico rudo y malo como en el primer momento que se vieron, incluso se hizo un pequeño tatuaje la semana pasada, según él demostrando su gran valor.
Y no era que el de boxers azules no fuera fuerte o valiente, al contrario, Alex era una de las personas más fieles y sacrificadas que conocía, adoraba el complejo de héroe que se cargaba.

Se levantó con cuidado de la cama compartida, su pareja se levantaba de mala leche siempre, no había día en el cual el contrario despertaste feliz o tranquilo, siempre quería seguir durmiendo o en sus palabras, destruir todo.

Mientras preparaba el desayuno pensó que era divertido que el de hermosa risa se mostrara tan explosivo y fácil de molestar, había días en los que peleaban de la nada por cosas tan pequeñas como cerrar la pasta de dientes o regar las flores afuera de casa.

Cuando terminó y justo a tiempo escucho pasos arrastrados aproximarse a él.

"Hola" susurro el chico vestido solamente con su ropa interior y una de sus sudaderas que dejaba de vez en cuando.

"El desayuno está listo" se acercó a dejar la comida en la mesa y un pequeño beso en la cabeza de su pareja.

"Joder, gracias macho, lo único que alegrará el día" comentó comenzado a picar el huevo revuelto.

"No seas tan pesimista" tomó asiento enfrente del contrario, tomando sorbos del café.

"Raúl sabes como son en el pueblo, no quiero ni pasarme" mencionó con molestia.

"Lo sé, los veo, pero no debería importarnos Alex" tomó la mano del contrario por encima de la mesa, comprensivo.

Se conocieron hace casi dos años y comenzaron a salir hace meses, casi 12.
Vivían en un pequeño pueblo muy lejos de la ciudad, ambos llegaron casi a la par llenos de ilusiones e ideas.
Él trabajaba en la clínica del lugar, su pareja era parte del cuerpo policial.
Se conocieron cuando Alex llevó a uno de sus compañeros a toda prisa para que le removieran una bala del brazo, el pelinegro estaba lastimado también y Raúl fue el primero en notar la sangre que caía por una de sus piernas, en ese momento fue difícil que cediera ante él pero después de insistir por un buen rato y amenazandolo con prohibirle ver a su amigo que estaba en cirugía, terminó cediendo.
Desde ese momento habían comenzado a pasar más tiempo juntos, Raúl le pedía a manera de regaño que no se precipitara en cualquier situación de riesgo y recibía por respuesta acusaciones de sus noches de desvelos y turnos extra, ambos pasándose por el trabajo del otro para dejar un café, platicar unos minutos o simplemente verse rápidamente.

Fue ahí cuando comenzaron los rumores.

Ellos no fueron conscientes de la situación que los envolvía hasta que comenzaron a salir y las antes susurrantes acusaciones que pasaban desapercibidas se convirtieron en pláticas en sus caras, despreocupados y sin decencia.
Si lo pensaban bien, no había ninguna otra pareja en el pueblo que mostrara con tanta libertad su amor y ahora entendía porque.

Raúl había dejado de recibir tantos pacientes a su cargo y Alex no era requerido con tanta frecuencia por su jefe, las cosas no hicieron más que empeorar.

Intentaba que no les afectara tanto toda la situación pero el que parecía más preocupado fue Alex.
Incluso existiendo una ocasión en la que le propuso separarse por un tiempo, dejar que las cosas se calmaran y entonces, tal vez, volver a verse a escondidas.
Claramente denegó la petición de su pareja, hablaron más del tema ese día, gritaron y lloraron, al final llegando a la conclusión de que no querían estar uno sin el otro.

Ambos habían pedido un periodo de vacaciones en sus trabajos y debido a la poca importancia que ahora recibían les fueron dadas sin problemas, claro, sin paga completa pero eso era lo que menos les importaba.

"No quiero ir a trabajar" comentó su novio, recogiendo los trastos.

Se acercó con parsimonia a la espalda del pelinegro, inclinando su cuerpo para poder recargar la cabeza en uno de sus hombros, posicionó las manos en su cintura y soltó un suspiro.

"Yo tampoco, me gusta pasar los días en casa, sin preocuparnos" susurro con pesar.

Después de terminar de limpiar y alistarse para reanudar su trabajo, ambos salieron a la par de la casa.

Se dirigieron con paso rápido al pueblo, resignados a lo que se venía.

En cierto punto del camino y sin esperarlo, Alex le tomó con fuerza de la mano y apresuró aún más el paso.
Se encontraban a medio camino del trabajo de cada uno, en mitad del pueblo y las voces que los rodeaban no podían ser más insolentes, prácticamente gritando insultos para ambos.
Aún entre todo el caos, seguía notando como la mayoría de palabras ofensivas iban dirigidas al pequeño fe cabellos negros, no entendía porque era a quien más atacaban y antes de que pudiera reclamar a medio pueblo, Alex habló.

"Pero bueno, lo pasan bien ¿no?" Reclamó en voz alta su pareja, apretandolo aún más de la mano."Menuda panda de hipócritas, podría enumerar la cantidad de veces que les he salvado el trasero a cada uno, las múltiples ocasiones que mi novio los ha curado y ayudado desinteresadamente fuera de servicio ¿y así es como lo pagan? No voy a tolerar que nos griten insultos en la cara como si fuésemos sordos, no me quedaré callado mientras intentan hacernos sentir mal, se acabó"

Su pareja tiro la placa de policía a sus pies y la pateo en dirección a unos cuantos compañeros que lo veían con burla.

Alex lo jalo del brazo hasta alejarse lo suficiente del pueblo, estaba temblando.

"Qué hice" el chico estaba poniéndose emocional.

"Alex, Alex... pequeño" lo tomó del rostro con delicadeza, haciendo que sus ojos se encontrarán. "Vámonos de aquí"

Notó como esas cortas pero significativas palabras calmaron a su pareja, haciéndolo asentir repetidamente y ponerse de pie para ir a su casa.

Comenzaron a empacar lo más importante, avisaron a Merlon, uno de los propietarios de la casa que se iban, subieron todo al pequeño coche que compartían y arrancaron.

Raúl sabía que todo sería complicado al principio, empezarían de cero en algún lugar y eso les asustaba.

"Conduce a la ciudad, tengo un amigo que podría ayudarnos" comentó Alexby.

Si lo pensaban bien, él también tenía un viejo amigo que les podría dar una mano, un chico alto de sonrisa enorme y gran corazón, Jaume.

"Está bien" siguió la ruta que había tomado hace un par de años para tomar la decisión de quedarse en el pequeño pueblo.

No se arrepentía de nada, después de todo, había conocido al valiente chico a su lado y ahora estaban por comenzar de nuevo.

En algún buen lugar, con buenos amigos y donde todo les saliera mejor, donde pudieran estar bien.


































Aleli chiquito y valiente me pone soft.

Claramente el pueblo era una referencia al chat tóxico, no seáis como ellos mis niños.

Os quiero, les dejo los capítulos que quedan, por cierto, no quiero acabar la historia con 19 partes, así que si tienen algún shipp que les guste me lo pueden dejar y lo consideraré, tal vez me estoy pasando alguno que me guste ó hago un capítulo Gustabo y tal personaje.

No dejen de votar que influye en el orden de la historia.♡

Entonces, el próximo capítulo me gustaría con:

Wismichu

Kion

Zellen

Para el último capítulo me gustaría:

Otro shipp con Auron (deja cual)

Capítulo de Gustabo


The Evil Baby                                             ˗ˏˋAuronBowlˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora