Yamato: Relatos De Una Espada

Prólogo: Carta a una espada

"Han pasado dos días desde la muerte de mi esposa y nuestra futura hija.

Al principio pensé que era una broma de mal gusto, me había paralizado cuando escuché que mi esposa embarazada murió de un ataque al corazón, lo primero que hice fue decirles que eran unos idiotas y amenacé a los sujetos que me llamaron. Esa misma noche viaje de regreso a mi hogar, pero no pude conciliar el sueño, pensé que sería un estafador o que se equivocaron de número y que era alguien con el mismo homónimo. Sin embargo, solo estaba mintiéndome a mí mismo hasta que el avión aterrizo, supongo que esa no es toda la historia, la verdad es que la vida empezó a carecerme de sentido desde mi primer asesinato y unos años después conocí a mi difunta esposa.

Recuerdo que estaba ebrio por estar celebrando con unos amigos, al salir del bar apenas me podía mantener de pie y fue en ese momento que escuche a una mujer exigiendo que la soltaran. Me encontraba muy desorientado, me quede atónito cuando voltee mi cabeza en dirección de aquella mujer y vi a la que parecía ser la mujer más hermosa del mundo.

Ese momento me recordaba a las escenas de como se conocían los protagonistas en las películas americanas, pero esta vez había sido diferente, recuerdo que ella me grito preguntándome si iba ayudarle o si me quedaría parado mirando como un idiota, esas palabras me bastaron para lanzarme contra el sujeto y noquearlo de unos golpes. No recuerdo que sucedió después eso, según ella caí al suelo inconsciente, por lo que decidió llevarme a un hospital cercano, pero no quisieron atendernos por lo que ella me sujeto y me llevo a su casa para no dejarme en la calle. Además, esa misma mañana me desperté comiendo el desayuno que preparo, decía que era en agradecimiento al haberla ayudado anoche, se podría decir que esa fue la mejor mañana que tuve en mucho tiempo y así fue como empezó nuestra historia de amor.

En cuanto a mi hermano, las cosas entre nosotros no salieron muy bien, pero espero que lea esto donde quiera que se este y que sepa que todo esto inició desde que mamá murió por mi culpa. Estaba frustrado tras la muerte de nuestro padre y las innumerables veces que mamá ocultaba la verdad acerca de este, por eso te pido perdón, porque nuestra madre murió por el estrés que le cause, pero eso ya no importa mucho y menos ahora que me iré de este mundo. Solo quiero decirte que te quiero sin importar lo que pase, eres mi única familia y siempre te querré.

En fin, si encuentran esta carta quiero que alguien sepa todo después de mi muerte y ser enterrado junto a la mujer que amo."

Samir sostuvo la carta en sus manos pensando que debería hacer antes de dejarla sobre la mesa de noche del dormitorio, decidió ir a la cocina y servirse algo de tomar. Al bajar por las escaleras paso por la sala principal, esta se encontraba en completa oscuridad debido a un foco dañado, en el trayecto pensaba que lo mejor era no estar consciente de sus acciones, ya en la cocina tomo asiento y encendió la radio que se encontraba sobre una mesa hecha de madera. Al final, se limitó a observar la foto de su difunta esposa mientras recordaba lo momentos que pasaron juntos, al cabo de unos segundos las lágrimas caían de su rostro generándole un vacío en el pecho, la sensación era como si creciera un enorme agujero que se llevase sus emociones, después de varias copas sus lágrimas empezaron a caer sobre la foto de la mujer que alguna vez amo y junto a ello cayó su motivación de seguir vivo.

- ¡Ya voy! – Grito al oír el timbre reiteradamente mientras se dirigía a la puerta, paso por la sala que se encontraba en completa oscuridad, por lo que le era difícil de ver que había bajo sus pies – ¿Quién es? – Preguntó al estar cerca de la puerta.

El silencio perduró unos segundos hasta que una voz le respondió al otro lado y con un tono coqueto dijo.

- ¿Acaso se olvidó de mí? – Samir se extrañó al escuchar aquella voz que parecía resonar en su cabeza en tonos graves y agudos – Soy la persona que le encargó la espada – La voz empezó a ser un poco más clara hasta el punto de parecerle familiar, debido a eso no le tomo mucha importancia pensando que tenía migraña y por un momento pensó en que no debía abrir la puerta.