Capítulo 1: Recuerdos

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Todo era oscuro hasta que una luz cegadora ilumino el rostro de Samir, este empezó a percibir las voces de dos hombres que se encontraban charlando.

- Maldición, jamás pensé que ese chico podría tener tal fuerza, realmente es impresionante.

- Es tu culpa por no tener cuidado cuando te dije que lo sujetaras.

- Si, pero lo que más me sorprende de todo esto, es su fuerza de voluntad para seguir luchando en su estado, si soy sincero, el debería haber muerto en la explosión – El bostezo del hombre denotaba tu cansancio – Trata de cubrir tus moretones con hielo, eso bajará la hinchazón y diles lo mismo a tus chicos.

- Jaja, ellos son más resistentes que un anciano como yo.

- Supongo que tienes razón, aun así, cuídate.

- Eso haré y no olvides mandarme esas radiografías cuando estén listas.

- Recuerda que esto no es gratis, ya no te debo nada, pero ahora eres tú el que me debe un favor.

- Parece que el pasar de los años te hizo más duro.

- Y a ti te hizo alguien más blando, en fin, los resultados saldrán en una semana y será mejor que descanses hasta entonces.

La habitación quedo vacía al momento en que Samir abrió los ojos, este tenía una mirada perdida que demostraba su cansancio, lo primero que hizo para liberarse, fue intentar levantarse de la camilla médica en la que se encontraba recostado, pero sus intentos fueron inútiles, resulto que todas sus extremidades estaban atadas a ella y por más que tratase no podía liberarse. Sin embargo, eso solo detuvo unos minutos, en su segundo intento no tuvo una mejor idea que la de tambalear la camilla, y así siguió por unos minutos hasta que una enfermera ingreso e intento ayudar y explicarle su situación.

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Domingo 18 de marzo de 1990/ 09:00 am.

Perspectiva de Samir:

Llevo unas semanas desde que desperté en este hospital, los doctores dijeron que tuve mucha suerte de sobrevivir a un incendio, pero realmente no me siento afortunado y solo esperaba a que mi hermano me visitara. Sin embargo, eso nunca paso, los días pasaron mientras me seguían haciendo pruebas y lo único que me animaba era la música que pasaban por la radio. Además, la policía había dejado de venir en estos últimos días, decían que yo fui el que provoco ese incendio, pero no sé si creerles y lo único que recuperaron fue un dije, el cual no podía abrir al no tener la llave que abriera su pequeño candado.

- Buenos días señor Salazar - Me saludo el doctor.

- Buenos días doctor Kamal - Respondí el saludo, esperando que no haya más pruebas para hoy.

- ¿Cómo se siente hoy?

- Realmente no lo sé, perdí mi a familia, mis recuerdos, lo único que tengo para recordarlos es este dije y ni si quiera puedo abrirlo. ¿Cómo me debería sentir?

- Lo siento, ese tipo de preguntas siempre son de cortesía, aun así, veo que recupero su salud por completo, pero no puedo entender como sobrevivió a un incendio y esa gema atorada en su cráneo.

- Supongo que fue suerte, yo todavía no entiendo, lo único que recuerdo son algunas cosas de mi vida, pero no a las personas que estaban en ella o que fueron importantes – Fruncí el ceño por la impotencia que sentía al no saber nada acerca de mí vida.

- Eso podría considerarse una especie de amnesia selectiva, escuche de ello cuando era joven, sinceramente jamás creí estar frente a uno, en estos casos eso no sería un problema grave y tendríamos que vigilarlo al ser un caso especial.

Yamato: Relatos De Una EspadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora