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— Yo... —comienza, lamiendo sus labios.

El simple hecho de que él se lame los labios es lento, deliberado, perfecto.

Mis ojos se sienten atraídos hacia ellos ahora, enfocándose en sus labios mientras forma las palabras lentamente.

— Uh... estaba hablando con mis padres sobre la matrícula y me gusta... y cuánto cuestan las clases y... —Él los lame de nuevo, gira su cabeza para mirar a otro lugar en mi oficina—. Esperaba que pudiéramos hablar, uh...

— Sobre tu fracaso mi primera tarea, —término por él, hablando con sus labios—. Acerca de cómo, si se retira tan tarde en el semestre, perderá su dinero. Ese no es mi problema.

— Pero, espera... Escúchame, —dice.

— No se ha preocupado por mi clase desde el primer día, Sr. Park. Creo que ambos sabemos que eso es verdad.

— Me importa, —insiste, con sus ojos color avellana ardiendo, recordándome mi sueño húmedo recurrente—. Estoy solo... estoy realmente muy mal en estas cosas de actuación y estaba pensando que, como... —Él mira hacia arriba, estudiando el techo como si fuera una constelación fascinante en el cielo nocturno—. Tal vez podrías darme, como... no sé. ¿Otra oportunidad, tal vez? Quiero decir... Nunca actué realmente antes. Soy nuevo en todo esto. Y como, pensé que tal vez... —Se lame los labios—. Pensé…

— ¿Quieres que te libere? —Me burlo de él—. ¿Como si fueras una excepción a las reglas que impongo a todos mis otros estudiantes? ¿Cree que merece un tratamiento especial, señor Park?

Ahora sus ojos se encuentran con los míos, y el efecto es asombroso.

Una cosa era tener su atención en el aula entre todos los demás estudiantes; es completamente diferente para él estar sentado tan cerca de mí, dentro de esta pequeña oficina, y prácticamente solo.

Estoy tan impresionado por la intensidad de sus agudos ojos que en realidad retrocedo una pulgada, como si tuviera miedo de algo, como si tuviera miedo de que pudiera ver el deseo que he alimentado de manera poco saludable para él.

Ugh, escucha eso: deseo. Nunca jodas al usar palabras como –deseo–... ni siquiera en la actuación.

— ¿Me darías otra oportunidad? —Pregunta, ignorando mis preguntas—. Sé que puedo hacerlo mejor. Prometo mantener mi camisa puesta esta vez. —Ante eso, él sonríe, creyéndose inteligente, divertido y lo que sea.

— La ‘F’ que te di tiene más que ver con lo que interpretas que con lo que llevas puesto o no estás usando.

— ¿Puedes enseñarme?

— ¿Enseñarte qué?

Se inclina hacia adelante, apoyando sus codos en sus muslos musculosos, que sus ajustados jeans de diseñador abrazan deliciosamente—. Quiero aprender más sobre el arte de actuar. Me siento tan... detrás de todos los demás en clase. ¿Me entiendes, profe?

Frunzo el ceño, sospechoso—. Si te sientes detrás de ellos, quizás te ayude a sentarte en el frente. La última fila es para las personas que no les importa.

— La última fila es también para las personas que lo hacen. —Él se lame los labios; No puedo dejar de mirar—. Me importa, profe. Me siento en la parte de atrás para poder ver a todos y aprender todo. Odio... perderme.

Por la forma en que dice ‘perder’, siento un segundo significado tácito, como si estuviera tratando de decirme algo más. O tal vez estoy leyendo demasiado en ello. Tal vez estoy proyectando, solo esperando que haya otras cosas que debo escuchar entre sus palabras lentas y sensuales.

Sexy student ¦ KTH+PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora