Cuarta parte.- El día en que nadie morirá.#DESOLATE
→ Paciente → Lee Jinki, 18 años. //
↘ síndrome Sézary (SS) es una forma agresiva del linfoma cutáneo de células T.
→ Diagnóstico: Cáncer de piel. Paciente internado de urgencias.
A todos:
Desde el comienzo de mi existencia, las personas que se hacían llamar mis padres, descubrieron que su único hijo en vida, era poseedor de una extraña enfermedad. La cual comenzó a ser molesta, debido a que ellos tenían una imagen que mostrar al público, y un chico con mi condición, la cual no me permitía salir a plena luz de día. No era muy bueno para ellos.
Por lo que, desde una temprana edad, estaba ya acostumbrado a estar solo en casa, siendo cuidado por las empleadas las cuales me enseñaron a ser limpio y ordenado. Pues la más mínima de las bacterias que pudiera tener contacto conmigo, lograba que mi piel ardiera y nuevas manchas salieran de mí.
Al crecer y con el paso de los años, mis manchas rojas en una piel tan blanca como la mía, estaba notándose mucho más en mí, por lo que comencé a usar ropa la cual tapaba más de mi piel, incluso en días calurosos. Además de ocupar unos guantes de seda, los cuales me cuidaban de tocar todo lo que pudiera hacerme daño.
Todo ello para tapar mi enfermedad, la cual mis padres intentaron ocultar.
Pero no podía evitar lo más lógico. No podrían ocultarme más tiempo, y sin dudarlo aún más, me internaron en el hospital más grande de la ciudad. El cual me supo ocultar tan bien dentro de él. Que nunca más supe de ellos.
De todas formas, yo tampoco deseaba saber más de las personas que no se preocuparon de mí. Así que estaba acostumbrado a estar solo y a mantenerme bien.
Pero luego aquí mismo y sin que yo lo pidiera, comencé a tener amigos, hable con personas, incluso tengo un compañero de cuarto, quien de verdad su higiene me vuelve loco. Pero, he aprendido a quererle mucho. Espero que lo cuiden en mi ausencia.
De todas formas, agradezco todo el tiempo que estuvieron a mi lado y espero...
Que puedan hacerlo mejor sin mí.
Por favor no olviden, que, ante la más grande obscuridad, siempre tendremos un poco de luz.
Esto es todo lo que necesitas saber.
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Deje el papel sobre mis sabanas, la cual estaba perfectamente colocada sobre mi cama. La cual parecía no haber sido usada en días. Dejé mi pijama en la cama, y me vestí con ropa normal, la cual ya comenzaba a dañar mi piel.
Pero eso no importaba ahora, no importaba hace días.
Desde el entierro de Bernadette, la verdad ya no podía pensar en otra solución más que en mi suicidio. Y que mejor hacerlo que saliendo a tomar el sol que tanto había anhelado en muchos años de mi vida.
Seria libre al fin y podría... podría dejar de ser una carga para las personas que nunca quisieron tenerme.
Una carga para mis amigos, quienes estaban en problemas.
Y dejaría de pensar tanto en el cambio de Jimin como persona. El cual daba tanto miedo como preocupación por aquellos atracones de comida que ahora podía tener de repente.
Es como si dejara de ser el, y fuera un chico totalmente normal, el cual esta comienzo todo lo que no pudo desde su enfermedad. –
Me preocupaba al igual que todos aquí. Pero supongo que soy el más cobarde para poder hacer algo, y el mas débil, el cual ni siquiera puede vestirse normal. Que no puede ocupar los mismos implementos que todos los internos de aquí. –
¿Por qué no puedo ser normal? ¿Por qué mi piel debe quemar como el infierno y no dejarme siquiera consolar a Namjoon en un momento como los que han pasado?
¿Porque no puedo abrazarle?
¿porque no puedo simplemente.... Amar a quien amo?
Por qué todo es tan injusto....
No lo pensé dos veces, y abrir la ventana de mi habitación, mi piel ya comenzaba a ser roja del dolor que esta sentía. Y yo, ya sentía que podía desmayarme del dolor. Pero resistí lo sufriente para poder poner mi cuerpo en el marco y querer saltar al vacío. Que el sol me consumiera como consumió a Ícaro al caer. Despojándolo de su deseo y llevándome más cerca del mío.
Pero al siquiera tomar un impulso de dejarme caer. Fui tomado por dos brazos, los cuales me lanzaron atrás de mí. Dejándome caer sobre la cama. Riéndose en todo momento de mi dolor. –
- Eres muy hermoso para dormir. – decía aquella voz, sin dejar que viera su rostro, pero sí que sintiera sus manos acomodándome en la cama. – pero por ahora, no debes morir. Ninguno de ustedes aún. Ya les llegara su momento, no te apures. –
Intente moverme en mi dolor, pero era inútil incluso poder mirarle bien, mis ojos se cerraban en lágrimas de dolor. Retorciéndome más en las sabanas de aquella cama que me dejaban postrado a veces. –
Aquella voz, la cual sus manos no dejo quieta en todo momento, estaban quitándome la ropa la cual estaba haciendo que mi sufrimiento aumentara. No podía defenderme en un momento así, y no sabía si estaba ayudándome o quería hacer algo peor. –
Por favor alguien. –
- ¡Jinki! – la voz más familiar para mi dolor, había llegado, de seguro que él puede ayudarme. –
- Doc...doctor Jin. Hay alguien aquí. – dije llorando mientras mi dolor aumentaba a medida que el intentaba buscar mi medicina e inyectarla con rapidez. –
- ¡Jinki que has hecho...! - me decía preocupado y apurado de ayudarme. –
- Hay alguien más aquí... - repetía intentando hacer que aquella voz se alejara de mi de una vez. –
- Jinki no... -
- Está escondido.... –
- No hay nadie. –
- Si... - dije mientras la inyección comenzaba a entrar en mí y las prendas que quedaban en mi cuerpo comenzaron a ser quitadas con cuidado por el doctor Jin. – estaba... estaba... -
- Kim Jonghyun.
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Hospital Psiquiátrico De Liddell
Mystery / ThrillerDiez pacientes se ven atrapados en una trama inquietante que se desencadena cuando el fuego despierta sus sentidos en una de las habitaciones. De esos diez pacientes, nueve emergen de las llamas, pero descubren que su escape del fuego es solo el com...