#BLAZE→ Paciente II → Kim Kibum. // 18 Años.
↘ Paciente presenta cuadro de Sindrome Kleine-Levin, Trastorno del sueño.
→ Paciente internado debido a su dificultad para manejar sus cuadros de hípersueño.
La niña - ¡qué gran tristeza! -
ardió de pies a cabeza.
Quedaron sólo cenizas,
y rojas, dos zapatillas.
- Me da miedo ese cuento mamá. – decía entre las sabanas mientras intentaba no mirar la ventana que dejaba ver la sombra de aquel árbol viejo que parecía un hombre.
- Es un cuento de hace muchos años Kibum. No tiene que darte miedo. –
- De todas formas, siento que no puedo dormir cuando me lo cuentas. –
- ¿debería contarte otro para dormir? -
- Todos tus cuentos me dan miedo mamá. –
- Tranquilo amor, nada de lo que pasa en los sueños te puede dañar. –
- ¿de verdad? –
Mi madre siempre me contaba historias con enseñanzas algo bruscas antes de dormir. Supongo que era para que yo fuera un hijo bueno y que jamás tomara en cargo los peligros de algunas cosas. Pero presumo que algunos de esos cuentos no me dejaron dormir y otros me hacían dormir por el día completo. No fue un problema, no un gran problema para mí, hasta el día en que no despertaba.
- Su hijo, tiene un trastorno del sueño. Algo muy parecido a la narcolepsia. –
La verdad, cuando era pequeño. No entendía mucho que era lo que pasaba conmigo. Y la verdad, no le veía problemas más grabe que el solo hecho de estar en un lugar y de repente despertar en la enfermería de la escuela. Viendo como mis profesores y enfermeras estaban asustados del hecho de que no despertaba con ningún estímulo de partes de ellos.
Cuando se supo de mi enfermedad. Papá y mamá intentaron que fuera un niño normal. Pero, no paso mucho cuando tomaron la decisión de que era mejor internarme a que me quedara con ellos. Asustándoles la idea de que pudiera golpearme la cabeza al caer dormido o que simplemente un día no pudiera despertar. Y admito que es la idea más lógica si lo piensas detenidamente pues, muchos de los internos de este hospital no han visto a su familia en años.
Algunos no recuerdan los rostros de quienes los vinieron a dejar. Sus padres, sus familiares o sus cuidadores. Todos ellos se perdieron con el tiempo y el desgaste de los años. Y ni yo mismo he podido recordar a mis padres.
Pero si aquel cuento que me aterraba algunas noches. La niña que por jugar con cerrillos. Se quemó viva.
Y Mina y Minz, las gatitas
lloran, lloran ¡pobrecitas!
"¡Qué tragedia, miau, miau miau!
¿Cuándo vendrán, papáu, mamáu?"
Desperté por los ruidos de las alarmas, sintiendo los gritos que estaban por todos los dados a donde pudiera esconderme. Cerré mis ojos una vez más, tapando lo que podía también de mis oídos y lo sentí. Aquel olor a madera quemada. Aquellos gritos los cuales suplicaban ayuda. Aquella alarma la cual había escuchado solo una vez. Y ahora se repetía por lo mismo.
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Hospital Psiquiátrico De Liddell
Misterio / SuspensoDiez pacientes se ven atrapados en una trama inquietante que se desencadena cuando el fuego despierta sus sentidos en una de las habitaciones. De esos diez pacientes, nueve emergen de las llamas, pero descubren que su escape del fuego es solo el com...