Quinta Parte.- #LIDDELL

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Quinta Parte.- Se amable con tus hermanos.

#LIDDELL








Paciente I Jeon Jungkook.// 15 años.

Paciente con cuadro de Esquizofrenia.











- ¿Familiares de Jeon JungKook? –

Mi madre paso a la sala de consulta donde yo estaba esperando por ella. Recordando lo muy delgada que estaba este último tiempo. Recordando también, que dejo de comer un poco cuando papá se fue. Recordando también...

Que sus nervios comenzaron a comerle por dentro y todo es por mi culpa.


- El joven Jungkook. – explicaba aquel doctor. Paseando sus dedos por su barbilla. Como si fuera complicado para el explicar lo mismo que yo le he contados a todos. Como si fuera difícil poder escuchar aquellas voces que me gritan todo el día. – Creo que lo mejor para su salud por ahora, es que sea internado por un tiempo. Presenta un cuadro de esquizofrenia muy avanzado, y antes de que pase a peor, es mejor si es tratado con nosotros.

Mamá comenzó a llorar. Creo que ya se me estaba haciendo costumbre verle así estos días. ¿será por qué extraña a mi hermano? Debe ser difícil para ella.

- Mamá. – Le llame entre su llanto para que me pudiera ver bien. Y sonriendo le explique...








"¡Auxilio!, ¡Ayuda, por favor!

¡Arde la niña, oh, pavor!"








- ¿Recuerdas el cuento de "La Trágica historia de Paulina y los Cerillos"? - Aquella voz se sintió a espaldas de mí. Haciéndome despertar de mí mismo, como si mi estado alerta se prendiera y todas las voces se hiciera una sola por primera vez. Me costaba asimilar esta realidad. Por lo mismo me demore unos segundos en poder advertir quien estaba hablando y de donde, pues aquella voz retumbaba sobre la cama, sintiéndola tan familiar y tan irreal desde donde estoy.

Mirando todo desde la ventana de mi habitación. Viendo como todos desesperados corrían lejos del fuego que abrazaba todo a su paso

¿Es real o yo mismo estoy inventando este incidente?

- "¡Corre!"

Me giré sobre mí mismo, para poder verle mejor, notando como su rostro al igual que parte de su ropa estaba manchada de sangre, la cual se estaba secando y dejaba escapar su olor metálico y amargo. ¿Es real? ¿Quién está gritando justo ahora?


- "La niña - ¡qué gran tristeza! -

ardió de pies a cabeza.

Quedaron sólo cenizas,

y rojas, dos zapatillas."


- Es un cuento muy curioso. – Aquel chico, quien, sentado sobre mi cama, chocaba sus pulgares entre sí con las manos juntas. Como si todo el tiempo del mundo se nos acabara ahora. ¿Qué se acaba ahora?

Me acerque a su persona, con ciertas dudas de que si es una realidad o es lo que ellos intentan advertirme ahora mismo, pues aun si sus voces suenan como uno solo, no dejan de ser dispersas por mi mente. Lleve mi mano a su mejilla, terminando de corroborar que de verdad él no era parte de mi cabeza. - ¿verdad? – continuó.

- Es un cuento muy curioso. – repetí después de él, como si fuera un mandato. Más cuando sentí que sus manos tomaban las mías. Llevando su vista a la mía. Haciendo que de nuevo me cuestionara hasta qué punto mi mente es capaz de jugarme con estas visiones. - ¿Qué tiene de curioso? –

- Es una historia triste. – Soltó mis manos para poder ir a ver, también, como todos corrían del fuego, en aquel paisaje tan catastrófico que la ventana nos otorgaba a simple vista. Orgulloso de lo que veía, Como si aquel fuego no pudiera llegar a nosotros. Como si las voces que gritan en mi cabeza no dejaran de decirme que corra, que huya mientras puedo. – El cuento es de una niña que no hace caso a su madre, y termina quemada viva hasta las cenizas. Sus gatitos lloran por su partida. Es una historia que me recuerda mucho a este hospital.

- ¿Quién se ha quemado? – pregunte mientras le miraba aun sin saber si debo hacer caso o no. –

- Tu hermano. – aquel chico se giró para poder verme otra vez. Sonriendo tan dulcemente que me quedé atónito por esas palabras. –

- ¿conociste a mi hermano? –

- Claro que sí, fui amigo de él, creo que aún lo soy. – sentí un escalofrío correr mi cuerpo, incluso cuando veía un infierno afuera de aquí. -

- "¡Sal de allí!"

- Mi hermano...- dije mientras me acercaba a él para poder ver de nuevo aquella escena. Enfermeras ayudando a pacientes. Gritos y desesperación. ¿Por qué yo no estoy siendo parte de aquella escena? ¿Por qué siento que soy indiferente a esta realidad? –


¿Qué realidad es la cual yo tengo un hermano? La verdad es que, siempre hemos sido yo y mamá, y papá.

- "¡Miente!"

- ¿Quién eres? – pregunte mientras deba un paso hacia atrás, más cerca de la puerta, más atento a lo que pasa aquí adentro que el fuego que puede comerme afuera.

- Ya te dije, soy amigo de tu hermano. – aquel chico pareció reaccionar ante mis actos. – soy Kim Jonghyun, ¿no me recuerdas?

- ¿y... y quien es mi hermano? – choque de espaldas contra la muralla mientras veía como el mismo me intentaba tomar para calmarme, pero ellos me decían que no debía. Se acercó bruscamente a mí, tomándome del cuello de mi pijama de enfermo, mientras sentía como me zamarreaba con dureza. Como si intentara que despertara, como si pudiera acallar las voces en mi cabeza.

- "¡Es peligroso!"

- "¡Sal de allí!"

- Jungkook, reacciona, tu hermano siempre ha sido...- de un momento a otro, mi miedo se fue calmando de a poco, pues la puerta de la habitación se había abierto. Dejando paso a quien estaba seguro...

Era mi hermano.

No hay dudas.

Y ni las voces en mi cabeza pueden negarlo.














- Mamá. – Le llamé entre su llanto para que me pudiera ver bien. Y sonriendo le explique con suma calma mientras tomaba su mano con cuidado. – Mamá yo estaré bien aquí, mi hermano también está en este hospital.

- Jungkook. - Mi madre comenzó a llorar más fuerte asustada de mí. Tomando mis manos entre las suyas. – Por favor hijo, entiéndelo, tu jamás has tenido un hermano. –

- Mama, que dices, tu sabes que siempre mi hermano ha sido...














Kim Seok Jin

Hospital Psiquiátrico De LiddellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora