.・。.・゜✭・ Hola, hermosas personitas que deciden llegarse a este lugar, sean muy bienvenidos.
Espero que vengan con mucha energía porque la inspiración se puede palpar y hay que aprovecharla. En este concurso deberán derrochar emoción, sentimiento y p...
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Me acosté sobre la cama de mi habitación y con las manos en la cara empecé a derramar todas las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos durante los últimos minutos, después de leer ese maldito mensaje.
No me importaba que dijeran que llorar no era de hombres, en este instante sentía que todo se desmoronaba a pedazos y era culpa mía, por querer controlarla cuando ella era un espíritu libre, por no haber dejado en claro mis verdaderos sentimientos.
Acababa de perder a la persona que más amaba y deseaba en el mundo, mi fuego, y todo por ser un estúpido orgulloso, y cuando dijo que las cosas tenían que ser de esta manera, sentí que no me iba a recuperar jamás.
Hace dos años...
— Ya te vale tío, habíamos quedado en que me ibas a acompañar a apuntarme en el gimnasio y resulta que me has tenido todo el día de un lado para el otro haciéndole mandados a tu madre — le dije a mi amigo mientras le echaba un vistazo a mi reflejo en uno de los espejos.
— Lo siento Dylan, pero sabes que siempre se le olvida algo y termino yo haciéndolo todo, te juro que mañana vamos a primera hora al gym y nos apuntamos juntos ¿está bien?
— Si no hay otro remedio — le respondí desilusionado.
Christian era un buen colega, pero siempre cambiaba los planes sin previo aviso y eso me molestaba. En este mismo instante debía estar en el gimnasio, pero no, estaba en la tienda de cosméticos donde trabajaba su madre, mirándome en uno de los espejos y tratando de acomodar mi cabello rubio que nunca se estaba tranquilo.
— Hey Dylan, esa chica no deja de mirarte.
Me giré hacia donde señalaba mi amigo y me encontré con los ojos castaños de Aura, quien enseguida aparto la vista.
Estaba con sus amigas, a las cuales conocía bien porque estaban en mi curso, pero con ella ni siquiera había hablado, aunque siempre la observaba de lejos.
— ¿Por qué no te animas y vas a conocerla? — mencionó Christian — Te he visto mirándola y a ella también le interesas, es obvio, así que no seas gallina y aprovecha esta oportunidad.
— ¿Estás loco? Por favor, es dos años menor que yo. Es una de las chicas más bellas que he visto en mi vida no te lo voy a negar, pero me sentiría raro saliendo con ella.
— Eso solo lo dices porque tienes una hermana de su misma edad, vamos Dylan, que tú tienes quince y ella trece, tampoco es para tanto.
— ¡Que no! Para salir con ella tendría que conocerla muy bien primero e incluso esperar unos años, ahora la veo muy niña, por muy hermosa que sea.
