Capítulo 12

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El día estaba tan soleado, el cielo tan azul, el césped tan verde, que Let tenía ganas de llorar sobre su sudadera marrón. El mundo no debería estar tan alegre cuando ella se sentía desanimada.

Caroline la miraba desde el otro extremo de la mesa, con cierta incredulidad. No había comprendido hasta qué punto su amiga se había involucrado con Joana, hasta que vio que no había tocado la pizza frente a ella.

La pizza y Let eran inseparables.

Estaban almorzando en los jardines de la escuela. Esa vez Let había escogido un lugar más cercano a las ventanas de la cafetería, y Caroline notaba como sus ojos azules iban hacia las ventanas buscando la figura de Joana.

Ella misma había sido testigo de la olímpica forma que Joana tenía para ignorar a su amiga, en las clases fingía que no escuchaba su nombre ser susurrado por Let, y en los pasillos fingía siempre estar apurada. Era como si Joana no quisiera respirar el mismo aire que Let, pero no tuviera la valentía de decírselo de frente. Incluso había estado evitando a Caroline.

_Okey_ vocifero Caroline, lanzando un hielo de su vaso al rostro de Let.

Let miro malhumorada a su amiga. El hielo había golpeado el costado de su rostro antes de caer al suelo.

_ ¿Qué haces?_ refunfuño Let.

_Llevas días así, o hablas definitivamente con ella o la superas_ sentencio Caroline.

No le gustaba ver a su amiga vestir de marrón. Algo tenía ese color que tornaba opaco su cabello rojo.

_Así que vamos_ vocifero Caroline levantándose y tomando a Let del brazo.

Notablemente Caroline tenía mucho más fuerza, y casi la arrastraba por el jardín dentro de la cafetería.

_ ¡Caroline no!_ gruño Let mientras forcejeaba inútilmente con su amiga.

_ ¡Caroline sí!

Let dejo de luchar, sabía que era inútil y era mejor llegar frente a Joana caminando dignamente y no cargada. A medida que ambas se acercaban al interior de la cafetería, Let se contagiaba del ímpetu de Caroline. Era como si el enojo de su amiga fuese el suyo, y para cuando vio a Joana no sentía tristeza, se sentía enojada. Ella prefería que la rechazaran de frente y no que la estuvieran ignorando como si fuera una plaga.

Para ese momento Caroline no empujaba a Let hacia Joana, era arrastrada por ella.

Joana estaba sentada sobre una de las mesas, como siempre, estaba rodeada de personas y de sus inseparables amigos Olivia y Derek.

Joana vio la cabellera roja de Let romper con la monotonía de colores, pero cuando vi sus pantalones caquis y su sudadera marrón, supo que ese color no le quedaba nada bien. No se sorprendió cuando noto que se dirigía hacia ella, lo había esperado.

_ ¿Te cuesta mucho decirme que no?_ vocifero Let.

Joana levanto una ceja y se colocó su máscara de prepotencia. Las voces de la cafetería comenzaron a menguar hasta que el silencio se instauro entre Let y Joana.

_ ¿Disculpa?_ pregunto Joana fingiendo confusión.

Olivia no se perdía de ninguna expresión de Joana. Ya le había dicho que Let no tenía la culpa de nada, pero parecía que Joana estaba preparándose para la crueldad.

_No tienes que tratarme como un bicho raro, con decirme que no quieres salir conmigo, y que tampoco quieres ser mi amiga es suficiente. Así me ahorras el interés.

Joana miro los ojos azules de Let. El azul claro y brillante estaba opaco, parecía ser un cielo nublado. Por un segundo Joana se lamentó, se lamentó de su vida y de no poder ver unos ojos como los de Let sin sentirse miserable. Pero el lamento paso tan rápido por su rostro que solo Olivia fue capaz de captarlo.

_Está bien_ Joana sintió que cada una de las palabras le quemaban en la garganta, después de tantos años aún le costaba cumplir las órdenes de Fantasma _ ¿Quién te crees?_ comenzó_ solo hicimos un trabajo juntas, no nos conocemos y tampoco me interesas. Todos aquí sabemos que eres lesbiana pero a mí no me interesa eso... y si me interesará me fijaría primero en tu amiga antes que en ti.

Joana escucho primero la risa ahoga de alguien detrás de ella. Y luego la exclamación de todo el cafetín.

Let jamás se había sentido tan expuesta, ni siquiera cuando todos se habían enterado sobre su sexualidad. Y eso elevo su enfado hasta un nivel que jamás había sentido antes. No lo pensó, ni siquiera había entendido lo que estaba haciendo hasta que vio la expresión de sorpresa de Olivia.

Let había tomado un bol lleno de la asquerosa crema de verduras de la cafetería, y la había vaciado totalmente sobre Joana.

El cafetín completo miro la escena con la misma sorpresa que había expresado Olivia.

La crema se filtraba por la camisa de Joana y se aferraba a su cabello negro. Joana sentía la crema bañarla como si fuera baba, sintió ganas de vomitar. Hasta cierto punto entendía que lo merecía, con decirle que no estaba interesada habría sido suficiente. No tenía ningún derecho a ser cruel, pero eso no evito que mirara a Let como si quiera matarla.

***

Caroline aún se reía. Manejaba con los espasmos de la risa y Let trataba de ignorarla. No se sentía exactamente orgullosa de haberle tirado comida a Joana un par de horas atrás, pero de una forma extraña eso la hacía sentir más tranquila, y ya quería llegar a su casa para quitarse la ropa marrón.

Pero Caroline tenía otros planes para terminar el día.

_Oye cuando lleguemos a tu casa, subimos para que te quites esa horrible ropa y salgamos_ sentencio Caroline.

_Quiero dormir_ se quejó Let.

Aunque tirarle comida a la chica más popular de la escuela, la hizo sentirse que podía ir contra el mundo y ganarle, prefería quedarse en casa y abrazar a su hermana.

_No, Evan me invito a un lugar. Antes quería ir solo con él, pero ahora quiero que me acompañes, después de lo de la cafetería no quiero que este día termine.

Let si quería que el día terminara, después del golpe de adrenalina de esa mañana quería descansar en paz.

_No quiero estar entre tu novio y tú.

_Por favor, la última vez que salí con él me aburrí, al menos contigo sé que no me voy a aburrir.

Let la miro con el ceño fruncido.

_ ¿Soy tu payasa o qué?

_Bueno... ya tienes el cabello rojo.

Let le lanzo un golpe. Caroline estaba tan acostumbrada a los golpes que se daba en los entrenamientos, que el de Let lo sintió como una caricia. Ella se sentía emocionada por exprimir cada gramo de altanería de su amiga, pero la noche aguardaba las peores sorpresas.

Rojo Oscuro (Trilogía Fantasma libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora