Capítulo 6

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El día había comenzado terriblemente mal. Caroline trataba de mantener el mal humor fuera de cualquier conversación. Pero las palabras de su madre y su novio se repetían como un molesto eco.

Sus palabras incluso estaban haciendo que el uniforme de porrista le picara.

Entro al salón esperando olvidarse de todo, le hubiera gustado tener a su amiga allí, de cierta forma ella siempre la hacía sentir mejor. Pero tenía que afrontar las primeras horas de clases sola. Y como si fuera peor se quedó encerrada en un salón, con un montón de estudiantes revoloteando y hablando sobre el nuevo chico muerto de sobredosis en una escuela cercana.

Con otro humor hubiera aprovechado la falta del profesor para unirse a la charla, pero sentía que eso le daba valides a su madre y a su novio de decir que su vida era simple, porque lo único que hacía era estudiar y ayudar a su madre, y solo por eso su vida era más simple.

_Caroline ¿Queremos plantear aumentar las horas de práctica? para la competencia de este año, es nuestro último año no podemos irnos sin un trofeo.

Caroline levanto la mirada hacia ellas. Siempre le había costado mirarlas desde que se unieron al equipo de porristas y decidieron que el rubio platinado, le iba mejor a su piel que su cabello oscuro y natural.

Ella no estaba de humor para lidiar con ellas. Si no fuera por la agilidad que tenían las hubiera sacado del equipo.

_Si quieren un trofeo pueden tomarlo de la vitrina, total son de plástico y nadie los necesita.

Caroline se levantó y salió del salón. Más horas de prácticas, significaría menos horas de estudio y menos horas de trabajo en la tienda, que sería igual a menos tiempo para todo y una madre molesta.

Los pasillos estaban desiertos. Caroline sintió el deseo desesperado de querer gritar, pero al igual que la mayoría de las cosas que deseaba no lo podía hacer, porque la escucharía la mitad de la escuela y no quería tener más testigos de su mal humor. Así que opto por lo primero que se le cruzo por la mente.

Golpeo el contenedor de basura tan fuerte que abollo el plástico y los hizo estremecerse. Se sintió tan bien que volvió a patearlo, esta vez con más fuerza y la punta de sus zapatos se rasgó con los bordes del agujero que dejo.

_Eso si es una chica enojada.

Caroline se asustó por la repentina intrusión y trato de imaginarse como se veía. Y estaba segura que lucía como una loca pateando un contenedor de basura, pero al menos su moño había permanecido intacto.

_ ¿Qué? ¿Se te rompió una uña?_ bufo Patrick Trevol.

Caroline lo miro como si con solo eso pudiera desaparecerlo, pero lo único que logro fue que la sonrisa del chico se ensanchara aún más.

Allí de pie, con las manos metidas en los bolsillo y la ropa negra podía pasar por la versión masculina de Joana, pero había una diversión en sus ojos oscuros que no lo tenía ella.

_Decir eso es muy estereotipado ¿no te parece?_ refunfuño Caroline.

Patrick era el estereotipo de chico malo. Caroline solo lo conocía por sus constantes peleas con los profesores y porque un vez encontraron droga en su mochila.

_Eres rubia y capitana del equipo de porristas ¿Qué más estereotipado que eso?

Patrick comenzó a mirar sobre su hombro. Cada minuto aquí era un minuto perdido para él.

Comenzó a caminar.

_ ¿A dónde vas?_ le pregunto Caroline.

Él no creía que a ella realmente le interesara a donde iba, pero sabía reconocer los signos de la necesidad de escape cuando los veía.

Rojo Oscuro (Trilogía Fantasma libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora