Ella no quiere estar involucrada en ningún tipo de enamoramiento y al parecer él tampoco.
Ellos no sienten nada el uno al otro... o eso es lo que intentan creer.
Ellos son diferentes en varios aspectos pero para el amor eso es algo insignificante.
M...
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Ha pasado exactamente una semana de todo el caos que estábamos viviendo.
Las emociones me han embargado de una forma inexplicable, estoy tratando de ser lo más razonable posible pero no puede, mi mente no me deja.
Cassandra me dijo por fin quien era el padre de su bebé, pero no lo dijo tan segura como esperaba, no se si esta sea una forma de evitar que le sigamos preguntando he insistiendo respecto al tema, de todas formas no soy la única a la que le debe decir, nuestros padres y sobre todo Matteo; están tensos por saber quién la embarazó.
—Señorita Evans, su trabajo.
Salgo de mis pensamientos y caigo en la cuenta que debo entregar el proyecto que nos pidió la profesora.
Saco el folder plastificado de mi mochila y procedo a entregárselo, me quedo parada a la expectativa de lo que me dirá, por supuesto el trabajo era individual y ningún familiar podía ayudarnos así que le pedí ayuda a mi novio (que lindo suena esa palabra) y por supuesto él no se negó.
La profesora revisa mi trabajo, siempre con el semblante serio que la caracteriza.
—Muy bien Micaela, esto está perfectamente redactado e incluso tiene buena gramática, la persona que la ayudó merece mis felicitaciones, espero que haya aprendido mucho sobre la vida universitaria ya que ustedes están a un paso de terminar el instituto.
Sonrío ante las palabras de la profesora, porque claro Ian me ayudó bastante en especial con la gramática porque yo no sabía mucho sobre sinónimos que podría agregarle para que el trabajo se viera más interesante.
Cabe resaltar que no me dio clases de gramática, todo este tiempo he aprendido más sobre anatomía, y ni siquiera es la carrera que estudia.
—Muchas gracias profesora.
Regreso a mi asiento con una sonrisa en el rostro y con más ganas de aprender anatomía con Ian, aunque por ahora él esté estresado con sus próximos exámenes.
El timbre suena y todos guardamos nuestras cosas para salir del aula, por fin acabó el día.
Me coloco mi mochila y camino hacia Zoe, ha estado muy distante con nosotras las razones no las sabemos pero hoy me encargaré de averiguarlo. Al parecer Amanda me leyó el pensamiento porque también va en dirección hacia ella pero Zoe se va rápido del aula antes que le digamos algo.
—¿Viste lo mismo que yo?
—Así es.
—¿Has hablado con ella? Porque yo lo intente en estos días, pero estuve ocupada con mi ensayo— Otra que tuvo clases de anatomía con su novio.
—Le escribí pero sus respuestas eran precisas, dándome a entender que la conversación quedara allí.
Amanda está preocupada al igual que yo, no le hemos hecho o dicho algo malo. Nos preocupa que esté distante, no sabemos si está pasando por problemas porque no nos dice nada y tampoco somos adivinas.
—¡Hey!
Llamo la atención de Amanda, hace un gesto para que prosiga sobre mi magnífico plan.
—Gustavo es su primo, porque no le preguntas si le pasa algo a Zoe.
—Ya lo hice, pero el tampoco sabe de algo.
Con nuestros pensamientos caminamos hasta la salida, que está abarrotada de alumnos y carros.
—Me dijo algo— mi atención recae en ella— Zoe estaba saliendo con un tipo, fue secreto porque no quería nadie supiera pero un día Gustavo fue al Mall y los vio sentados en una banca— Amanda se calla dándole un toque de misterio al relato pero algo exasperante para mi gusto, la samaqueo porque no habla ni prosigue con nada del relato.
—¿Eso es todo?— niega— ¡Entonces continúa mujer!
—Estaban en una sesión intensa de besos.
Ok mi sorpresa es grande y pensé que Zoe era la más reservada de las tres.
—¿Sabe quién es el susodicho?
—No, solo vio su cabello que es medio castaño o marrón y que era más alto que ella, ah y tenía un polo verde oscuro.
—Bueno, sabemos que es su vida pero duele que no nos haya contado sobre eso.
—Pues si, supuestamente nos contábamos todo pero tampoco hay que exagerar sus razones tendrá.
Claro que debe tener sus razones, pero me confunde un poco el hecho que tenga que ocultarlo, no está haciendo nada malo ¿o si?
[...]
—No quiero eso.
El duende todavía sigue con nosotros y parece una eternidad tener que lidiar con él, por ratos es adorable pero la mayor parte del tiempo se vuelve insoportable. Este niño es un buen anticonceptivo, Cass debió verlo antes para que piense en lo que se está metiendo.
Con un gesto de asco el plato de comida sale volando por los aires cayendo al suelo que acabo de trapear, a mi señora interior no le gusta su majadería porque al parecer al niño no le gustan los macarrones con queso.
—Mira pequeño demonio, la comida no se desperdicia.
—No me gusta— me enseña la lengua.
—Con esa lengua te haré limpiar el piso.
Me relajo porque vamos, así le diga de todo no va a entender y se seguirá robando los dulces que recién acabo de comprar, debo buscar una nueva compañía de alarmas y sobre sobre todo un mejor lugar.
El timbre de la casa suena, por suerte Cass sale rápido a ver quién es.
Un momento, desde acá cuánta preocupación por el timbre, esta niña anda muy sospechosa.
La curiosidad me invade por saber la persona que está hablando con ella, con razón bajó rápido.
—Vete.
—Se que estás molesta pero por favor comprende.
—No puedo comprender la estupidez tan grande que hiciste— la voz de Cass suena bastante decepcionada y estoy segura que en cualquier momento se echará a llorar,
—Necesitamos hablar.
—Te puedes ir a la mierda, yo no quiero nada de ti.— cierra la puerta con bastante brusquedad y se va corriendo a su habitación antes de que le diga algo.
Al parecer no soy la única con cosas en que pensar, después hablaré con ella. Lo único que pude ver es que se nota la diferencia de edad con nosotras.
¿Desde cuándo frecuenta con ese tipo de personas?
Es una duda que lo resolveré pronto, yo me encargaré de eso.
