Promesas

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Eran pocas las veces en las que Craig perdía el control de sus emociones pero la noche anterior cuando una enfurecida rubia lo llamo para gritarle que era un idiota y que perdería a Tweek sintió como el suelo bajo sus pies se desvanecida. Él estaba consciente de que había echo mal, el rubio que ahora se encontraba reposando en sus brazos era como un ángel y él lo había tratado como a los demás, se sentía peor que cuando por error pateo a Stripe II y el pobre animal chillo y Craig estuvo llorando toda la tarde mientras le sobaba el lomo. 

El chico que había despertado hace ya unos minutos acariciaba los dorados mechones del durmiente Tweek, este estaba con una sonrisa grabada en su cara, por dentro el pelinegro esperaba que fuera porque su novio soñaba algo lindo con él o por la satisfactoria noche de reconciliación que habían tenido. De todas formas verlo así de sonriente lo hacia tan feliz.

Craig con mucho cuidado trato de sacar el brazo que tenia atrapado el rubio con su cuerpo pero al parecer no fue lo suficientemente delicado, pues los ojos bicolores se abrieron tan rápido que el pelinegro se asusto. 

De inmediato Tweek dirigió sus manos a su pecho, palmandolo un par de veces, luego una de ellas se dirigió a la entrepierna de su novio.

- ¿Que demonios Honey?- se sobresalto el chico por la repentina y extraña acción del rubio

- Solo fue un sueño- suspiro el chico más para si mismo- Lo siento Amor, soñé que eramos mujeres, ¡fue horrible! tenia tetas enormes como las de Bebe embarazada, tú eras más plana pero aun así, tenias vagina, por eso quería comprobar que Craig Junior estuviera en su lugar.

El chico de ojos ámbar se encontraba confundido por la absurda explicación de su novio.

- ¿Tus sueños son así de raros siempre?- pregunto sin quitar la expresión confundida de su cara

- No siempre, pero una vez soñé que me perseguía un tiranosaurio Rex para robarme mi helado- dijo el rubio con una sonrisa

- Eres sumamente adorable Honey- dijo el pelinegro con mirada enamorada

- Oye ¿a donde ibas? ¿te estabas escabullendo después de una encantadora noche de pasión?

- ¿Crees que me iría sin un mañaneo? solo trataba de quitar mi brazo adormecido de tu pesado cuerpo

- ¿me estas diciendo gordo?- pregunto ofendido el rubio

- Tengo más de donde agarrar

- Tendré que ponerme a dieta, no quiero estar gordo. Tú la tienes fácil tienes un cuerpo de atleta- soltó con envidia a su novio

- El fútbol me mantiene así, pero ahora que estamos fuera de temporada comeré para ponerme gordito para ti

- Si engordas te cambiare, yo quiero un novio con cuadritos y bíceps- el rubio paseo su mano por toda la extensión del abdomen de Craig 

- Eres tan cruel amor- de un movimiento rápido el pelinegro subió a su regazo al chico a su lado- debo darte una lección- atrajo a su sonriente novio para besarlo

- No soy mucho de ejercitar tan temprano pero por ti amor lo que sea- rio sobre los labios del otro.

Los besos comenzaron a volverse pasionales y mojados, acalorando el ambiente.

Mientras en la cocina se encontraban los señores Tweak tomando un reconfortante café, como cada mañana antes de partir a las oficinas de su compañía.

- Entonces debemos decirles que los escuchamos o solo hacemos que nunca paso- menciono el señor Tweak de forma casual

- Sabes que adoro a Craig pero no estoy segura de aceptar que mi bebe hace esas cosas- dijo la madre tomando un gran sorbo de café

MimadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora