24 Februar 2008

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9:34 am

Ya no soñaba a diario el sueño, sólo ocasionalmente. Pero aun así me apersogaba la idea de haber soñado algo así.

Y en ese preciso momento sonó el timbre del departamento. Si fuera Bill, lo dudo mucho, hace días que no se de él, quién sabe dónde metió. Fui a abrir la puerta, y era un chico que nunca había visto, llevaba un paquete entre las manos. Uno de esos que jamás he encargado.

―¿Jennifer, 323? ―preguntó el chico, revisando el paquete.

―Mm sí ―respondí confundida.

―Es para usted ―dijo dándome el paquete.

Lo revise por afuera y no traía ninguna nota.

―¿Quién lo manda? ―pregunté mirando al chico.

―La verdad no sé ―respondió y agregó―, sólo me dijeron que me asegurará que le llegará.

―Bueno, gracias ―sonreí un poco.

―Por nada ―se fue.

Entré a la casa, cerrando la puerta y abrí el paquete. Lo que traía era una rosa y un papel escrito a computadora que decía:

Bien, tú me conoces, sé que enviarte esto así & demostrarte mi amor no es la forma correcta pero no sé cómo decirte que me gustas. Y que eres muy especial para mí.

ATTE: xxxx

―¡Genial! No dice de quien es ―dije enojada. Puse todo sobre la mesa.

Salí del departamento y me dirigí a la recepción. En eso vi a Bill hablando con el mismo chico que me había dado el paquete, me les acerqué porque parecía sospechoso, pero no me vio, y yo podía escuchar lo que decían.

―¿Seguro que se lo diste? ―preguntó Bill.

―Sí, sino lo traería ―respondió.

―Bien gracias... ―No terminó de decir ya que los interrumpí.

―¡Bill! ―dije sonriendo.

Rápido se fue el chico, me pregunté por qué tan de prisa y sin decir nada más.

―¡Jennifer! ―Le noté más que sorprendido― ¿Qué haces aquí? ―preguntó.

Fue una tonta pregunta y muy obvia. Estaba algo nervioso con mi presencia aunque no sabía porque lo saludé como gente amable.

―Yo vivo aquí ―respondí obviamente, y me reí.

―Si ¡je! ―exclamó.

―¿Tú qué haces aquí? Y ¿por qué hablabas con el repartidor? ―pregunté. Tenía mucha curiosidad.

―Vine a dirigirle adonde entregar un paquete.

―¿Para quién?

―Para... la chica ―sonríe apenado.

¡No lo podía creer! Esa chica de la que tanto hablaba Bill vivía tan cerca de mí y ni la conocía. Con más razón tenía que sacarle más información.

―¿¡Vive en este edificio?! ―pregunté sorprendida.

―Mm sí, no creo que la conozcas.

―Lo dudo, ni conozco a mis vecinos ―bromeé, aunque fuera en serio.

―Espero que le guste lo que le mandé ―me miró fijamente.

―Yo creo que sí, si es que le mandaste la canción esa.

―No le envié eso, solo una flor, una nota y un 'poema'.

―Ah ―exclamé― al menos es algo más de lo que a mí me dieron, no fue tan especial, casi no me gusto.

By Your Side » Bill KaulitzWhere stories live. Discover now