By Your Side » Bill Kaulitz

31 März 2008

4:51 am

Volví a los días de antes y me despertaba de repente. Pero ahora no soñé algo tan raro como las pesadillas de antes. Sino que parecía estar en un cuarto con las luces encendidas, que me cegaba la vista. Y en eso entraba alguien al cuarto, y entendía que apagaba una de las luces y quedaba otra para que no nos molestara nada. Esa persona me tomaba de la mano y me jalaba, yo no quería irme pero me decía:

―Tienes que venir conmigo, ya no hay otra salida que venir a mí, créeme no quieres ir al otro lado ―insistía quien fuera.

―Pero ¿qué hay de ambos lados? ―pregunté curiosamente.

―En el lado que tú estás hay sufrimiento y mentiras, no ves nada con claridad. En cambio en el mío, sabrás lo que es de verdad, lo que tú sientes y siempre has y vas a sentir, y sentirás las mismas emociones que alguna vez sentiste en la vida.

Únicamente dijo eso, y creo que con eso me conformé para ir con esa persona, cruzamos la puerta y todo lo que aparecía era una calle solitaria, en eso escuchaba que alguien me susurraba que siguiera para adelante, y fue lo que hice, caminar hacia adelante, hasta que algo me detuvo tomando de la mano. Y era Bill.

Fue cuando todo acabo y me desperté confundida de por qué era Bill, aunque no pasó nada después, esa duda me atormentaba. Necesitaba verlo de nuevo, saber que me causa verlo y sentir que está ahí.

No pude más que volver a dormir, y mi mente seguía pensando en la presencia de Bill en un sueño ―nunca pensé que pasaría―.

11:45 am

Es la hora a que usualmente Bill llegaba al periódico y ese día no estaba allí todavía. Yo misma había decidido salir en el descanso fuera del edificio para ver si encontraba algún rastro de él, y para mi mala suerte, no hubo ninguno.

No pude más que volver a la oficina, y a la hora de entrar, choqué con alguien que ni la cara vi.

―Disculpa ―dije seriamente.

―No importa ―era una chica. La volteé a ver curiosa.

―Ah Mikaela, no vi que eras tú, en serio perdona ―sonreí amablemente.

―Jennifer, ¡qué bueno que te encuentro! ―parecía muy feliz de verme.

―¿Me buscabas? ―pregunté confundida. Apenas y había hablado una o dos veces con ella y por trabajo.

―Sí, la jefa te busca, creo que te va a dar una muy buena noticia, a ver si la aceptas.

―Mm parece algo muy bueno.

―Y tú tranquila, yo le digo a Bill si aceptaste o no ―sonrió demasiado amable, más de lo normal.

¿Qué tenía que ver Bill? Sólo salieron, no quiero pensar que son algo más. Bueno y si lo son, qué bueno por él, claro que debió decirme. O al menos así lo veía yo.

―Creo que le puedo decir yo misma, es mi amigo, yo le digo ―aclaré seriamente.

―¿De cuándo acá es tu amigo? ―preguntó y creo que sonó a la defensiva.

―Desde que me di cuenta de que él vale más que su fama ―respondí molesta por tener que darle explicaciones.

―Si dices ―parece que me tiró a loca―, claro que tú como persona decías que eso no importaba.

―¿A ti quién te dijo?

―El mismo Bill ―sin más, algo llegó directamente y punzó de dolor.