3 April 2008

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11:45 am

Ahora si sería el momento de la despedida. Ya había estado Tom allí, nos habíamos despedido y todo había sido relativamente bueno para una despedida, a ninguno de los dos nos hubiese importado que nos fotografiaran o algo por el estilo. Lo consideraba un buen amigo.

Yo ya estaba en la sala de espera con mi mochila y nada más esperando, obviamente, a que fuese hora de ir a la sala de abordaje para subir al avión, eso si es que aún tenía las fuerzas para ello. Pero entonces...Lo vi llegar, como me gustaba, con el pelo lacio y suelto, obviamente maquillado lo necesario. Vestido de camiseta roja, unos pantalones de mezclilla, tenis blancos y gorro negro. Llevaba en la mano su celular con una rosa, ¿una flor? Nos vimos de lejos, y al verme su reacción fue de correr más rápido, yo me atuve a levantarme y quedar estática. Pensé que tenía que alegrarme el día, pero quizá no sería así, quizá sólo quería despedirse.

―Te dije que no me buscarás... ―murmuré cabizbaja.

―Creíste que te dejaría ir así como así ¿verdad? ―preguntó sonriendo y elevando mi mentón con su mano libre.

―Intenté pensarlo pero no lo logré ―sonreí de lado mirándole a los ojos―. Esto era lo que magníficamente imaginé y pasó.

―¿De verdad lo crees así? ―se le notó emocionado.

―Si ―aseguré sonriendo completamente.

―Gracias ―me dijo tendiéndome en mi mano aquella flor que estaba esperando. Por dentro me sentía completamente satisfecha de poder estrechar nuestras manos, me daba fuerza, y el simple hecho de sentir su piel contra la mía, era muy reconfortante.

―Bill, cuando dije que no me buscaras era porque no sería capaz de verte, estaba loca ―dije mordiéndome mi labio para no querer llorar ante él.

―Lo sé, ahora sé que estás loca por mí ―dijo colocando su frente contra la mía.

―Eres más listo de lo que creí.

―Sólo quiero saber algo ―se alejó de mi para verme fijamente.

―¿Qué cosa? ―ya no tenía miedo de nada.

―Nada de esto fue en vano ¿o sí? ―yo reí levemente al verlo serio. Me quedé callada y pensé algo ingenioso que decir.

―Yo sé que te despedirías de mí con la flor y un beso, tal vez sea así, despedirás a la Jennifer que negaba el amor por ti pero la yo de ahora, se queda aquí, no importa qué ―aclaré estrechando con más fuerza su mano, marcando mi territorio inconscientemente.

―¿Eso quiere decir que te quedas, no importa que sea una gran oportunidad? ―preguntó sorprendido.

―¡No me importa! Lo mejor para mi es quedarme aquí, al lado de las dos cosas que amo con todo mi corazón.

―Déjame adivinar... ―lo interrumpí tomándolo de la cara con una de mis manos.

―Si, eres tú y Alemania ―sonreí de oreja a oreja ansiosa por estar con él―, me quedo a tu lado.

Nos miramos a los ojos antes del siguiente paso, el cual ya sabíamos que sería. Tomó mi cara acercándola a la suya y lo siguiente que sentí fue como su respiración invadía mi cavidad y se mezclaba con mi aire. Al final vi sus ojos fijos en los míos concluyendo con aquel beso, con el primer beso de los dos. Ese beso tan esperado y ansiado que marcaría y sellaría el capítulo de "Nosotros".


das Ende 

By Your Side » Bill KaulitzWhere stories live. Discover now