Capitulo XX "Dejame con mi orgullo"

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Si, lo prometí, solo por que avisaron que su madre había muerto en el parto y su padre era un delincuente lo que lo único que le quedaba era su hermana. No lo iba a dejar solo,sus primeros 15 años los cuide como si fuera su madre, después les borre la memoria, dolió haberlos abandonado pero ahora que los veo, no han cambiado "casi en nada".

Con Alonso, se arreglaron las cosas, somos mas cercanos de lo que ya eramos, eso se significaba que estamos saliendo, si, tengo al fin novio desde hace un buen tiempo, ¿20?¿30? años, o tal vez un poco mas. El día de hoy retomaremos las clases, no quiero perder mas días de los ya irrecuperables.

-Bien, ¿Te veo en el entrenamiento?-me dijo a lo que lo mire confusa- recuerda que eres mi porrista favorita-comento tomando me de la cintura haciéndome sonrojar-Te veo allí princesa-dijo para terminar con un beso a lo que yo sonreí tontamente.

Si, me gustaba sin alguna excusa. El amor no puede ser mi calzón diario. Me quedare con la misma tanga por que la amo- a Alonso-.

-Sonrisa estúpida,falda, un top- me dio una mirada- ya te perdí- reposo en unos de los casilleros azules con su sonrisa.

-No me has perdido, Damon- dije abriendo el casillero ya con su respectiva contraseña.

-Si,claro-se acercó un poco- Vamos a follar toda la noche-imito mi voz-¡si!-para después levantar sus manos haciendo un baile con ellas.

-¿Sigues?-comente-nunca dije eso-lo empuje levemente.

-Lo niegas, pero esa noche- se giro- estabas mas que feliz- camino sin antes darme un pellizco en mi nalga izquierda haciéndome saltar.

Sonreí, seguí con mi camino, otro pellizco vino a mi en la misma parte.

-Yo también puedo hacerlo- dijo besándome.

Sonreí un poco roja, o eso es lo que sentía.

-Pensé que estarías en tu entrenamiento-dije tomando su agarre en mi mano.

-No-empezó a darme besos en mi boca-puedo-continuo-dejar a mi princesa sola.

Termine dándole un beso tronado para después caminar tomando su mano a la vez abrasándolo. Se sentía muy bien estar con el, pero, sus miradas eran pesadas, si, Jos me veía a cualquier parte que iba.

-Naranja-sentí unas leves manos en mi abdomen-Toronja-toco la parte superior- Sandía-termino dándome un beso en el medio de mi abdomen.

Reí de su acto, realmente , el era perfecto pero tenia algo diferente a lo que Jos era.

-Te amo, te amo-comento alborotado me el cabello a lo que yo también hice.

-No tanto como yo-dije.

Se ofendió, para después tirarme en el sofá.

Me empezó a morder perforando mi piel a lo que yo gemí. Me giro para quedar arriba de el y hacer lo mismo, sangre por toda nuestra nuestra ropa y el sillón.

-Creó que alguien lo va a limpiar- nos separamos.

Me sorprendí al ver quien era.

Mierda.

Mierda.

Mierda.

-¡Jos!-dijo Alonso.

Esto no es un simulacro |Jos Canela & Alonso Villalpando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora