Capítulo XXVI "Tres opciones"

63 12 4
                                    

El sol entra por la habitación como si fuese un gran día, lo es, solo que para mi no. El no está al igual que mis padres, no hay ninguna señal de vida de ellos. Esa mujer con cabellos dorados,delgada para su edad y ese hombre con su falta de seriedad, su sonrisa siempre era mi calmante...

En la obscuridad de mi cuarto,siempre me protegía alguien adelante mío tenía al mejor hombre llamado con cariño padre,claro,solo tres personas tenían ese privilegio.

-¿Por qué sonríes?.

-Por qué estás aquí y con migo - respondió.

Sonrió ante su respuesta, pero, teniendo diez años aun me contaba sus maravillosas historias de vampiros. Era impresionante estar atenta a sus relatos ya que en el almuerzo de la mañana siguiente-comiendo los emparedados que mi madre le encantaba hacer los Sábados- sus preguntas inundaban la mesa, era obvio que al par de gemelos - con ninguna igualdad en sus rostros u actitudes- les contaba lo mismo.

-Pregunta del sábado - corto su pan con unos de los cuchillos especiales de ese día de un regalo de la abuela por su cumpleaños, claro, habían más de esos.

Todos nos cubrimos los oídos para que el pensara su pregunta, atentos a su rostro en concentración, que con gracia aveces tomaba su abundante barba para hacernos sonreír de la impaciencia.

Al fin paso su rebanada,puso sus grandes manos entrelazadas en la mesa para después observar mi enorme sonrisa,la gota de sudor de uno de los gemelos y la risa del otro gemelo.

Era evidente la risa que quería soltar mi padre.

-¿Que paso después de que murió el señor de paja?-lo dijo rápido.

No podía pedir que me la repitiera era contra las reglas. Se oían los 《¡No me acuerdo!, ¡Otra pregunta esa no!. Concéntrate...mi labio dolía por estándar mordiendo mientras estaba pensando pero era esencial.

-Vacíos - cruzó sus brazos- mis pequeños ángeles no se acuerdan.

Retiro su asiento para poder retirarse,estábamos perdidos, nadie sabía.

-La paz mundial- respondió Travis.

-No-contesto- ya no puedes responder.

Bufo para después sentarse en la silla de madera  ha empezar a almorzar disgustado. Mordí una vez más mi labio inferior.

-¡El Sheriff cerró el pueblo y no dejo entrar o salir a ninguno!- comentó Trevor.

Era un poco anormal que los gemelos tengan la misma inicial y yo una curvada C. Sus ojos sobre saltaron de alegría para después tomar a su hijo y hacerlo girar. Había ganado. Yo y Travis nos miramos para sentarnos otra vez.

-¿Pastel,dinero o deseo?- pregunto cargando lo en sus brazos.

Di dinero,di dinero,di dinero.

-Pastel - contestó y lo bajo para recibirlo.

-¡Demonios!-reclame.

-Cosseth - me regaño.

El pastel tenía un mágico deseo, dirán;bueno por que no pidió el deseo en vez del pastel. Es solo que el pastel aparte de ser la primera deliciosa rebanada tenía sangre de dragón que te hacían fuerte,guapo,inteligente... tu no podías elegir ahora, el daría ese poder para cuando tuvieses más de la mayoría de edad. El deseo normal de las tres opciones sólo te daba juguetes.

-Valla hijo mío - sonrió mi madre.

Todos alargaron sus cuellos para ver el deseo que le daría.

-Serás guapísimo de grande.

Era exactamente como nos perfeccionaban mis padres pero solo podrías tener un deseo por año y solo tendrás siete deseos si no te los estará quitando.

Nada había cambiado desde que nos fuimos. Estaba pensando en dejar esto, pero, por otro lado tendría datos de sobra ya que por el deseo de mis seis años me habían otorgado la inteligencia.

-Hola.

Travis y Trevor eran extremadamente guapos siempre lo han sido sin contar ese deseo. Uno con ojos azules y otro con ojos grises, hacían que cualquier mirada se los comiera.

-Hola - respondí .

-Te llevaremos a comer- resonó la voz de Trevor.

Trevor con tan solo un cabello despeinado,facciónes de un modelo que se a mantenido en forma,no como esos esqueletos, su vestuario era informal con tan solo unos Jeans desgarrados de las rodillas negros,una camisa lisa blanca y sus botas negras, en su mano cargaba su chaqueta negra de cuero. Por otro lado estaba Travis, ese era como un Play Boy que quería que lo tocarán con tan solo una camisa sin mangas dejándose ver sus años en el gimnasio, sus Jeans un poco ajustados sin romper y sus par de converse blancas, era un descuidado provocativo sin contar que su corte era el indicado para su rostro lo cual no se veía por su boina.

-Vamos a ir a un tienda donde venden pizzas- retomó su mochila en su hombro.

-¿Dirías que es una Pizzeria?-arque mi ceja.

-No lo se-continuo- ¿lo es?.

-Eres un estúpido Trevor- dijo su gemelo con cierta gracia.

-Escucho graznar a un pato pero no lo veo - se la devolvió.

-¡Uh!-quería una pelea.

-Cállate chubaca- bajo su mochila.

-No se que es eso - bajo también la de el- así que no es una ofensa.

Entre cerraron los ojos para después echarse a reír. No iba a haber pelea. Suelen divertirme por que siempre son insultos ridículos.

-Bien par- soltaron sonrisas- los veo.

Ambos se despidieron con un beso en cada una de mis mejillas para irse en diferentes direcciones,retome mi camino, los demás no habían venido, tenia que encontrar a Bryan a Jos. Lo cual hice.

-Tenemos que encontrar a Alonso - dije.

-¿Para?-respondió Jos.

Esta bien su actitud no sirve cuando lo necesito para algo importante. Mis padres fueron encontrados por mis hermanos el mismo día en que aparecieron. Pero, Alonso sigue perdido.

-¿¡Cómo que para que?!-repetí.

Alguien tomó mi hombro para que no lo atacará lo cual me ayudó bastante. Tome aire.

-Sabes -cruzó sus brazos en forma de defensa- estoy mejor sin el y tu también.

Baje mis cejas mostrando mi enojo a cada de sus incrédulas palabras.

-Si no está el...yo podría hacer...

Hay no me volvió a besar.

Esto no es un simulacro |Jos Canela & Alonso Villalpando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora