Capítulo XXV "Libre"

55 12 1
                                    

Baje por las escaleras de más años que los que pudiese percibir. Crujían,no sabia si podrían aguantar nuestro peso. Espero que si. El suelo es pegajoso y grumoso,tal vez, era una trampa caza moscas. Somos las moscas. Era un cuarto echo de madera vieja sin decoración alguna - sin contar la sangre en todas partes-. Tenia artefactos de tortura, una camilla de pie con cadenas sobresaliendo de ella; unas mas arriba que las otras para finalizar a lado tenía un monitor de hospital pero era claro que no era para curar.

-¿Me podrían ayudar a salir de aquí?-pregunto el chico amarrado a un círculo.

Sin pensarlo dos o más veces fui a el círculo de madera.Las sogas en sus muñecas estaban apretadas haciendolas sangrar. Sin contar las de sus pies. Este chico estaba débil,sangrando y con una bolsa de tela marrón en su cabeza al igual con una soga en la parte inferior.

Lo hice sentar en la tabla para poder eliminar la bolsa, lo examine tocando su cuello para poder ver la terminación de esta. Lo logre quitar después la desplace.

Suspiro.

-Gracias- agradecio- Es bueno que tu me allas encontrado- me abrazo.

-Vamos tortolos- aviso Carter - nos falta encontrar a Alonso y a tus padres.

                                °°°°

Estaba vacío, estos pasillos estaban vacíos, cuerpos probablemente podridos. Nuestros pasos hacían eco. Al final entramos a un cuarto sin puerta a la izquierda. También vacío pero era grande, paté e la cama una y otra vez.

-Calmate-tomo mis brazos para hacerme parar- no te servirá de nada patear una cama.

Me soltó, seguimos buscando, decidimos separarnos. Camino por el primer piso, los focos  estaban a punto de dejar de funcionar, primer puerta era simplemente la sala de entretenimiento. No había nada...quinta puerta al igual que las cuatro anteriores salas de entretenimiento, camine para la sexta, alguien me estaba siguiendo o tal ves era que ya me estaba hartando.

Debe de ser eso. Sigue buscando.

La ultima puerta, esta, al menos, estaba diferente - no del todo- esta era una sala de tortura. ¡No había nada!. Mis lágrimas salieron pero era de desesperación. Me senté con mis piernas ocultando mi rostro.

-¡Aquí no está!.

Esto no es un simulacro |Jos Canela & Alonso Villalpando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora