SAINT
Sonaba mi nariz justo cuando el grito de mi madre me hizo sobresaltar. La veo entrar a mi espacio en la sala de emergencias y se ve alterada. Cuando voltea su sonrisa me ocasiona escalofríos. Y siento cada vello de mi cuerpo erizarse por esa sonrisa.
"¿Qué dem—?"
"Mi hijito está madurando..." Se dice con un puchero y se da paso a mi cama sentándose a mi lado. Ese lado de la cama se hunde a lo que el mío se alza por su peso. "Vi a Zee afuera. Ese chico está en la palma de tus manos. Literalmente." Dice y no quiero saber el significado de su literalmente.
"Te equivocas en eso, Ma."
"Una tonta pelea no lo detendrá, créeme." Me interrumpe y me saca una sonrisa cuando escucho sus siguientes palabras. "Ese chico se muere por ti. Está enamorado de ti, mi Saint." Miro a mi madre de una forma diferente. Ella... se las ingeniaba para ser la mejor mamá del mundo y a la misma vez una loca desquiciada. Sí, era mi Madre. "Yo te hice irresistible después de todo." Reí ante ese comentario y ella se unió a mi carcajada.
"Quiero ir a casa." Le digo cuando nuestras risas se disminuyen. "A casa." Recalco refiriéndome a mi antiguo hogar. El hogar junto con ella.
"No, no irás a ninguna parte." Volteé a la voz y me encuentro a Zee. Un Zee sudoroso. Pero, ¡demonios!¡Hasta sudando se ve bien! Me levanté de la cama viendo la sonrisa traviesa de mi madre; sin tener que verla en realidad. A esto es lo que se llama tener ojos en la espalda.
"Mamá, largo." Señalé la salida de mi espacio haciendo que riera en silencio. Levantó los brazos al aire y nos miró a ambos orgullosa.
"Compórtense bien, muchachos. Están en un hospital. Y Saint procura guardar silencio. Sacaste mi ruidosa boca."
"¡MAMÁ!" Exclamé justo cuando desaparecía por la cortina; que dividía las camas en la sala de emergencia. "¿Qué haces aquí? Creí que no querías verme—"
"Eres un tonto. Casi me da un infarto cuando ese idiota de la motocicleta te derribó." Se me acercó tanto que automáticamente me quedé mirándolo. Porque verlo de cerca era otra de mis adicciones. Su mano acarició el área de mi herida. Y mis ojos se cerraron ante su tacto.
"Estoy enojado contigo." Abrí los ojos mirándolo fijamente. A tan solo unos centímetros de él. Quería besarlo. No, Saint. Eres más fuerte que eso. No te dejes caer en su tentación.
"Lo sé y lo siento. Entiendo que Win es tu pasado." Asintió finalmente admitiendo que estuvo mal actuar de esa manera sin escucharme.
"Debí decirte..."
"No, no tenías porqué. Porque de todas maneras—" Pausó con una sonrisa y sus brazos me envolvieron. Su aroma era algo fuera de este planeta. Era la mezcla de sensualidad y dulzura. Eso era algo imposible de combinar, pero ahí estaba lo imposible envolviéndome en un abrazo y dejando su rastro en mí. "Yo soy tu presente, Saint." Sentí sus labios en mi cabello y cerré los ojos descansando en su pecho.
"Te perdono. Pero tendrás que pagarme por el mal rato." Avisé separándome de él cruzándome de brazos. "Causaste que mi madre viniera a verme."
"Está bien." Aceptó riéndose. "Pero te castigaré y recompensaré a la misma vez."
"Maldito pervertido." Dije entre risas.
Pero tal vez... eso es lo que necesitaba nuestra relación. Algo de dolor y verdades para que finalmente nos diéramos cuenta de que éramos tal para cual.
"Enserio estoy perdidamente enamorado de ti, ¿no es así?"
Y lo mejor de su pregunta era que la respuesta era bastante obvia.
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Love At First Cup
FanfictionMi vida amorosa parecía nunca ser color de rosa... Diez de cada Diez citas a ciegas que tenía resultaban mal. La causa principal siempre era yo. Eso fue hasta que llegó una cita que no tenía prevista. Esa historia se tornó en mi primera historia de...