Bon appetit (pt.19)

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El auto frenó justo en la entrada de un restaurante elegante. Lo pude deducir no solo por la fachada sino porque había valet parking y no suele ser algo común. Antes de bajar, mientras Atsushi tomaba las llaves del auto y la billetera, le dije tímidamente en voz baja:

Y:- Con ir a cenar no me refería a venir a un lugar de tal magnitud...

M:- Tal magnitud? Que dices elfochin? -dijo sonriendo con naturalidad.

Y:- Digo que me conformaba con cualquier puesto callejero o comida rápida.

M:- No pienso alimentar de esa forma a mi elfo -dijo casi haciendo un berrinche. Conmigo comerás delicioso siempre, además te quiero fuerte y enérgica - dijo con tono pícaro al esbozar una sonrisa de lado.

Sinceramente me daba un poco de pudor el hecho de entrar a un lugar sofisticado, sin saberlo de antemano. No es que tuviese puesto harapos pero de haberlo sabido me hubiese vestido acorde. De todos modos, ya estábamos ahí y no quería parecer problemática por algo tan banal como esto. Me limitaré a disfrutar de la cena y de su grandiosa compañía.
Bajamos del auto, Atsushi entregó las llaves para que lo estacionen y entramos. Al parecer era habitué del lugar ya que el señor de recepción lo saludó muy cordialmente pero con cierta confianza como si se conociesen de hace tiempo. Un mozo nos guió hasta nuestra mesa, la cual daba al enorme jardín trasero del lugar. Nos sentamos uno frente al otro. El clima del lugar era perfecto: luz tenue, música ambiental de fondo, el jardín con decoración sofisticada y Murasakibara frente a mi.

M:- Te agrada el lugar? Suelo venir con mis padres.

Y:- Si claro, cualquier lugar estaba bien por mi mientras podamos comer -mi barriga crugía.

El mozo nos trajo la carta, ordenamos y continuamos charlando.

M:- Así que sueles estar sola en casa seguido? Siempre ha sido así?

Y:- Si... mis padres trabajan para una aerolínea, por lo que sus horarios son mayormente atípicos. Estoy más que acostumbrada, de hecho aprendí a disfrutarlo.

M:- No debe ser sencillo para ti... si alguna vez te sientes sola o tienes miedo, sabes que puedes llamarme -dijo tomando mis manos con las suyas.

Y:- Gracias - exclame sonrojada-. Aún me estoy habituando a esta ciudad.

M:- Crees que te quedaras por mucho o poco tiempo?

Y:- Es difícil predecir eso a veces. He vivido en distintos países debido a la profesión de mis padres. Pero según lo que vienen hablando, les gusta esta ciudad para asentarse.

M:- Ojalá mi elfocchin se quede para siempre -sujeto mis manos con un leve apretón.

Y:- Y tus padres a que se dedican?

M:- Ambos son dentistas, razón por la cual puedo comer infinitos dulces y que mi dentadura siempre este perfecta.

Y:- Que afortunado! Y dime... vi que haces basket, te gusta mucho, no?

Noté que su entusiasmo se apagó un poco al hacer esa pregunta, volviendo a ser el Atsushi con actitud desganada.

M:- Mmh si... hago basket pero no me emociona. Siempre me estoy conteniendo para no lastimar a los demás, entonces el deporte se volvió algo aburrido y sencillo para mí. No es fácil ser una bestia de 2 metros, sabes?

Y:- No digas así, no eres ninguna bestia! Para que sepas... conmigo eres suave y delicado, no me lastimas... -dije con extremo descaro mientras mi cara se tornaba una llama.

M:- Ah si? Sabes que me encanta cuando te pones tímida pero dices cosas atrevidas, no?
Clavó su fuerte mirada de depredador sobre mis ojos mientras se inclinó hacia adelante sobre la mesa, pasando su mano izquierda por abajo de la misma. Agarró mi entrepierna y la abrió, dejando mis rodillas separadas. Comenzó a rozar su dedo índice de arriba hacia abajo sobre mi vagina, por encima de la ropa interior. El deseo era tan fuerte que no sabía cómo controlar las expresiones faciales, solo trataba de sostenerle la mirada pero por momentos mis ojos se entrecerraban.

Y:- Por favor, para. Se van a dar cuenta -dije susurrando y mirando hacia los costados.

M:- No te preocupes, el mantel es lo suficientemente largo como para guardarnos el secreto - dijo con sonrisa casi sádica.

Corrió mi panty a un costado y sin vacilar introdujo su dedo, mientras con el pulgar frotaba mi clitoris. Era un movimiento suave pero continuo y me estaba haciendo perder la cabeza. Podía sentir su dedo índice explorar mi interior, en una zona que parecía ser nueva. Posiblemente el hecho de estar sentada generaba nuevas sensaciones en mi. Daba la impresión que tocaba el punto exacto sin tener que adentrarse demasiado.

Y:- Creo que ... pronto acabaré... qué hago? -supliqué.

M:- Relajate y disfruta -dijo serenamente pero aún con sus ojos salvajes.

Gemía y suspiraba lo más bajo que podía.

Y:- Sigue así... por... favor.

Atsushi intensificó un poco la entrada y salida de su dedo, lo cual hizo que explote a los pocos movimientos.
Apreté la boca con fuerza para no dejar escapar sonido alguno e instantáneamente sentí que mis muslos se contrajeron al igual que todo mi interior, el cual había comenzado a latir.

M:- Buena niña -agregó mientras sacaba los dedos de mi vagina- Ahora aliméntate bien porque te haré mía a la salida.

Trataba de normalizar la respiración contenida. Sentía mi cuerpo relajado y cansado a la vez, con ganas de desmoronarme. Por suerte a los pocos minutos, el mozo trajo nuestros platos, los cuales devoramos, y pude reponer un poco de fuerzas.

Y:- Acaso eres una fuente inagotable de energía? Dije al cabo de terminar nuestra cena, ya con las barrigas llenas.

M:- Sí pero en parte tu eres responsable de que quiera hacerte mía todo el tiempo. Me provocas demasiado...

El mozo irrumpió trayendo de regreso la tarjeta que Atsushi le había entregado para pagar. Nos hizo una reverencia formal y se retiró.

M:- Muy bien elfocchin, vamos por el postre -exclamó traviesamente con doble sentido.



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⏰ Última actualización: Apr 05, 2020 ⏰

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Murasakibara: Me Vuelves Loca (Aún Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora