Capitulo 2

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A Julia le habría gustado decir que se había levantado de buen humor ese día, pero no era así. Pensar en que tendría que volver a compartir salón con Andrés como profesor la hacia querer maldecir.

Y ella nunca maldecía.

Miró el reloj considerando seriamente descansar al menos cinco minutos más, pero no se arriesgaría a volver a llegar tarde y darle el gusto de seguir molestandola. Se levantó con pesar y camino hasta el baño casi con los ojos cerrados, cada segundo contaba. Tenía que admitir que el agua caliente era un gran incentivo en su día a día y ese pequeño momento de relajación la ayudaba a salir de su casa con una sonrisa. Al bajar de su habitación ya lista con una falda de jean y un sweater rosado, junto a sus botas, lo único que le hizo falta fue tomar una taza de cafe. Solía desayunar con sus padres antes de que se vayan al trabajo y hoy no fue una excepción, ambos estaban con una taza en sus manos, bebiendo lo que probablemente era café, la bebida que toda la familia necesitaba para arrancar el día.

—No debiste hacerlo —murmuró su madre mientras miraba una de las revista que llegaban a su casa todos los meses.

—Es mi deber —contestó Abraham levantándose de su asiento para buscar una fruta.

—Claro que no —Anne levanto la vista para fijarla en la de él—, tu deber es cumplir tus horarios, no los del resto.

Julia le dió el último sorbo a su café y se preparó para abandonar la cocina.

—Mi deber es atender a las personas que lo necesiten sin importar el horario.

La voz de ambos ya se había comenzado a elevar y Julia agradeció tener que salir justo en ese momento. Segundos más tarde volvió hasta su habitación para buscar su bolso y camino hasta la puerta de su casa escuchando los gritos de sus padres al pelear.

El transcurso hasta la Universidad se le hizo ameno con el sol golpeando su piel, la temperatura había aumentado algunos grados con respecto al día anterior por lo que la falda que había elegido ponerse era ideal. A estas hora había mucha más gente en la calle y no se sintió tan sola como cuando tenía que volver a su casa, parecía que el día se esmeraba en ser bueno y compensarle las horas que tendría que compartir con el hijo del mejor amigo de su padre.

Cuando llegó no se sorprendió al notar que aún faltaban casi veinte minutos para que comiencen las clases, pero no le molestaba, en su bolso traía uno de los libros que estaba leyendo y podía aprovechar el tiempo para adelantarlo. Julia estaba segura de que no habría nadie a esa hora dentro del salón y fue por eso que entró tan segura sin siquiera golpear la puerta, pero al ver Andrés se detuvo de golpe, notando su grave error.

—Lo siento —dijo algo confundida—, no pensé que...

—¿Vas a disculparte cada vez que entres al salón?

Andrés no había querido decir aquello, no era su intención tener problemas con nadie, y menos con una alumna, pero la pregunta se había escapado de sus labios sin pensarlo. Julia llevaba una falda de jean junto a sweater rosa que la hacían lucir como una niña, y no pudo evitar reír levemente al verla con las mismas botas que el día anterior durante la cena, al parecer  estaba muy encariñada con ese calzado.

Por otro lado, Julia no supo que contestar ante su pregunta ya que tenía razón, la primera vez se disculpo por llegar tarde y la segunda por llegar temprano, seguramente había quedado como una tonta. Pero el enojo llegó al verlo analizar su vestimenta para luego reírse.

¿Se estaba riendo de ella?

Julia termino de entrar al salón sin siquiera mirarlo, no le daría el gusto. Está vez camino hasta el último asiento, el que estuviera lo más posiblemente alejado de él y dejo su bolso en el suelo para sacar su libro.

El profesor de Julia © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora