Una lágrima rodó por la mejilla de Julia, pero él la quito con delicadeza.—No llores, por favor...
—¿No sientes como si... —intentó buscar las palabras exactas, aunque estaba segura de que nunca las encontraría—, a veces tus sentimientos avanzaran más rápido que tu propia mente?
Andrés sonrió con tristeza.
—¿No es así como debería funcionar el amor?
—¡No! —gritó Julia ya sin controlar las lágrimas en sus ojos— ¡Eso es horrible! ¿Cómo puedes enamorarte de alguien a quien apenas conoces? Es como si de repente toda tu inteligencia desapareciera para ser suplantada por la ilusión y...
—No serás menos inteligente por el simple de hecho de enamorarte, Julia.
Andrés le hablaba con calma y no pudo evitar compararla con una niña a quien le estaban explicando lo que era el amor por primera vez.
—Lo sé, pero...
Sabía que ella no se detendría así que decidió acortar el espacio que les quedaba y antes de que pudiera soltar otra palabra, la besó.
Julia le devolvió el beso de inmediato con una mezcla de necesidad y deseo. Era como si ese beso fuera todo lo que había estado esperando y que no sabía que necesitaba. Andrés la acomodo a su lado lo más cerca posible, hasta que ella decidió sentarse a horcajadas. La rudeza del beso provocó que ella volviera a sentir una tensión en la parte baja de su vientre, y cuando él mordió su labio inferior Julia supo inmediatamente que es lo que quería hacer.
Sin ninguna duda se quitó el jersey que traía puesto para segundos más tarde también quitar la camisa de Andrés.
—¿Qu-qué hacés?
En lugar de responder Julia llevó ambas manos a su espalda y desabrochó sus sostén. Mientras tanto, volvió a unir sus bocas en un beso apasionado. Aún le sorprendía cuan suaves podían llegar a ser sus labios, y cuando sus pezones tocaron el pecho caliente de Andrés se estremeció por completo.
—Julia —él la separó por un momento, esforzándose por mirarla solamente a los ojos—. Esto no está bien.
Unas pocas palabras nunca habían dolido tanto al salir de su boca, y es que Andrés quería más que nada en el mundo ser quien tuviera el honor de estar entre sus piernas. Pero la sensación de que aún no era el momento indicado para aquello era más fuerte que todo lo demás.
La quería, y la quería tanto que no podía siquiera imaginar el llegar a lastimarla de alguna forma.
—¿Por qué no? —preguntó ella con la respiración agitada.
—Porque esta será tu primera vez y ahora mismo...
—Pero yo quiero —insistió.
Andrés cerró los ojos. Grave error. Julia aprovecho ese pequeño descuido para bajar su manos hasta sus pantalones y desabrocharlos.
—Julia no...
No podía flaquear, no en ese momento. Si Julia alguna vez llegaba a arrepentirse de eso no podría perdonarselo. Andrés intentó sostener sus manos, pero ella fue más rápida y lo esquivó.
—Te amo.
Elevó la mirada hacia ella lo suficientemente rápido como para provocar que se mareara por un momento, ¿Por qué esas confesiones siempre lo tomaba por sorpresa?
Una parte de Julia le gritaba internamente lo estúpida que había sido al soltarlo, pero otra parte se sentía libre por fin.
—¿Cómo dices? —Andrés parecía perplejo y en esa confusión ella aprovecho para besarlo nuevamente.
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El profesor de Julia © [COMPLETA]
RomansaJulia no esperaba que su profesor fuera el hijo del mejor amigo de su padre. Y Andrés no esperaba encontrarse con aquella niña repleta de rizos que había interrumpido su clase en el living de su casa. Ninguno esperaba que la atracción fuera tan gran...