《Sorpresa》

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Había una leyenda urbana famosa en Seúl, en la que decían que un chico guapo con facciones tiernas se aparecía en cerca del Río Han a las 9:02 de la noche y a los pocos minutos desaparecía.

El rumor empezó hace tiempo, la gente cada vez cambiaba la versión, pero la verdad era que cada 14 de cada mes algo había ahí, sin embargo, había un día en específico donde estaba hasta las 12:00.

¿Un fantasma? ¿Un ángel? ¿Algo demoníaco? Nadie lo sabía con exactitud, sólo sabían que era un algo con apariencia humana y una hermosa voz, opacada por su llanto.

Jeon Jungkook era su nombre, 21 años tenía él, un 14 de febrero fue cuando murió y como si de una tradición se tratase, ahí estaba otra vez.

Jeon caminaba sonriente para sentarse en una banca algo alejada del resto, podía ver a unas cuantas parejas pasear por ahí, mientras esperaba una vez más por su amado.

Su novio le había dicho que llegaría dentro de poco, pues había algo de tráfico en las calles por la festividad, pero iba en camino, no tardaría mucho.

Jungkook esperaba pacientemente, su novio le había dicho que le tenía un regalo, unas rosas y algo "secreto".

Para pasar el tiempo decidió caminar a la orilla del río, podía observar el reflejo de las luces que adornaban el lugar, era bastante romántico a decir verdad.

De repente el pánico le invadió, como si una corriente fría le recorriera por toda la espalda y los recuerdos golpeaban en su mente, pequeños flashasos pero los suficientes para recordarle su realidad, él no iba a llegar.

Sintió sus ojos brillosos y nublados, la vista empezó a hacerse borrosa, estaba llorando.
Su novio nunca iba a llegar, no le vería otra vez. Él estaba muerto. Su libro llamado "vida" estaba terminado.

¿Por qué se hacía daño a él mismo? Algo dentro de él no quería dejar de esperarlo, aún tenía la esperanza de reencontrarse algún día y poder ir a su siguiente vida juntos.

"Deberás esperar a tu alma gemela para poder pasar al más allá, mientras tanto, estarás aquí hasta que su hora llegue" Fue lo que le dijeron al fallecer. Y así hacía.

—Hoy será, Koo, sólo espera un poco más.—Susurraba para él mismo mientras las lágrimas caían sobre sus mejillas.—Hoy quizás sí...

Siguió caminando, buscando consuelo en cualquier cosa, una distracción para olvidarse un poco de lo roto que estaba su corazón y empezó a cantar, su novio y él solían hacerlo juntos, disfrutaban de las baladas.

Al contrario de lo que buscaba, los recuerdos volvieron a atormentarlo, memorias de citas, la primera vez que se conocieron, cuando le pidió ser su novio, sus besos, su olor...

Volteó a ver una vez más su teléfono, otro mensaje del chico que le robó el corazón, pero sabía que nada de eso era real, todo era una ilusión, estaba condenado a vivirlo, igual que el año pasado.

Vio la hora, las 11:12, pronto acabaría su tormento, pronto. Pero algo en él quería seguir esperando, siempre quería eso.
Suspiró, ¿estaba mal desear que por fin se reencontraran? Después de todo, era como desearle la muerte...

¿Cuánto tiempo más tomaría? ¿Qué estará haciendo en esos momentos? ¿Habrá conseguido a alguien más? ¿Habrá seguido con su vida? Eran preguntas que le inundaban la cabeza.

—Esto apesta...—Dijo con un gran tono de hartazgo mientras subía sus piernas al banco donde estaba sentado y las abrazaba. Comenzaba a desesperarse pero, la verdad esperaría toda una vida por él.

De repente escuchó algo fuera de lo normal, algo que no escuchó el año pasado, escuchó pisadas. Pasos acercándose a donde estaba él. La gente nunca se le acercaba por miedo o simplemente no lo veían.

Su corazón se hizo un desastre, al igual que su mente. Estaba emocionado, feliz pero triste al mismo tiempo ¿eso significaba que había muerto el también, no?

『Rosas』One-shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora