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Mi despertador suena a las seis y media haciéndome despertar rápidamente

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Mi despertador suena a las seis y media haciéndome despertar rápidamente. Como lo haría cualquier mañana, sigo mi habitual rutina: me doy una ducha rápida antes de secarme el pelo y ondular algunos mechones del mismo. Después, vuelvo a mi armario y de él cojo unos pantalones de tela que presentan un color verde militar además de una camiseta negra que se ciñe a mi figura. Como zapatos escojo unas sandalias con tiras que compré este verano en en un precioso y acogedor puesto que se encontraba a pie de playa. Finalmente regreso al baño para retocar mi aspecto con un poco de rímel. Una vez hecho eso bajo a la cocina donde veo a mi madre preparándose un café. Asumo que se acaba de levantar pues aún se encuentra en un pijama cubierto por una bata rosa que la llega hasta los pies.

—Hola —saludo antes de tomar asiento en la mesa.

—Buenos días —sonríe dándose la vuelta—. ¿Quieres un café?

—Sí, por favor —vierte el líquido en dos tazas distintas: una es blanca con rayas negras y la otra tiene un color amarillo y presenta, además, puntos rojos. Se sienta en la mesa, y posa la taza blanca delante mía. La otra toma lugar en frente suya.

—¿Vas a hablar hoy con tu profesor de literatura? —me pregunta mientras me acerco el ardiente líquido a los labios.

—Sí —la aseguro—. Sólo espero que esté de acuerdo con cambiarme de compañero.

—Seguro que lo estará —intenta tranquilizarme mientras toma un sorbo de su café.

—No sé yo... Toda la clase está emparejada —la informo—. Aunque estoy segura de que cualquiera de las chicas estaría dispuesta a trabajar con Johnny.

—Pues ahí lo tienes —exclama—. No deberías tener ningún problema.

—Supongo —sonrío—. Gracias.

—De nada —le resta importancia al asunto mientras traga un poco más de café—. Date prisa si no quieres llegar tarde.

***

El timbre acaba de sonar y de mala gana camino hacia mi primera clase que hoy también resulta ser 'Literatura.' Gruño para mis adentros, pensando en lo agobiante que va a ser soportar a Johnny mientras empujo levemente a los alumnos que se interponen en mi camino. ¿No han escuchado el irritante sonido que indica el comienzo de la jornada?

Cuando entro en el aula observo al profesor que ya se encuentra en su mesa ordenando su material. Los alumnos aún se encuentran de pie y hablando por lo que asumo que la lección aún no ha comenzado y decido que este es el mejor momento para hablarle de un posible cambio.

Mi lección (Johnny Orlando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora