Cuando llego a mi casa, mi madre no está esperándome con la comida preparada como suele ocurrir normalmente. Camino hacia la cocina y veo un papel pegado a la nevera con un imán.***
Hola cariño,
Se me ha olvidado decirte esta mañana
que hoy tengo que trabajar hasta tarde.
Te veo esta noche, ¿vale? Te quiero<3
P.D. Amy te ha preparado una lasaña.
Está en la nevera, que la disfrutes :).
Adiós Gabby!***
Algo que no creo haber mencionado hasta ahora es la profesión de mi madre. Se especializó en inglés en la universidad con la intención de ser periodista o autora y, durante un tiempo, lo fue. El problema es que escogió el camino de periodista freelance por lo que no trabajaba para una única publicación. Es decir, su actividad consistía en realizar trabajos propios de su ocupación de manera autónoma para terceros que requerían sus servicios. Por lo tanto, a pesar de lo duro que trabajaba, sus ingresos no eran suficientes como para mantenernos a las dos. Mientras mi padre formaba parte de la familia, esto no era un problema pues el había empezado su propia compañía de seguros la cual iba viento en popa. Las complicaciones llegaron cuando el se marchó, dejándonos sin blanca. Nos vimos obligadas a vivir en casa de mis abuelos durante tres años, el tiempo que le llevó a mi madre ir a la escuela de abogados para sacarse un título en derecho pues no tenía otra opción que dejar a un lado su pasión. Cuando obtuvo su título en abogacía, no tardó demasiado en conseguir un empleo que la proporcionará un buen sueldo, la única pega que puedo poner es el tiempo que requiere su nueva profesión.
Cundo acabo de comer la deliciosa lasaña que me ha preparado Amy, limpio mis platos y camino al salón, desplomándome en el cómodo y familiar sofá gris.
Voy a encender la televisión para ver un episode de 'Outer Banks' cuando escucho mi teléfono móvil sonar. Lo había dejado en la mesa central por lo que, desganadamente, me levanto del sofá y me abalanzó sobre el dispositivo. Cuando miro la pantalla observo que la llamada proviene de un número desconocido.
Ugh, publicidad.
—No me interesa —digo en tono cortante sin darle tiempo para hablar a la persona que hay en la otra línea.
—Steph no podría decir lo mismo —reconozco esa voz.
—Johnny... —resoplo—. ¿Qué quieres? ¿Cómo has conseguido mi número?
—Hablar del trabajo, obviamente —responde condescendientemente—. Y me lo ha dado Steph.
—A ver, ¿qué necesitas saber?
—Nada —suelto una carcajada seca al escuchar sus palabras.
—¿Entonces. . .? ¿Me estás vacilando?
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Mi lección (Johnny Orlando)
Romantizm"¿No te sientes sola, viviendo en tu propio mundo?" me pregunta, casi en un susurro. Le dirijo una mirada indulgente antes de responder: "¿No te sientes impotente, viviendo en el mundo de otros?" Es entonces cuando sus profundos ojos verdes se clava...