Capitulo #3 : Perdido entre la neblina de sangre, rescatando a una damisela.

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4 Años después.

País del Agua.

Nos encontramos con una escena que a estás alturas ya era común en estás tierras. Una mujer corría a todo lo que daban sus piernas, en su brazo izquierdo sostenía a un bebé varón y su mano derecha era agarrada por la mano de una niña de no más de 10 años, ambos infantes son obviamente los hijos de la mujer la cual tenía un rostro de terror puro que era imitado a la perfección por su hija mientras que el bebé se dedicaba a llorar, ya que a pesar de no tener la edad suficiente para saber lo que pasaba si podía sentir que estaban en peligro. La mujer y la niña estaban corriendo en medio de un campo de neblina tan densa que ni siquiera se podía ver lo que estaba delante de sus narices, pero en estos momentos éso no les podía importar menos, ya que ahora no valía el "a donde se dirigían" lo único que contaba en ése instante era escapar lo mas lejos posible antes de que ellos los alcanzarán, y los asesinaran. Continuaron corriendo por lo que pareció una eternidad antes de detenerse debido al cansancio y a que además ya no había señales de sus perseguidores lo cual les hizo tener la esperanza de haberlos perdido, pero desafortunadamente la esperanza no les duro mucho.

– Ya era hora de que dejarán de huir, aunque debo admitir que llegaron muy lejos jejejeje – Dijo una voz que se escuchaba en todas las direcciones, fue entonces que aparecieron.

De entre la neblina salieron ni más ni menos que Ninjas de la Niebla, para ser más exactos 6 ninjas de la niebla, los cuáles estaban rodeando a la familia bloqueandoles todas las posibles rutas de escape.

– Y ahora que las ratas dejaron de correr ¿que haremos con ellas? – Dijo uno de los shinobis del grupo con una voz, mirada y sonrisa completamente sadicas.

– ¿No es obvio?, vamos a matarlos. Después de todo no son más que un trío de monstruos al igual que todos los portadores de Kekkei genkai – Dijo otro miembro del grupo imitando a la perfección la actitud y facciones faciales de su compañero.

– Si bien en efecto los mataremos no tenemos por qué apresurar nos, antes podríamos divertirnos un rato con la puta y la mocosa ¿no creen? – cuestionó el tercer miembro del grupo, a lo cuál todos sus compañeros comenzaron a concordar.

La mujer en cuestión sólo pudo acercar a sus hijos aún más a ella mientras derramaba un sin fin de lágrimas. Fue una tonta al pensar que podría escapar de ellos y lo fue aún más al pensar que podría proteger a sus hijos, si bien es cierto que ella y su familia pertenecían a un clan ninja donde muchos de sus miembros eran usuarios de Kekkei genkai ella jamás mostró señales de poseer la habilidad de usarlo por lo cuál, y también por otras razones, ella nunca estuvo interesada en la vida ninja, sin embargo ése no fue el caso de su difunto esposo el cuál llegó a ser reconocido como un ninja de gran nivel, y fueron ésas exelentes habilidades lo que le permitieron a él sobrevivir al primer ataque que lanzó el Mizukage contra los clanes portadores de Kekkei genkai, y además de salvarse a sí mismo también fue capaz de salvarlos a ellos, demostrando así el porqué él era considerado como un ninja de élite, sin embargo su esposo no pudo lograr sacarlos a ellos del País del Agua debido a que las fuerzas del Mizukage habían bloqueado todas las rutas tanto de entrada como de salida del país haciendo que los perseguidos no tuvieran más opción que ocultarse, lo cuál habían podido hacer gracias otra vez a las increíbles habilidades de su esposo, sin embargo su suerte no había sido eterna debido a que hace poco un grupo de ninjas de la aldea los habían encontrado y su esposo en su infinita voluntad de protegerlos los había enfrentado para darles tiempo de escapar y ponerse a salvo. Y ahora estaba aquí, rodeada por el mismo grupo de ninjas que seguramente habían matado a su esposo sólo para hacer lo mismo con ellos, sólo tenía una opción la cual era entregarse a estos hombres y permitirles hacer con ella lo que quisieran con la esperanza de que al hacerlo dejarían ir a sus hijos ó que almenos les darían una muerte rápida y sin dolor, no obstante sus pensamientos fueron interrumpidos debido a que uno de sus atacantes había alzado la voz por encima el resto.

El Hijo del Demonio y la Diosa (En Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora