El Hijo del Demonio y la Diosa (En Pausa)

Capítulo #15 : La Guerra de la Niebla Parte 2, misión de rescaté.

Seis meses después.

Puerto comercial del País del Agua.

Un nuevo cargamento arribaba al País del Agua mediante uno de sus socios comerciales, quién cabe decir paso un momento bastante desagradable durante la inspección del grupo de protección fronterizo, ó inmigración, quienes desde hace unos meses se volvieron más minuciosos y mucho menos amables a la hora de registrar a todo aquel que entraba y salía del territorio. El cargamento en sí no era la gran cosa; equipo médico en su mayoría, algo de alimento de distintas partes del Continente y uno que otro artilugio ninja. Luego de verificar el cargamento y hacer el trámite correspondiente los Shinobis a cargo del puerto comenzaron a desembarcar y a guardarlo en el almacén a la espera del transporte que lo llevaría a la Aldea.

Repentinamente un espeso campo de neblina comenzó a cubrir toda el área haciendo que los Shinobis presentes se pusieran en guardia ya que si bien la niebla era bastante común en esté lado del mundo, de allí el nombre de la Aldea, los nieblanin podían notar perfectamente la diferencia entre una niebla natural y una generada a base de Chakra. En la entrada principal del almacén los Ninjas que la custodiaban pudieron ver algo en frente de ellos, un destello rojo que se encontraba a un metro de distancia pero qué debido a la neblina no se podía ver de donde salía, fue entonces que lo oyeron.

Ése sonido se escucho claramente por toda el área provocando miedo en los Shinobis los cuales aún veían fijamente aquel destello rojo y aunque no tenían pruebas podían asegurar que aquel sonido escalofriante, qué seguía repitiéndose, provenía de allí. Habiéndose hartado de esto uno de los guardias decidió ir a ver por si mismo que era éso y avanzó sólo pesé a las protestas de sus compañeros así que se adentro en la niebla hasta perderse totalmente de vista, los minutos pasaron y el sujeto en cuestión no volvió, el destello rojo siguió allí y el sonido no se detenía y a estás alturas ya estaba sacando de quicio a todos, pero, tan repentinamente como llegaron tanto el destello como el sonido se detuvieron haciendo que el grupo de Ninjas pudieran relajarse un instante... Luego ése instante termino.

– Hola – Dijo una voz masculina que estaba detrás de ellos.

Los Shinobis sorprendidos, y también un poco asustados, rápidamente se dieron la vuelta solo para ver de nueva cuenta ése destello rojo justo frente a sus narices y de hecho fue lo último que vieron antes de que sus cabezas fueran degolladas.

Instantes después de que éso ocurriera dos figuras, que hasta ese momento permanecieron ocultas por la niebla, se acercaron al lugar reuniéndose con su compañero de misión.

– Buen trabajo chico, aprendiste bien el arte del asesinato silencioso y en muy poco tiempo tengo que decir – Elogió uno de los presentes el cual era el más grande de todos tanto en edad como en tamaño.

– Chale chale chale, que puedo decir Zabuza resulta que al final no eres tan mal maestro como tu apariencia te hace parecer en realidad me haz enseñado bastante en estás últimas semanas – Respondió Tristán, al ahora identificado Zabuza usando su heredada cara chibi a lo cual el susodicho soltó un grunido de molestia por ése comentario, para luego dirigirse a la última persona presente – Y en cuanto a ti Ranmaru tengo que decir que esa distracción fue genial, hasta a mí me dio escalofríos.

– Gracias, sabía que la mejor manera de que bajaran la guardia era asustarlos para que así tú pudieras ponerte detrás de ellos sin que lo notarán – Explico el oji rojo – Aunque no esperaba que uno de ellos se atreviera ha ir a investigar por fortuna Zabuza-San pudo encargarse de él rápida y silenciosamente.