¡Help Me! [YoonMin-Omegaverse] CORRIGIENDO

Epílogo

Algunas veces no todo sale como queremos pero otras sí, para Jimin todo resultaba y resultó un tanto difícil pero trato de ser fuerte, tuvo ayuda, tuvo grandes soportes por ello después del juicio por fin pudo estar en paz, su lobo dejo de estar alerta y descanso un poco, feliz por estar junto a su pareja y su cachorro. La vida resulta tan difícil como uno mismo quiere que resulte, nosotros mismos buscamos el sufrimiento o la felicidad, nos equivocamos, nos páramos y seguimos, así es la vida.

Yoongi resulto ser un buen padre para aquellos tiempos en los que Jimin estuvo yendo a terapia por que claro que no lo dejaría así, él iba a ayudarlo y así lo hizo, consiguió un buen psicólogo que hizo que su querido omega estuviera mejor consigo mismo, que dejara de creer que todo lo que vivió fue por su culpa, así fue como Jimin fue un poco más feliz, sin culpa.

Algunas veces Yoongi mandaba a alguien para que observará un poco a Jungkook quien no pudo salir de aquel lugar por ser agresivo, Yoongi creyó que tal vez iba a calmarse pero entendió que el lobo de Jeon estaba resentido y furioso por estar encerrado por ello, por su agresividad decidieron mandarlo a prisión y Yoongi estaba más que satisfecho. Tiempo después Jeon rectificó y se encontraba más cuerdo y seguro tras las rejas pues sabía que así no haría dañó, sufrió algunas palizas pero nada que no se curará en días o semanas.

En días Jeon sonreía por el recuerdo de su abuela, en días Jeon lloraba de felicidad al saber que su ex omega fue tan fuerte y lucho para salir de sus asquerosas y mañosas garras, la psicóloga de Jungkook le decía que iba mejorando, sus ataques de ira eran más bajos que al principio y Jeon no podía estar más feliz, quería salir y ser mejor alfa, quería salir y abrazar a su hijo por las veces que no lo hizo por tonto, quería disculparse y agradecer, quería hacer muchas cosas y pronto las haría.

Soobin fue a algunas citas con un psicólogo, Jimin decía que no era necesario pero Yoongi insistió y lo llevó, siendo un cachorro era obvio que necesitaba un poco de ayuda para poder vivir su larga vida tranquilamente.

Después de algunos años la familia Min era muy feliz, llena de amor, se tenían el uno al otro y eso era bastante.

Ahora nos encontramos en el cumpleaños número ocho de Min Soobin.

-Papá dile a Yiren que me deje en paz- pedía entre lloriqueos el gran Soobin.

-Soobin tonto~- repetía una y otra vez la pequeña de ojitos rasgados mientras daba vueltas meneando su lindo vestido de gatitos.

-Min Yiren estate quieta por favor- se escuchó la fuerte voz de su padre y la cachorra no hizo más que refunfuñar y salir corriendo a los brazos de su querido padre.

-Oye papá que tal si Yeji no viene, ¿me veo bien? Le dije a papá que no quería esta tonta camisa pero él dijo que me veía lindo ¿tú crees?- preguntaba el niño mientras pasaba sus ojos de un lado a otro tratando de distraerse.

-Hombre hijo esa niña suelta baba por ti y tranquilo que te vez muy bien en esos pantalones, oh mira ahí viene tu primo Yeonjun- Yoongi soltó una risita y camino a dirección de su gran amigo Hoseok.

-¡¡TE DIJE QUE LA CAMISA NO EL PANTALÓN PADRE!!, ash como si me fuera a escuchar- dio pequeñas patadas al piso y decía incoherencias.

-H-hola Soobin- se escuchó una bonita voz detrás de él. Se detuvo de golpe al igual que su corazón pero en cambio este en seguida empezó a latir fuerte, abrió sus ojos de más y sonrió nervioso, se volteó y no pudo sonreír más bonitamente por que sería vergonzoso pero si pudo enamorarse un poco más de aquella niña de ojos bonitos y cabello lacio y negro, tan negro como la noche.

-H-hola Y-Yeji ¿cómo éstas? ¿Bien? Yo también gracias s-si- se rascó la nuca y su vista se paseo por todas las personas que estaban presentes en su fiesta de cumpleaños pero menos en la bonita y dueña de su débil y chiquito corazón.