NUEVO HOGAR

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-Hey!, Bell -mi hermana corre abrazarme, tras ella los pequeños Luzy y Dylan corren para saludarme

-también me da gusto verte Zel-correspondo su abrazo.

Estamos en la salida del aeropuerto, acabo de llegar de Gival a Yutia el lugar donde vive mi hermana.

-nos da gusto verte de nuevo tía-Luz tan linda como siempre me sonrió con su carita tierna.

Zel mi hermana mayor quiso que pasará una temporada con ellos hasta que supiera que aria con mi vida. No tuve de otra que aceptar y no es que lo tome a mal solo no me gusta incomodar.

Zel carga mi maleta hasta que llegamos al carro de su esposo-Hola Bell

-Hola Javier- lo saludo de un abrazo, el antes de ser el esposo de mi hermana fue mi mejor amigo. Javier esperaba dentro del carro debido a su discapacidad.

Años atrás había perdido una de sus piernas en un accidente de carro y ahora utilizaba una prótesis que le incomodaba por ratos. Esa fue la última vez que los vi, después de que yo...yo.

Mi madre murió cuando tenía 5 años de edad por lo que me quedé al cuidado de mi padre, Zel se fue a vivir con una tía en esa temporada pues ella cuando era niña sufría de ataques de asma y nuestro padre no podía pagar sus tratamientos médicos, así que me quedé sola con el.

-estas lista?-mi quería hermana se veía emocionada por tenerme en su vida de nuevo, habíamos pasado años sin vernos.

-gracias-le susurré no sabía que más decir.

Subimos al carro yo iba con los niños atrás mientras mi hermana y mi mejor amigo iban enfrente.
-hice de comer lo que más te gusta-Zel seguía de buen humor y le agradecía que no me dejara sola con mis pensamientos tanto tiempo- espaguetis con albóndigas.

Le sonreí y para ella fue suficiente, otra cosa que le agradecía era que no me pidiera hablar mucho, no tenía mucho que decir me sentía sola en el mundo, siempre y hasta el día de hoy eh vivido con miedo.

Llegamos a la casa de mi hermana, es humilde como siempre lo hemos sido nosotras, pero es amplia y grande cabemos a la perfección nosotros cinco, me sentiría incómoda de no ser por qué está hermosa pareja más que ser de mi familia han sido mis mejores amigos.

-Bienvenida-me abre la puerta Jevier, le sonrió, la casa al entrar tiene un pasillo y este nos lleva a la sala comedor, después de está hay una puerta que da a la cocina, de lado izquierdo de la sala comedor esta una escalera que lleva a la parte de arriba, los cuartos están a los costados del pasillo en la planta superior, y al final del pasillo está el baño.

-no es muy lujosa pero...-Javier cree que no me gusta lo noto pues me está mirando esperando a ver qué reacción hago.

-es linda -digo con sinceridad- me gusta- confieso, por qué me gusta sin embargo han pasado tantas cosas los últimos días que prefiero ir a dormir.

-esta es tu habitación-me informa cuando llegamos a la última puerta del pasillo de lado izquierdo del baño.

-gracias- el nota mi cansancio, es lo que adoro de Javier, me conoce como nadie más.

-le diré a Zel que bajarás a cenar- apenas son las tres de la tarde, así que agradezco que me quiera dejar sola.

El se va yo me recuesto en la cama mirando al techo y mis pies colgando de la misma. Mi mente vieja a esa noche.

Despierto sudando, me quedé dormida cómo cada vez que deseo evitar volver a soñar con algo que me causa dolor. Me levanto y me doy cuenta que ya es de madrugada así que sin hacer mucho ruido bajo a comer algo, miro que en la sala está mi hermana con mi cuñado dormidos en el sofá con la tele prendía.

Voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua, tomo un sorbo y camino de nuevo a la sala, mi hermana ya está despierta y venía caminando a la cocina-espero no a verte despertado- sueno apenada.

-no tranquila también me dio sed-me hace seguirla de nuevo a la cocina y me siento en la barra-te prepare algo de comer, no haz cenado- le sonrió en forma de agradecimiento.

La veo servir el espagueti con dos albóndigas en un plato plano, en un vaso sirve agua de Jamaica y me los pasa, al probar el primer bocado sabía tan rico que termine el plato y pedí un segundo.

-eres muy buena cocinando- alago a mi hermana.

-gracias, con el tiempo aprendí a cocinar, siendo ama de casa no te puedes dar gustos- me dice gustosa, a ella se le da bien ser ama de casa, por otra parte a mí me cuesta más después de todo lo vivido.

-tengo que irme a dormir- recordar todas esas cosas tristes cambian mi humor de un momento a otro y solo deseo huir.

-si necesitas algo ya sabes cuál es nuestro cuarto-me sonríe y aún que noto que quisiera que me quedara se que también entiende que no estoy lista para hablar.

-gracias-pongo el plato en el fregadero y subo con mi vaso de agua.

Llegó a la que es mi habitación y coloco el vaso de agua en la mesa de noche, miro al techo cuando estoy ya acostada y me quedo dormida de nuevo.

-buenos días- mi linda sobrina me despierta con un pequeño susurró.

-hola Luz-le sonrió sintiéndome bien al tenerla aquí, ella por ser más grande que su hermano convivio conmigo cuando era niña.

-tía- ella se sienta en la cama junto a mi al parecer quiere saber algo lo noto en sus ojos.

-dime- me siento incómoda pues no sé que quiera preguntar y yo no me siento lista para contestar alguna pregunta que tenga referencia a esa noche.

- mi abuelito..- temo en como terminara su pregunta- murió!?.

-yo..- su pregunta me sorprende por qué no tengo idea de que responderle.

-ya te había dicho que ese tema no se toca en esta casa- mi hermana regaña a mi sobrina al escuchar su pregunta mientras entraba a la habitación.

-es algo que ellos deben saber- mi hermana me mira con enojo, su reacción me hace darme cuenta que ella jamás lo perdonará.

Y yo bueno....yo no lo puedo odiar.

OSCURIDAD INTERNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora